La Pizarra: Recurriendo al talento
Azul Carbayón
Analizamos en cinco claves el empate del Real Oviedo ante el Espanyol
10 Mar 2021. Actualizado a las 10:26 h.
El Real Oviedo, por mucho Espanyol que estuviese enfrente, no se puede permitir los 20 primeros minutos que realizó en Cornellá el pasado viernes. Ni el Oviedo ni ningún equipo que quiera sacar algo positivo de un partido, bueno. Al margen de ese tramo inicial anticompetitivo, el partido deja cosas positivas en el equipo de José Ángel Ziganda. Los azules se están acostumbrando a superar las crisis de juego consiguiendo resultados, algo nada habitual en la presente temporada. Y esto es clave a la hora de recuperar la chispa futbolística. Seguramente, los brotes verdes vistos en el RCDE Stadium cuando el Cuco juntó a Borja, Tejera, Sangalli, Nahuel y Valle no se entienden sin las victorias ante Lugo y Zaragoza.
Darder y la mala presión del Oviedo
Ziganda apostó por situar a Javi Mier en esa demarcación en la que aporta dinamismo a la presión pero que, a su vez, pierde cualquier tipo de influencia en la posesión azul. Ante el Espanyol, lo primero no salió y el plan inicial perdió todo el sentido del mundo. Sergi Darder, partiendo del doble pivote, solo tuvo que caer al costado en los inicios de juego del Espanyol para poner en jaque a todo el entremado azul.
El balear se unía a los centrales, Keidi se quedaba en el centro y Puado, Melendo y RDT esperaban como hienas a la espalda del doble pivote carbayón. Mientras tanto, la dupla atacante del Oviedo era eliminada con un solo pase y Borja Sánchez y Marco Sangalli dudaban a la hora de saltar a la presión o quedarse guardando el sitio. Los azules llegaban siempre tarde y la posesión del Espanyol, sin ser ninguna oda al dinamismo, fluía con facilidad cerca del área de Joan Femenías. Se mascaba la tragedia.
Un gol que estaba cantado
Y la tragedia llegó en el minuto 8. Nueva presión ineficaz del Oviedo, esta vez con Borja Sánchez tomando la primera mala decisión. El '10' leyó mal la posesión del Espanyol y saltó cuando no debía hacerlo. Javi Mier no leyó el movimiento de Borja y David López y Keidi Bare, viendo el panorama, solo tuvieron que dar dos toques para que Lluís López recibiese solo en el costado derecho, ya que Lucas Ahijado estaba con Embarba.
La jugada continuó y los jugadores del Oviedo siguieron tomando malas decisiones. Tejera basculó, pero lo hizo sin tapar la línea de pase al jugador que dejaba atrás. Melendo recibió a la espalda del capitán azul, giró y el problema ya era una realidad. Edgar y Sangalli llegaron tarde y RDT disparó cómodo desde la frontal. Femenías despejó al centro y Melendo remató a placer en el rechace.
La reacción azul
Durante los últimos 20 minutos del primer tiempo, los azules se asentaron en el césped y lograron frenar la hemorragia. Borja Sánchez comenzó a entrar en juego desde el flanco izquierdo y, aprovechando la poco agobiante presión del Espanyol, el equipo de Ziganda cruzaba sin problemas la medular. La expulsión de Dídac en el 38' acabó de dibujar un escenario esperanzador para el conjunto azul. El Cuco leyó bien la situación y, tras meter en el descanso a Valle, dio entrada a Nahuel Leiva y Blanco Leschuk. La superioridad numérica en el carril central era evidente y se pudo ver en la jugada que acabó en el 1-1.
Edgar, aprovechando un mal pase de Cabrera desde la banda, se anticipó a Puado. Ya en ese momento, Tejera, Sangalli y Borja estaban preparados para cazar el balón suelto. Fue este el último el que lo consiguió y ahí empezó la jugada del empate. El '10' del Oviedo encontró a Borja Valle, que aprovechando la vigilancia de los centrales del Espanyol sobre Blanco Leschuk, pudo recibir sin problemas a la espalda de la medular local. Cuando el berciano y Nahuel arrancaron en transición, Darder, Melendo y Keidi Bare ya estaban desactivados.
Borja, factor determinante
1-1 en el marcador, el Espanyol con diez y, por primera vez en la temporada, Ziganda juntando en el césped a Tejera, Sangalli, Borja Sánchez, Nahuel Leiva y Borja Valle. Todo esto, además, con Blanco Leschuk en la punta de ataque y obligando a los centrales del Espanyol a estar pendientes de su figura. Era el momento del Real Oviedo y el conjunto local lo sufría cada vez que Borja tocaba el balón.
Edgar pasó a ser central, Christian cayó unos metros hacia la izquierda y Sangalli se situó junto a Tejera en la medular. Además, Borja cedió su lugar en el flanco a Nahuel y pasó a jugar por dentro. Esa fue la variación táctica por la que apostó Ziganda para aprovechar la superioridad numérica. El Oviedo acumulaba mucha gente por delante del balón y, aunque ocasiones claras como tal no hubo muchas, los azules sí dispusieron de recursos de sobra para plantarse cerca de Diego López. De manera evidente, el Cuco recurrió a casi todo el talento ofensivo de su plantilla y el resultado fue esperanzador.
Ziganda renuncia a la ventaja
Fue entonces cuando, con todavía más de diez minutos por delante, Ziganda retiró del campo a Borja Sánchez y apostó por Samuel Obeng. Es decir, quitó una pieza de la fase de construcción para añadirla a la fase de finalización. Y no dio resultado. El Oviedo dejó de aprovechar el carril central, el Espanyol se juntó y el balón ya no corría con continuidad cerca del área local.
Los azules tenían a tres futbolistas en zona de remate, sí, pero el balón tenía que llegar a dicha zona. Además, para el conjunto de Vicente Moreno fue mucho más cómodo defender a pocos metros de Diego López y dejar de preocuparse por la medular. Sin apenas acercamientos peligrosos, a excepción un gran pase de Sangalli que Valle no fue capaz de aprovechar, el partido se fue muriendo poco a poco para alegría del Espanyol.