Joni Montiel: «No hay que venirse abajo, solo esperar a que llegue tu momento»
Azul Carbayón
La Voz de Asturias entrevista al centrocampista del Real Oviedo, uno de los futbolistas menos utilizados por Ziganda y novedad en la segunda parte frente al Burgos
26 Feb 2022. Actualizado a las 15:00 h.
El pasado domingo, frente al Burgos, Joni Montiel (Madrid, 1998) disputó más de 20 minutos con la camiseta del Real Oviedo cuatro meses después. Es el tercer futbolista menos utilizado por José Ángel Ziganda en lo que va de temporada —solo superado por Tomeu Nadal y Christian Fernández—, pero no se ha rendido y quiere ser importante en la recta final del curso. LA VOZ DE ASTURIAS charla con el centrocampista zurdo sobre su difícil adaptación al club oviedista, sus momentos más complicados del curso y el trabajo diario en El Requexón.
—¿Cómo está?
—Está siendo una temporada en la que, sobre todo al principio, me costó adaptarme a las ideas del míster y a la ciudad, pero ahora la verdad es que estoy realmente cómodo en el club y muy contento. Espero acabar el año muy bien.
—¿Qué pensó cuando, junto a Borja Sánchez, fue elegido para ser el primer cambio en Burgos?
—En ayudar al equipo, eso siempre es lo principal. El bloque necesita de todos sus jugadores. Al principio del curso es cierto que no entraba en los planes del míster, pero creo que he sabido darle la vuelta a la situación y espero ayudar en esta recta final.
—¿Le sorprendió entrar tan pronto?
—Sí, la verdad es que me sí. No te voy a decir que no porque me estaba costando mucho entrar, pero estoy entrenando bien y siento que soy puedo ayudar al equipo a conseguir los objetivos.
—0-1 de Bastón, y vuelta a calentar.
—En ese momento me daba igual el cambio, la verdad. Lo importante era que el equipo ganase y, cuando me toque, ya tendré la oportunidad de demostrar que puedo ayudar.
—¿Qué tal se vio?
—Acabé el partido algo enfadado porque tuve dos ocasiones en las que si tengo más confianza podría haber hecho gol o asistencia. Pero mis sensaciones fueron buenas, creo que fueron 20 minutos bastante completos. En ocasiones soy muy autocrítico y me hago daño de más. En vez de salir del campo feliz y contento tras jugar después de mucho tiempo, pienso en eso que pude hacer mejor.
—«Joni lleva un tiempo bien y por eso ha jugado. Estaba convencido de que podía aportarnos en estos minutos». Esto lo dijo Ziganda en rueda de prensa.
—Agradezco muchísimo sus palabras, de verdad. Me ha costado mucho… No terminaba de entrar y todos los futbolistas somos egoístas, queremos jugar siempre y cuando no salen las cosas estamos jodidos y frustrados. El Cuco ha hecho mucho hincapié conmigo en apretarme en ciertas cosas que eran necesarias para mejorar mi rendimiento. Me ha ayudado a darle la vuelta a ciertos aspectos y, tras mejorarlos, creo que puedo ser bastante útil para el equipo.
—Retrocedamos unos meses. ¿Cómo se vio al llegar a Oviedo y cómo vio al equipo?
—Vine sin hacer pretemporada, que para mí es la parte más importante de toda la temporada porque ahí es donde cargas toda la gasolina para afrontar el curso. Además, la COVID-19 también me golpeó duro. El míster empezó apostando por un esquema que yo creo que me beneficiaba, el 4-3-3, pero luego el equipo empezó a ir bien con el 4-4-2 y ahí se quedó.
—En las primeras diez jornadas solo juega más de 20 minutos en cuatro partidos.
—Al final son un conjunto de circunstancias que fueron haciendo que yo me quedase apartado u olvidado, no sé explicarlo. También creo que las veces que participé ayudé al equipo y lo mejoré. A lo largo de una temporada se necesita de todos y que todos estemos mentalizados para lo que nos toque, solo así se consiguen los objetivos.
—Ante el Burgos, en el Tartiere, fue titular por primera y única vez. A partir de ahí, casi nada.
—Tras eso estuve mal. Yo pensaba que había sido útil para el equipo en aquel partido, pero a lo mejor para el míster no lo fui. Es así. Hay que respetarlo, seguir trabajando y, muchas veces, mirarse a uno mismo y saber que puedes dar más de lo que estás dando.
—¿Cómo era el día a día en El Requexón?
