La Pizarra: Nahuel y sus nuevos socios
Azul Carbayón
Analizamos en cinco claves el empate del Real Oviedo ante el Málaga
14 Jan 2021. Actualizado a las 10:14 h.
El partido de La Rosaleda del pasado sábado, último de la primera vuelta para el Real Oviedo, sirve, más o menos, para explicar lo que han sido estas 21 jornadas para el cuadro carbayón. Los de Ziganda, debido a varios errores groseros en defensa, empezaron perdiendo un encuentro que en ese momento no parecía destinado al vértigo. Después, con el paso de los minutos, el Oviedo volvió a ser ese equipo capaz de generar ocasiones con relativa facilidad. Como en tantos findes de semana de esta primera vuelta del campeonato, pasaron de ir por detrás en el marcador a merecer, al menos más que su rival, la victoria. Esos puntos que te alejan de la zona de peligro pero que no te acaban de enganchar al tren del playoff.
Errores que no deberían aparecer en el guion
Pasó ante el Mallorca y pasó en La Rosaleda. Los bermellones, al menos, se instalaron en el campo del Oviedo y antes del error de Mossa daban sensación de peligro. Pero el Málaga no. Los primeros 12 minutos del partido del sábado fueron los típicos de un inicio de encuentro en Segunda División: dos equipos midiéndose, no acabando de encontrar el ritmo con balón y sin pisar el área del rival. Fue entonces cuando Christian y el Oviedo concedieron.
Salida de balón de los azules. Christian, en el perfil izquierdo, recibe solo el pase de Arribas. El cántabro espera y espera, hasta cinco segundos con el balón en las botas, regalándole el tiempo necesario a Chavarría para llegar desde el centro y presionar el golpeo, que acaba directamente en Casas, lateral derecho del Málaga. Caye corrió al espacio y forzó el saque de esquina. Ahí llegó el segundo error. Dos jugadores locales en la corta, solo uno visitante. Nahuel, sin ayudas, no pudo parar a Yannis, que fusiló a Femenías. Una acción, por cierto, mal defendida también en anteriores jornadas.
El mal juego directo del Oviedo
A pesar de que el gol no llegó tras un acoso evidente del Málaga, el Oviedo jugó en La Rosaleda uno de sus peores inicios de partido de la temporada. Los azules no conseguían avanzar por los costados, con Sangalli y Nieto, piezas claves del entramado de Ziganda, sin poder participar en la circulación. Además, el Málaga no se complicaba en salida de balón e impedía a los visitantes presionar en campo rival (solo cinco robos en el primer tiempo). El juego directo, recurso y solución fundamental en este Oviedo, tampoco funcionaba.
Los golpeos desde la zona defensiva no eran buenos, Leschuk no estaba tan lúcido como en otras ocasiones en el juego de espaldas y sus compañeros, empezando por Rodri, no leían correctamente ni una segunda jugada. La poca química entre la pareja de delanteros carbayones contrastaba con la del Málaga. Caye y Chavarría, superiores a Christian y Arribas en el primer tiempo, se movían una y otra vez para ofrecer líneas de pase, estirar el equipo y aprovechar los espacios.
Nahuel, como casi siempre
Y cuando el Oviedo no encuentra el camino, recurre a Nahuel. El rosarino comenzó a entrar en juego desde el flanco izquierdo y el equipo azul vio la luz. Lucas, tímido pero eficaz en las subidas, ejercía de escudero. Jimmy, que poco a poco fue mirando más a su izquierda, también ayudaba. Hasta Leschuk, harto de no poder aportar en otras zonas del campo, se fue tirando a dicho flanco para juntarse a Nahuel y poner en aprietos al Málaga. Y lo consiguieron.
Llegaron las mejores oportunidades del primer tiempo, incluido un gol anulado a Sangalli por fuera de juego previo. Nahuel y el Tiburón detectaron la debilidad del Málaga, aprovechándose de la poca intensidad defensiva de Ramón Enríquez, mediocentro local, para generar un 3 vs 3 en la izquierda. El Oviedo, por fin, tenía un plan en La Rosaleda.
Jimmy se suma a la fiesta
Jimmy, que en el primer tiempo ya había dejado a Rodri solo ante Dani Barrio, fue creciendo hasta convertirse en el dueño del partido tras el descanso. En esos primeros minutos, el centrocampista miraba descaradamente a la banda izquierda, donde siempre estaba Nahuel. Así se cocinó el gol del empate, con una triangulación perfecta entre el ovetense, Lucas y el propio Nahuel.
El mediocentro del Oviedo, con Javi Mier algo más liberado y centrado en pisar área, era el apoyo perfecto de todos sus compañeros. Metódico como nadie en el control y pase, Jimmy, desde la base, ayudaba a mantener la posesión o era el encargado de activarla, filtrando varios pases por dentro que rompían una y otra vez la presión local. Rozando el 70' regaló otro gol, esta vez a Nieto, pero el lateral azul falló ante Barrio.
Los minutos finales
El sector izquierdo continuó siendo el lado fuerte del Oviedo tras el 1-1 y el Málaga, que nunca logró ajustar esa debilidad, siguió sufriendo. Los protagonistas del tanto carbayón se volvieron a juntar y solo un mal pase de Lucas impidió una ocasión clamorosa para Leschuk. El conjunto local, por su parte, no pisaba el área de Femenías y solo algún robo en campo del Oviedo les permitía asustar a la defensa carbayona. Arribas y Christian, mucho mejor que en el primer tiempo, estuvieron a buen nivel.
El Cuco quiso renovar el ataque y dio entrada a Obeng y Borja Valle, que no acabó de ser ese socio de Nahuel que el partido pedía. El berciano, tirado a la izquierda y ya con el rosarino en el banquillo, tuvo la última gran oportunidad del Oviedo, pero su disparo al primer palo salió desviado. Por su parte, Obeng sí puso en más aprietos a los centrales rivales y, además de provocar la expulsión de Escassi, tuvo en sus botas el 1-2. Barrio le negó el gol.
Como en tantos partidos disputados por el Real Oviedo esta temporada, el encuentro murió en el área del rival. Y como en tantos partidos disputados por el Real Oviedo esta temporada, el encuentro acabó con menos puntos de los debidos en el casillero azul. Si fallas, la Segunda División no perdona. Aunque pocos equipos saben reponerse al error. Los azules son uno de ellos.