Un aficionado del Real Oviedo, víctima de los desperfectos del Carlos Tartiere

No habían transcurrido cinco minutos del segundo tiempo cuando el Real Oviedo-Racing se paró y todo el Carlos Tartiere miró en silencio hacia la zona de los banquillos. Un aficionado oviedista de entre 50 y 60 años, que había aprovechado el descanso para ir a comprar al bar, volvía a su asiento cuando tropezó y al apoyarse en uno de los asientos de la fila 2 del estadio -anillo azul-, dicho asiento rompió. El golpe del hombre ante el propio asiento fue importante y comenzó a sangrar por la nariz y la boca.

El resto de los aficionados del Real Oviedo que estaban en dicha zona comenzaron a avisar al banquillo carbayón y Fuentes Molina, colegiado del partido, paró el encuentro ante el silencio del resto de las gradas. Los miembros de Protección Civil fueron a la zona del suceso y se llevaron al aficionado para atenderle, volviendo al rato con una bolsa de hielo. La indignación de los oviedistas era total, ya que comprobaron la base del asiento que rompió y esta estaba totalmente podre. Mismamente, la base de los asientos contiguos también estaba en un estado lamentable.

Los encargados de mantenimiento del Carlos Tartiere también se personaron en la zona y los aficionados azules no dudaron en trasladar sus quejas. Se calcula que en el Tartiere hay más de 2.000 asientos en un estado lamentable, situación que en cualquier momento podría provocar accidentes similares. El responsable del cuidado, mantenimiento y limpieza de dichas instalaciones es el Ayuntamiento de Oviedo.

Tras el partido, un abonado del Real Oviedo publicó en redes sociales que ya en octubre de 2023 notificó que su asiento -una fila por debajo del que rompió ayer ante el Racing- estaba roto. Nadie en el Ayuntamiento de la capital del Principado actuó para arreglarlo.