La Voz de Asturias

Jaime Álvarez: «Para mí es un orgullo estar jugando con chicos de 17 años en una categoría como la Segunda RFEF»

Azul Carbayón

Pablo Fernández Oviedo
Jaime Álvarez, durante el Vetusta-Covadonga

La Voz de Asturias entrevista al técnico del Vetusta, que repasa la actualidad del filial tras el comienzo de la segunda vuelta en Segunda RFEF y el debut de Jaime Vázquez y Marco Esteban con el primer equipo

18 Jan 2024. Actualizado a las 11:25 h.

El pasado domingo, cuando quedaban cinco minutos para que finalizase el Racing Villalbés-Real Oviedo Vetusta, el delantero azul Óscar de la Hera pisó el terreno de juego. A priori un cambio más, y seguramente así fue, pero si se rasca un poco en la superficie se trata de un cambio que engorda una estadística que explica lo que está siendo el filial del Real Oviedo estos años. De la Hera se convirtió en el 19º jugador juvenil en debutar con el Vetusta desde que Jaime Álvarez (Oviedo, 1986) se puso al frente del mismo en el verano de 2021. LA VOZ DE ASTURIAS charla con el técnico del filial carbayón, en una semana en la que arrancó la segunda vuelta en Segunda RFEF y, sobre todo, los centrales juveniles -de segundo año- Jaime Vázquez y Marco Esteban debutaron con el primer equipo en Segunda División.

—Empecemos por la noticia de la semana. ¿Se esperaba el debut de Jaime Vázquez y Marco Esteban con el primer equipo?

—Lo de Jaime sí me lo podía esperar porque se llevaba hablando de ello toda la semana y se podía barruntar, lo de Marco sí me sorprendió. Le vi calentar en la banda y, sinceramente, pensaba que el cambio era Marco por Jaime y pasar a línea de cuatro, pero con Marco y Pomares de centrales. Fue un orgullo ver a dos chiscos como ellos hacer los 45 minutos que hicieron juntos. Ya llevan meses en el Vetusta y se complementan bien, pero dado el contexto que era es más que reseñable el rendimiento que dieron el sábado.

—¿Piensa en la posibilidad de que puedan debutar tras el partido ante el Villarreal B o cuando Luismi se lesiona?

—Tenía claro que uno de los iba a participar, aunque no sabía si de mano porque en ese momento todavía se esperaba que Luismi pudiese llegar al partido de Amorebieta. Los dos, tanto Jaime como Marco, tenían opciones y con el paso de las semanas era Jaime Vázquez el que ganaba enteros.

—¿Hablaron con usted desde el primer equipo?

—Mmm… no especialmente, son situaciones que se toman arriba. A mí si me preguntan si los veo para jugar juntos en Segunda División probablemente hubiese dicho que no. Sí es cierto que cuando Luis Carrión llegó Marco Esteban y Aimar Collante estaban en dinámica del primer equipo, Jaime no. Nos preguntaron y les dijimos que también estaba Jaime, que estaba progresando bien y que en ese perfil zurdo les podría ayudar. Luego vieron que Jaime quizás se podría adaptar más a lo que ellos les piden a sus centrales en el tema de salida de balón, en la pausa con el mismo y la personalidad. Hay comunicación entre ambos cuerpos técnicos, pero en una decisión tan personal como es la de decidir quién juega la decisión al 100% debe de ser del entrenador del primer equipo. Creo que Carrión ha sido muy valiente apostando por Jaime y, sobre todo, apostando por ambos en la segunda parte.

—¿Qué tal la relación con Luis Carrión?

—Tenemos una relación normal, cordial y natural. Al final, cuando tienes varios jugadores de tu equipo en el primer equipo, es normal que exista ese ‘feedback’. El principal objetivo de todos siempre es priorizar las necesidades del primer equipo, como es normal. Carrión es un entrenador con un estilo de juego diferente, con unas ideas claras y un poco más en consonancia con lo que puede ser un estilo de un filial. Eso hace que los jugadores que suben al primer equipo lo tengan más sencillo a la hora de acoplarse.

—¿Cómo fueron las horas previas al partido de Jaime Vázquez?

—El día antes al partido hablé con él para saber cómo estaba y lo vi muy tranquilo. Le dije que si necesitaba cualquier cosa, llamarme o tomar algo durante la concentración del primer equipo, ahí estaba. A las 10:00 horas del sábado me escribió y me dijo que no hacía falta, que estaba bien. Una de sus principales virtudes es esa, la calma y la tranquilidad. Sabe afrontar todo lo que le llegue y la evolución que ha tenido en estos meses se ve reflejada en el campo.

