La Voz de Asturias

El juvenil A del Real Oviedo no falla en Lloreda

Azul Carbayón

Pablo Fernández Lloreda
Los jugadores del juvenil A celebran uno de los goles al Lugo

Los azules vencieron al Veriña en un complicado partido en el que fueron superiores y siguen la estela del Celta en el grupo I de División de Honor

29 Oct 2023. Actualizado a las 11:36 h.

Mucha lluvia, mucho viento y las siempre complicadas dimensiones de Lloreda, la casa del Veriña. A eso se enfrentó el juvenil A del Real Oviedo esta tarde y los de Paco Fernández consiguieron salir vencedores (0-2) de la exigente prueba. Los azules no bajan el ritmo: siete victorias, un empate y una derrota en nueve jornadas. 

Cheli, en el último instante

Paco apostó por su once tipo, incluyendo a Denzel en el eje de la defensa para darle fuerza y estatura al equipo en las disputas y cambiando el perfil de los extremos, jugando Pelayo y Agudín a pierna natural. El once fue el formado por Pelayo; Marcos Lopes (Illán, min 46), Denzel, Adri Lopes, Martín; Agudín (Alex, min 65), Vicente (Del Oso, min 46), Cheli (Pedro, min 86), Pelayo García; Jaime Coballes y De la Hera (Adri Fernández, min 86).

El Oviedo arrancó bien, muy intenso y apretando al Veriña, desarrollándose el juego mucho más cerca del área local que de la visitante. Eso sí, sin ocasiones claras para los azules. Con el paso de los minutos, el Veriña creció e igualó el escenario, y a partir del minuto 20 el primer tiempo se desarrolló entre disputas, malos pases y balones aéreos muy condicionados por el fuerte viento. Cuando el primer tiempo moría, el juvenil A oviedista dio el zarpazo. Los azules pillaron al Veriña en una contra y Jaime Coballes fue derribado justo cuando se plantaba ante el portero rival. Tarjeta roja y, en la falta, jugada ensayada que acabó con Cheli definiendo al palo largo con el interior. 0-1 y descanso.

Un Oviedo superior

Paco no quiso arriesgar y en el descanso dejó en el vestuario a los dos jugadores que habían visto tarjeta amarilla: Vicente y Marcos Lopes. El Oviedo volvió a apretar y, después de que Agudín tuviese una ocasión de cabeza, Pelayo García se inventó una jugada personal en la frontal del área y la finalizó con un derechazo -su pierna menos hábil- a la escuadra. 0-2 y partido casi sentenciado.

A partir de dicho gol, y salvo alguna jugada aislada a balón parado, el Oviedo controló el partido y no sufrió en un campo en el que lo habitual es sufrir. El triunfo permite al juvenil A oviedista seguir la estela de un Celta -22 puntos ambos equipos-, que este domingo recibe al Lugo.


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