Mágico Oviedo alé
Azul Carbayón
El Real Oviedo elimina al Eibar (0-2) y se mete en la final del playoff tras una segunda parte sobresaliente
13 Jun 2024. Actualizado a las 13:00 h.
Ipurua tardará en olvidar al Real Oviedo. Ipurua tardará en olvidar al oviedismo. 90 minutos de sufrimiento que empezaron en la jornada 8 del campeonato de Liga, cuando Luis Carrión dirigió su primer partido. La segunda parte y el descuento, con el balón más cerca de Luca Zidane que de Leo Román, es un homenaje perfecto a lo que ha sido este equipo todo este tiempo. El Oviedo va como un huracán y solo hay rabia en sus ojos.
Partida de ajedrez y tablas
Seoane, Luismi, Colombatto y Sebas Moyano, Borja Sánchez y Alemao arriba. Lo esperado en el Real Oviedo en un Estadio de Ipurua que lucía más azul todavía que en la última jornada liguera de hace diez días. En el Eibar, la única novedad era que Tejero entraba en el lateral derecho. Primeros minutos de tanteo y, desde el primer momento, partida de ajedrez en los inicios de juego de ambos conjuntos. Leo Román en una portería y Luca Zidane en la otra ganaban muchísimo protagonismo y del pulso de ambos, además de la toma de decisiones, estaba el buen hacer de la salida. El Oviedo arriesgaba más que el Eibar, que a la mínima no dudaba en jugar en largo.
En el minuto 10 llegó el primer centro del Eibar, jugada que llegó tras una buena combinación de los siempre peligrosos mediapuntas armeros. El juego entre líneas de los Stoichkov, Aketxe, Mario Soriano y Corpas es el gran peligro del Eibar y en el primer tercio del encuentro estuvieron cómodos. El Oviedo lo fue corrigiendo poco a poco, pero antes llegó un auténtico paradón de Leo Román a disparo de Corpas. En los de Luis Carrión, era Sebas Moyano el que agitaba el árbol. Y de qué manera lo agitaba, porque el cordobés giraba cuando le placía y los defensas del Eibar no eran capaces de pararle. En cuanto Joseba Etxeberria corrigió eso, al Oviedo le costó más y cada inicio de juego se convirtió en un dolor de muelas para Leo Román, Luengo y Dani Calvo.
La primera amarilla para el Oviedo llegó a la media hora, pero Galech Azpeteguía no siguió el mismo rasero para el Eibar y tanto Arbilla y Matheus se escaparon sin tarjeta de dos acciones que la pedía a gritos. Fue entonces, en la recta final, cuando Seoane se puso al mano en la base de la jugada y la diagonal a Pomares empezó a ser una constante. Con ese sencillo, pero muy eficaz recurso, el Oviedo pisó en diez minutos más campo rival que en los anteriores 35 minutos. Alemao peinó alto en un córner y no llegó a un centro de Pomares que olía a gol. Borja Sánchez parecía tocado y Dubasin, Paulino y Masca calentaban en la banda. Tarjeta perdonada a Arbilla -otra más- y descanso en Ipurua.
Un Oviedo sobresaliente
El partido se reanudó y, sorprendentemente viendo cómo había acabado el primer tiempo, Borja Sánchez seguía en el campo. No tardó mucho en salir el ovetense, eso sí. Borja, lesionado, y Pomares, dejaron su lugar a Paulino y Abel Bretones a los siete minutos. Seoane probó desde la frontal y su disparo lo frenó Alemao con sus zonas nobles, aunque el destino le tenía preparado su momento. Dos minutos después, los mediapuntas del Eibar se encontraron: Corpas para Soriano y el pequeño centrocampista condujo hasta que Colombatto le hizo falta. Era en la frontal, poco antes de la línea del área grande. Y enfrente, Aketxe. Casi un penalti. Y Leo Román le paró un disparo durísimo. Llegó el momento.
El Real Oviedo salió por la izquierda y Abel Bretones no se lo pensó. El langreano miró al área y puso un centro magistral con su zurda, justo a la zona en la que Alemao apareció. El pánzer brasileño se comió a Arbilla y con un cabezazo picado batió a Luca Zidane. Locura absoluta de los más de 500 aficionados oviedistas, del banquillo carbayón y del propio Alemao. El Oviedo, 0-1. Partido y medio después, eran los azules los que estaban clasificados para la final del playoff. El Eibar intentó reaccionar rápido con un disparo de Soriano y un par de acciones a balón parado, pero el Oviedo se supo defender. Ipurua cantaba, pero los cánticos eran de los oviedistas. Quedaban 20 minutos y Joseba Etxeberria reaccionó: Sergio León al campo y el Eibar con dos delanteros.
La banda sonora del partido era cosa del oviedismo, que durante todo el partido no calló pero que ahora atronaba. Carrión movía otra vez el banquillo y Borja Bastón entraba por Alemao. Tres minutos después, pam. Balón atrás del Eibar, se le escapa el control a Arbilla y Bastón la rescató. El capitán condujo, temporizó y su pase de la muerte Sebas Moyano lo convirtió en el 0-2. Absoluta locura oviedista en Ipurua. Paulino la aguantaba, Paulino la escondía y el Eibar no reaccionaba. Sergio León lo intentó al cazar un rebote en el área, pero Leo Román volvió a decir que no. A la contra, minuto y medio antes del final, Paulino la puso y Bastón no llegó a empujarla. Seis minutos de descuento y Luismi, Colombatto y Homenchenko, con Calvo y Luengo, lideraban la resistencia. Una resistencia, por cierto, a ritmo de cántico oviedista.
Iban tres minutos de descuento y se jugaba cerca del área de Luca Zidane. Sí, el área de Luca Zidane. Los azules no sufrían y defendían como perros. Nada, ni nadie, les iba a alejar de la final por el playoff. «En Primera o en Tercera, yo te quiero Oviedo» se escuchaba en todo Eibar. El Real Oviedo llega a la última pantalla y ya espera rival.
Ficha técnica
SD Eibar: Luca Zidane; Tejero (Qasmi, min 80), Berrocal, Arbilla, Cristian; Nolaskoain (Sergio Álvarez, min 71), Matheus; Corpas (Konrad, min 62), Aketxe (Sergio León, min 71), Soriano; Stoichkov.
Real Oviedo: Leo Román; Viti, Luengo, Dani Calvo, Pomares (Abel Bretones, min 52); Luismi, Seoane (Homenchenko min 87), Colombatto; Sebas Moyano (Dubasin, min 87), Borja Sánchez (Paulino, min 52) y Alemao (Borja Bastón, min 76).
Goles: 0-1 Alemao (min 59); 0-2 Sebas Moyano (min 79)
Árbitro: Galech Azpeteguía, comité navarro. Amonestó a los locales Aketxe (min 58), Qasmi (min 82), Matheus (min 90+2) y a los visitantes Seoane (min 31), Abel Bretones (min 87)
Incidencias: Estadio Ipurua (Eibar). 7.732 espectadores, más de 500 oviedistas.