—Y llegó el partido.

—Soy muy crítico y, a la vez, muy constructivo. Veo los partidos desde la perspectiva del entrenador y en el caso de estos dos jugadores casi se puede decir que también desde la perspectiva de padre. Todo el mundo dice que Jaime hizo un partidazo y estoy seguro de que, si el Amorebieta marca en ese balón que Jaime se come en el saque de banda, mucha de esa gente diría que Jaime no estaba preparado. Hay que cogerlo todo con pinzas, con perspectiva. Según avanzaban los minutos ganó en tranquilidad. Las primeras acciones las hizo muy fáciles y esa acción que salva ante Jauregi le hizo crecer mucho.

—Tras el descanso entró Marco Esteban.

—Ahí sí me entró ese gusanillo de pensar «uf, a ver cómo se apañan ahora los dos juntos». Confiaba en ellos al 100%, pero la primera acción del segundo tiempo es un balón aéreo que le ganan a Jaime, Marco está muy lejos y la jugada acaba en uno para uno con Lucas. Ahí dudé. Luego Marco ganó mucha confianza tras un pase interior que mete fantástico y, como siempre, jugó con una concentración impropia de su edad. El contexto les favoreció, porque el Amorebieta con 1-1 se echó atrás y los dos ganaron protagonismo en salida de balón. No sufrieron en la recta final.

—Uno lo piensa y es impresionante que el Real Oviedo jugase 45 minutos con dos centrales de 17 años.

—Son chicos de club y chicos de futuro. Hay que cuidarles mucho porque, aunque tengan la cabeza muy bien amueblada, que la tienen, toda esa gente que ahora les ensalza igual son los primeros que pongan en duda su capacidad cuando las cosas vayan mal. La de central es una posición muy complicada. Que debute un extremo o un delantero de 17 años es más fácil, en un central no se ve tanto.

—¿Conocía a Jaime Vázquez antes de su fichaje por el Real Oviedo?

—Claro. Le conozco desde hace tiempo, porque me enfrenté a él varias veces cuando yo entrenaba en las categorías inferiores del Covadonga. Él era capitán del Sporting y llamaba mucho la atención por el aspecto físico, pelo largo al margen. Era muy superior a los demás y tenía un golpeo espectacular para los años que tenía, pero su principal virtud era que estaba más desarrollado que el resto. Se fue al Madrid y ahí en el segundo año sufre con las lesiones. Cuando vamos a empezar la pretemporada surge la oportunidad de incorporarlo.

—En julio no estaba claro siquiera que Jaime iba a estar en el filial o en el juvenil A.

—Era un central zurdo y joven. Tenía muy buenas referencias de él, pregunté y me dijeron que nos iba a aportar cosas seguro. Había venido Aimar, estaba Berlanga recién salido de lesión y luego ya Marco Esteban y Jaime Vázquez, así que no sabíamos si tener a dos centrales tan jóvenes era lo conveniente. Empezamos con esa duda de ver cómo salía y hasta el propio Jaime decía que no se veía, que le costaba coger el ritmo de un filial de Segunda RFEF tras una temporada casi en blanco. El primer partido de Liga fue titular junto a Marco Esteban y no salió bien, pero tenía claro que seguiríamos apostando por ellos.

—Aquella primera jornada ante el Racing Villalbés no salió demasiado bien.

—Estuvieron muy mal los dos, es así. Al descanso creo que cambiamos a Jaime y pasamos a jugar con tres centrales con Iván (mediocentro) en la izquierda, me parece. El lunes, ya en el vestuario y delante de todos, les dije que estuviesen tranquilos y que iban a seguir jugando. En mayo vais a ser mejores jugadores de lo que sois ahora, seguro. Si apostamos por estos chicos es de verdad, no podemos quitarles porque un día jueguen mal. Eso no quiere decir que vayan a jugar todo sí o sí porque los entrenamientos y el día a día mandan, pero les dije que si seguían así jugarían ellos. Al principio les protegíamos un poco más y poníamos tres centrales, pero ahora creo que serán muy puntuales las veces que tengamos que jugar con tres centrales. Ya están preparados, al menos, para nuestra categoría. Seguramente sean los dos futbolistas de la plantilla que más han evolucionado.

—¿En qué momento ya los ve totalmente preparados?

