La Voz de Asturias

La Pizarra: Borja Sánchez en el Oviedo de Cervera

Azul Carbayón

Pablo Fernández Oviedo
Borja Sánchez perseguido por Nyom durante el Leganés-Oviedo

Analizamos el partido del centrocampista oviedista en Butarque y lo que aportó al equipo azul en el triunfo ante el Leganés

21 Mar 2023. Actualizado a las 20:28 h.

Al margen de esa asistencia tan suya que no tuvo su impacto en el marcador debido al fuera de juego de Borja Bastón, o al remate que tuvo en el corazón del área tras un saque de esquina en el segundo tiempo, el partido de Borja Sánchez en Leganés fue digno de reseñar. En su primera titularidad liguera tras seis meses repletos de sufrimiento e incertidumbre, el Real Oviedo de Cervera fue también, por fin, el Real Oviedo de Borja Sánchez. La banda izquierda azul recuperó a su legítimo dueño. 

El '10', parte de la coraza oviedista

El Oviedo presionó muy bien en Butarque. Sin volverse loco, los azules alcanzaron una altura considerable en varias fases del partido y acumularon muchas recuperaciones en campo rival, algo que hacía tiempo que no sucedía. Y lo hicieron con Borja Sánchez en la banda izquierda y Hugo Rama por dentro. Es importante resaltar lo segundo, ya que el centrocampista gallego le dio un punto más de dinamismo a esa presión interior que normalmente se queda más coja cuando son Bastón, Enrich o Manu Vallejo los encargados de realizarla. 

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Borja, por su parte, interpretó a la perfección lo que debía de hacer para complicarle la vida a Nyom. El defensa del Leganés, lateral derecho la mayor parte del encuentro pero que en salida de balón solía actuar como tercer central, veía como el ovetense perfilaba su presión desde fuera hacia dentro y le negaba el pase al jugador de banda, en este caso Miramón. Cervera quería que, en la mayoría de las ocasiones, su rival saliese por el central izquierdo -Sergio González-, y cuando los pepineros lograban hacerlo por el otro lado se encontraban con la buena respuesta azul.

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El pase atrás hacia el portero Riesgo o, directamente, el balón largo desde los centrales, esa era la solución que en muchos casos le quedaba al Leganés. Y ahí estuvo contundente el Oviedo para dominar en el juego directo. Volviendo al papel de Hugo Rama en la presión, los carbayones aprovechaban la superioridad numérica por dentro cuando Cisse o Arnáiz no acababan de engancharse al centro del campo para robar y mantener la posesión. Si Rama recuperaba, Borja, Montoro o incluso Bastón estaban cerca. Y el ataque ya era azul. 

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Las diferentes soluciones con balón

A diferencia de otros partidos en los que el doble pivote tenía prohibido aparecer por la primera línea en salida de balón, en Butarque pudimos ver a Montoro incrustarse con asiduidad junto a los centrales. Cuando eso pasaba, casi siempre en uno de los costados y no entre Calvo y Costas, Rama acompañaba a Luismi en el doble pivote, Abel Bretones ganaba altura y Borja Sánchez aparecía entre líneas, a la espalda del centro del campo rival. 

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El '10', además, no tiene problemas en ser él mismo el que aparezca en primera línea. El Oviedo ganó en recursos con balón y en varias ocasiones hasta cuatro jugadores coincidieron en la base de la jugada: los centrales, Montoro y el propio Borja Sánchez. El Leganés dudaba a la hora de seguir las marcas o de saltar a la presión, y eso lo aprovechaba Abel Bretones para ir al duelo ante Nyom o el propio Lucas para beneficiarse del espacio que se generaba en la derecha. 

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Se suele decir que Borja Sánchez mejoró una barbaridad su faceta defensiva a las órdenes del Cuco Ziganda. Y es una realidad. Pero ojo, Borja también mejoró una barbaridad el juego ofensivo del Oviedo del técnico navarro. En esa especie de 'Quid pro quo' futbolístico, la capacidad del ovetense para dar continuidad al juego en casi cualquier circunstancia y de lograr sobrevivir a contextos de inferioridad numérica en campo rival enriquecieron el ataque carbayón. Ningún otro jugador de la plantilla -y pocos en la categoría- puede aportar lo que aporta Borja en esa faceta, y Cervera también quiere aprovecharlo. 

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Borja Sánchez y Abel Bretones, capítulo I

En diciembre, cuando Oviedo y Granada se enfrentaron en la Copa del Rey, pudimos ver por primera vez en acción a la pareja Abel Bretones-Borja Sánchez. Pero ni aquel Borja estaba en condiciones ni aquel Abel era lo que es ahora. En Butarque, por fin, el Oviedo disfrutó de un dúo llamado a condicionar como ningún otro el juego ofensivo del equipo de Álvaro Cervera. En el ataque posicional, por ejemplo, con Borja como lanzador y Bretones picando al espacio, los azules encontraron una arma al margen del manido juego directo sobre los puntas. 

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Aunque, como casi siempre en este juego llamado fútbol, fue con espacios y en transición cuando más peligrosos fueron para la defensa del Leganés. Bretones encontró lo que su juego llevaba meses pidiendo, un compañero de banda que también amenazase al rival, fijase a su marca y le diese el espacio necesario para atacar con más libertad. Un simple 2vs2 en banda es suficiente para que extremo y lateral sean un dolor de muelas para cualquier defensa, en este caso Nyom y Cissé. Los jugadores del Leganés se vieron sobrepasados en varios momentos del segundo tiempo y el Oviedo encontró un filón en ese flanco izquierdo. Y esto solo debería ser el principio. 

El hambre del ovetense

661 minutos disputados a finales de marzo son muy pocos minutos. Borja Sánchez, castigado por las lesiones en la temporada posrenovación como nunca había experimentado, tiene hambre de todo. Y ante el Leganés se vio tanto en facetas ofensivas como, sobre todo en el último tramo del encuentro, las tareas defensivas. El ovetense siguió mordiendo en la presión cuando el marcador ya lucía el 0-1, evitando en varias ocasiones un balón largo del Leganés que pusiese en problemas a los centrales azules.

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Aunque la jugada que mejor refleja esa hambre es, claro está, la que todo el mundo vio en el descuento. Después de un ataque del Oviedo por banda derecha, al que el propio Borja llegó al remate, el Leganés salió y Dani Raba lideró una de las pocas transiciones de los pepineros en todo el segundo tiempo. Borja Sánchez, a sprint desde el área rival, siguió al atacante local y le robó el balón casi a la altura del centro del campo. El '10' quiere más.

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