—Es jodido, la verdad. Tienes que ser muy fuerte mentalmente porque si entras en bucle te vas encerrando y no tienes ganas de nada, ni de entrenar ni de ir a los partidos. Pierdes la ilusión. Al final creo que esto que hacemos es muy bonito y tenemos que disfrutar todos los días, porque cuando se te acaba de verdad es cuando dices “uf, si hubiese disfrutado de este entrenamiento o si hubiese trabajado esto…”. La nuestra es una profesión que hay que disfrutar y en la que si no juegas es por algo o porque, básicamente, no entras en los planes de un entrenador, pero eso puede cambiar. No hay que venirse abajo, solo esperar que llegue tu momento.
—¿En quién se apoyó?
—Tenemos un grupo humano espectacular, hay un vestuario y un ambiente muy sano. Mi familia está lejos y eso ha sido difícil, estaba acostumbrado a tener a mi gente cerca. Mi pareja me ha ayudado muchísimo, es a la que le debo todos esos momentos malos en los que me aguantó y siempre estuvo conmigo.
—¿Se habla poco del estado anímico de los futbolistas?
—Sin duda, sí. Muchas veces estás expuesto a críticas injustas que duelen y ayudan muy poco. Pienso que hay que estar preparado para eso, porque si te dejas arrastrar te puede hacer mucho daño. Y eso les pasa a muchos jugadores en muchos momentos. Son cosas que hay que saber dejarlas pasar.
—¿Se planteó irse en el mercado de invierno?
—No. Dejé claro que pasara lo que pasara quería seguir aquí porque sabía que podía darle la vuelta a la situación. Confiaba en que iba a hacer todo lo que estuviese en mi mano para hacer las cosas bien y en ello estoy, concentrado en el día a día y en mejorar todo lo que pueda y acabar muy bien el año. Eso es lo que deseo.
—¿Cómo ha sido su relación con Ziganda y el resto del cuerpo técnico?
—Al principio de la temporada era como la de todos los jugadores: cuando tienen que darte alguna instrucción o que puedes hacer mejor algo vienen y te lo dicen. Insistían mucho en meternos a la cabeza el estilo de juego, cómo apretar o cómo replegar.
—¿Y después?
—Sí que es verdad que con el paso de las semanas se perdió un poco ese feeling que había al principio, pero es una complicidad que ahora sí la vuelve a haber.
—¿Qué cambió?
—Muchas veces, los futbolistas estamos más predispuestos a escuchar y hacer cuando vemos que vamos a jugar. Pero cuando uno ve que está un poco fuera de los planes del míster para el fin de semana, te evades y no quieres escuchar ni hablar con nadie. El fútbol es así. Saber manejar esos momentos malos es fundamental. Pienso que el míster me ha ayudado a mejorar esto último.
—Hablemos de fútbol. ¿Dónde se ve en este Oviedo?
—Depende del esquema. Creo que de centro del campo en adelante puedo jugar en cualquier sitio, pero mi posición preferida es la media punta. Es donde me encuentro más cómodo: recibiendo entre líneas, pudiendo filtrar últimos pases, conducir, sacar disparo… Ahí es donde creo que soy fuerte y puedo ayudar más al equipo. En banda derecha también me gusta jugar, acompañando al delantero, como ‘8'…
—La presión, uno de los puntos fuertes del equipo.
—El fútbol está avanzando mucho en el nivel físico, hoy en día todos los jugadores pueden recorrer muchísimos kilómetros. Ziganda no solo incide en los atacantes y en las bandas, incide en todo. Quiere que el equipo siempre esté junto, que le neguemos los espacios al rival, bascular de manera coral y que corramos hacia atrás. Automatismos que hoy en día son muy necesarios para que un futbolista esté a buen nivel.
—¿Y usted los tiene?
—Al principio me costó mucho, igual no interpretaba bien el mensaje del míster. Ahora me veo muy bien en todo, a nivel mental, físico y futbolístico.
—Vio ascender al Rayo de Míchel y formó parte del Rayo de Iraola. ¿Cómo ve al Oviedo?
—Nos veo con potencial para lucharlo, de verdad. Sobre todo, por el grupo humano que hay ahí dentro. En lo futbolístico tenemos una plantilla larga y buena, pero pienso que los equipos consiguen los objetivos cuando el vestuario es bueno. Aquí no hay envidias, malos rollos… Todo es sano, da igual quien juegue. El míster eso lo sabe y está siendo un año muy cómodo a nivel de ambiente.
—¿El compañero que más le ha sorprendido futbolísticamente?
—Brugman. Me parece un futbolista TOP. Desconozco las circunstancias por las cuales está en Segunda División, pero es un jugador de primer nivel.
—Es el futbolista más joven en debutar con el Rayo en Primera. ¿Qué le está pareciendo la cantera oviedista?
—Me está sorprendiendo el nivel. Yayo, Álex, Mario Fuente del juvenil, René, Mangel… Todos son buenos jugadores. Tener a esos chavales en el día a día les ayuda mucho en su progresión y también es muy bueno para el club. Están preparados para dar el salto en cualquier momento.