—Va poco a poco, incluso te lo va diciendo el propio futbolista. Los 13 partidos que Marco jugó la temporada pasada siendo primer año juvenil sabíamos que le iban a servir muchísimo para este curso, y así ha sido. Jaime, el día de Pontevedra, jugamos con tres centrales pero él salía sin problema a apretar a uno de los pivotes rivales. Cuando un central es valiente para hacer eso en un estadio como Pasarón, es que ya está preparado para hacerlo en cualquier campo de la categoría. Y eso que Jaime no es el central más rápido del mundo, pero es listo y con colocación lo suple todo.

—Ahora son titulares.

—Decir que dos chicos de 17 años son referentes para el equipo tampoco es que me guste, porque igual les cargamos con una presión que no deben tener, pero es así. Ellos deberían estar jugando la Copa juvenil y no la jugarán porque están con nosotros. Han ido quemado etapas y para mí es un orgullo estar jugando con dos chicos de 17 años en una categoría como esta. El club ha dado los pasos correctos para que más gente pueda seguir saliendo.

—El pasado domingo arrancó la segunda vuelta del Vetusta y están a tres puntos de la permanencia. ¿Cómo ve al equipo?

—La situación es similar a la de la temporada pasada. Estamos teniendo una carencia importante en el último tercio, la verdad. De cara a gol nos está costando muchísimo. El año pasado nos costaba y Masca, cuando empezó a jugar, nos dio ese plus. Eso sí, creábamos más ocasiones y gente como Álex Cardero o Miguel Cuesta hicieron muchos goles. Este año no los estamos haciendo y los atacantes están teniendo regularidad de cara a puerta. Yo les digo que tienen ansiedad por hacer goles y que esa ansiedad no es buena. Al equipo no lo veo mal, competimos y unas veces somos mejores y otras los rivales nos someten, pero es que el cambio está siendo grande.

—La plantilla es muy diferente a la de la temporada pasada.

—Mismamente, el pasado domingo ante el Villalbés acabamos el partido con Cheli y Óscar de la Hera, del juvenil A, con Nico, Lamine… Chicos que el año pasado estaban en el juvenil o ni eso. Todos los que están en plantilla tienen capacidad para jugar, pero quizás ese poso que teníamos el año pasado con René, Javi Moreno o Mangel no lo estamos teniendo. El cambio es grande y la categoría creo que es más difícil que la del año pasado. Hay menos filiales y no hay equipos desahuciados a estas alturas como sí había en la 22/23. Estás a un partido o a dos de salir o de meterte en problemas, así que necesitamos ganar. A nivel mental, los jugadores necesitan cuanto antes resultados positivos.

—La falta de gol en los atacantes. ¿Cómo se convive con ella?

—De la mejor manera posible, con refuerzo positivo. No vale de nada incidir en los errores, hay que hacerles ver que lo más importante es que tengan esas ocasiones. Me preocupa algo más que nos cueste acabar jugadas. El otro día Santi (Miguélez) falla una en el área pequeña, vale, pero llegó ahí y la tuvo. Eso me gusta. El problema está siendo la toma de decisiones en el último tercio del campo porque ahí aparecen las ocasiones primero y el gol después. En los entrenamientos tratamos de hacerles ver a Santi, Xabi Sola y Enol que los tiros tienen que coger puerta, que hagan participar al portero y no busquen constantemente las escuadras. Su trabajo en el campo es muy bueno, pero a los delanteros le acaban juzgando por los goles.

—¿Qué partidos de esta primera vuelta recuerdan con más rabia?

—Sin duda el del Compostela. Es un partido para ganar fácil, holgadamente, y ya no es que no ganes, es que tras un rechace de una falta lateral te hacen un golazo increíble y pierdes. Aquel día en el viaje de vuelta pensábamos que no íbamos a ganar nunca, esa era la sensación. Otro que fue hace poco, ante el Ourense aquí en El Requexón, Dieguito tiene una ocasión clarísima en cada parte. Desde el día del Covadonga (5-0) no hemos hecho un gol en jugada, todo ha sido a balón parado. El equipo no se descompone y está vivo, pero aunque seamos un filial y el resultado tampoco es que sea lo primordial, a nivel anímico sí necesitamos ganar para seguir creciendo.

—Se habla mucho de las lesiones del primer equipo, pero ustedes no se quedan atrás.

—Está siendo difícil, sí. Cuando hay lesiones en el primer equipo estas afectan al filial y lo del filial afecta al juvenil A, es lógico. El problema es que son demasiadas lesiones. Unas son de mala suerte, contusiones o desgracias, pero este año estamos teniendo mucha lesión muscular y la forma de trabajar es la misma que la del año pasado, aunque ciertas cosas cambien porque son plantillas diferentes. Está siendo una desgracia y no le encuentro explicación. A lo largo de la temporada no hemos tenido a toda la plantilla disponible ni una semana y hubo días de entrenamientos con 12 jugadores de campo por unas cosas o por otras. Tenemos la suerte de que los chicos del juvenil están dando un nivel muy alto y nos dan soluciones. No hemos repetido once en todo el año y vamos cambiando semana a semana, preferimos buscar soluciones a quejarnos.

—¿El Vetusta fichará en este mercado de invierno?  

—A principio de temporada podíamos considerar que estábamos algo cojos en la parte de atrás, pero ahora con la evolución de los centrales juveniles y la vuelta de Lucas Laso no creo que haya que tocar nada. En la parte de arriba tenemos esa carencia de cara a gol y si el mercado ofrece alguna oportunidad pues… Pero si tiene que venir algo es para mejorar lo que hay, no traer por traer. Veremos si podemos cambiar alguna ficha juvenil a sénior y así poder tirar de más gente del juvenil A, desde Óscar de la Hera hasta Coballes o Agudín. Con la plantilla que tenemos es con la que vamos a tirar y ya veremos al final del mercado si viene alguien.

—Uno de esos jugadores castigados por las lesiones es Iván González.  

—Acabó la temporada pasada a un nivel altísimo y era uno de los chicos llamados a dar otro paso al frente. No voy a decir que fuese el recambio de Álex Cardero porque son posiciones diferentes, pero sí un rol similar. Ha llegado Dieguito, al menos, que está siendo muy importante, pero Iván debería ser clave. En la primera semana se lesionó y estuvo cerca de dos meses parado. Es un chico muy diésel y que necesita estar bien físicamente. Cuando parecía que volvía a rozar su mejor nivel, pequeño esguince de tobillo en Santander. Y cuando volvía a parecer que estaba bien, otra lesión muscular. Es de los tres o cuatro futbolistas que menos han jugado en esta primera vuelta y ojalá ahora pueda ser importante porque lo necesitamos.

—Marco Suárez está realizando una gran temporada bajo palos.

—¿Cuántos porteros que sean primer año sénior llevan 57 partidos con el filial (44 en Segunda RFEF)? Muy pocos. Es un portero que siempre me gustó, aunque le veía algo estancado en ciertas situaciones del juego. En el juego de pies o el hablar en la portería, aspectos que siempre dominó, creo que estaba estancado, pero esta temporada ha dado un paso adelante importante. Bajo palos es muy ágil y tiene que seguir mejorando, aunque está dando un nivel muy alto. Seguramente nunca estuvo mejor que ahora, pero todavía tiene margen de mejora.

—Hay gente que dice que, salvo Marco y Yayo, a la generación del 2004 le está costando dar un paso más.

—No sé si están estancados, lo que pasa es que igual dieron un nivel muy alto muy temprano. Charbel, por ejemplo, la temporada pasada hizo una primera vuelta nefasta. Incluso bajó a jugar con el juvenil. Después, con confianza, dio un paso adelante e hizo una segunda vuelta tremenda. Ahora les lesiones le han castigado, pero es un chico que necesita estar muy concentrado durante los partidos y eso le cuesta. Tanto él como Osky son dos jugadores que cuando juegan en la banda del banquillo dan un rendimiento mayor a cuando están en el lado contrario. Eso ahora les vale, pero cuando tengan que jugar en un estadio con 15.000 personas no les va a valer.

—¿Y Osky?

—Osky es similar. Tiene todas las condiciones del mundo para ser futbolista, pero debe ser más constante y regular. No tengo dudas sobre sus cualidades, pero necesita cambiar lo otro. Lo primero que tiene que hacer un lateral es que no se le vean las carencias y, a partir de ahí, crecer. Son dos futbolistas que dan mucho a nivel ofensivo e interpretan bien el juego, pero a nivel defensivo tienen lagunas y errores que te marcan. Hay que seguir trabajando en eso. ¿Han llegado a su máximo nivel? No. ¿La progresión hace año y medio era muy grande y ahora es más pequeña? Pues quizá sea eso. Son activos del club desde muy pequeños y tienen que dar ese paso más en el filial para seguir evolucionando.

—Esto que comentamos ha coincidido con la aparición de la generación del 2005. Empecemos por Diego Menéndez, Dieguito.

—Desde el principio tuve claro que quería que estuviese con nosotros. Es el jugador más cercano a lo que era Álex Cardero: juega bien entre líneas, tiene buen físico a la hora de repetir esfuerzo y ser dinámico… Le falta el poso que tenía Álex en la categoría, claro, pero Dieguito está dando un nivel muy alto y en muchas posiciones. Interpreta bien el juego, sabe buscar las ventajas y es una pasada a nivel de trabajo y aprendizaje. Es el futbolista que mucha gente menos esperaba en el filial y casi es el que más minutos está teniendo.

—Cheli, mediocentro.

—Su evolución es muy buena, pero le pasa como a Iván: es diésel. Tiene que mejorar en cuanto a dinamismo y velocidad de ejecución, y lo está haciendo. En Villalba hizo un partidazo y ya contra el Cayón nos dio la victoria con un gol. Eso, disparo, gol y llegada, lo tiene. Es muy completo y seguro que en la segunda vuelta participará más.

—Adri Fernández (lateral) es el otro que está más cerca de dar el salto.

—No acaba de tener regularidad con nosotros, básicamente, por el tema de las licencias de juveniles. Tenemos muchos laterales, con Omar Falah y Osky en la izquierda y a Charbel, Lamine o incluso Sesé y Nico en derecha, por eso era difícil meterlo. Eso sí, confío muchísimo en Adrián. Todavía tiene que hacerse un poco más físicamente, pero un jugador que te puede jugar en las dos bandas sin problemas, que tiene ese golpeo de balón y que además compite como compite no lo hay por ahí. Tiene que mejorar a nivel de cabeza, porque rápidamente se dispersa y hay que estar encima de él con el refuerzo positivo, pero ya la temporada pasada en la que era segundo año juvenil hace unos partidos buenísimos con nosotros. Si no es este año, el que viene estará seguro en el Vetusta y será un referente para el filial.

—Pelayo García (atacante) se está reencontrando consigo mismo.

—Siempre digo que Pela era mi debilidad hasta que se lesionó. Es diferente a todo lo que tiene el club. Tiene talento y eso es innato, domina las dos piernas, juega por ambas bandas y tiene gol. El problema es que ya la temporada pasada su debe estaba en lo físico, le costaba aguantar los choques y los esfuerzos de los partidos, así que después de una lesión grave como la que tuvo eso se agrava. Le ha venido de lujo bajar al juvenil A y ser importante en División de Honor. Ya en las últimas semanas de 2023 iba a jugar con nosotros, pero se lesionó. Ahora ha vuelto a entrar en dinámica y veremos cómo va evolucionando, pero es un futbolista que me encanta. Estoy convencido de que dará muchas alegrías.

—Óscar de la Hera se convirtió el domingo en el 19º jugador juvenil en debutar a sus órdenes.

—Cuando fichó por el Oviedo todos pensamos que era el típico fichaje que los clubes hacen por necesidad, porque se había marchado Sergio Neira y al juvenil A le faltaba algo arriba. Óscar dio un rendimiento alto en el Urraca en Liga Nacional, pero claro, el Oviedo es otra cosa. Al principio le costó, porque el cambio es grande, pero le ha venido bien el ser titular desde el primer día. La evolución es grande y todavía tiene margen de mejora. Parece que le falta en lo físico, pero gana duelos y descarga bien de cara. Ahora, incluso, está en racha y hace goles con facilidad. El otro día lo llevamos, había entrenado bien y tenía claro que iba a jugar minutos. No sé si volveremos a contar con él, pero están haciendo una temporada inmensa en el juvenil A y podrían tener más oportunidades con nosotros.

—¿Se esperaba la temporada sobresaliente que está realizando el juvenil A de Paco Fernández?

—La División de Honor ha cambiado en los últimos años. Está más igualada que nunca, seguramente porque muchos clubes apuestan por subir a los jugadores de tercer año a los filiales. El Oviedo está dando un rendimiento tremendo y muchos de esos jugadores están en dinámica con nosotros y los ves que andan muy bien. Compiten como pocos y arriba tienen pólvora. Si a ese juvenil A le sumas a Marco Esteban, Jaime Vázquez y a Dieguito igual están para, además de luchar la Liga como están haciendo, ser candidatos también en la Copa. Esa generación del 2005 está a un nivel muy alto y gracias a las victorias cada vez están mejor de confianza, seguro que en poco tiempo están instalados en el filial y quién sabe después.


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