El arma encasquillada del Oviedo

Desde que se consumó la vuelta al fútbol profesional, allá por 2015, el Real Oviedo ha tenido en el balón parado una de sus armas más peligrosas. Durante estas cuatro temporadas, los azules fueron uno de los equipos más prolíficos en dicho apartado y, casi siempre, los entrenadores rivales avisaban, y siguen avisando, de ello en rueda de prensa. Pero algo no está funcionando este curso.

El Real Oviedo, en lo que va de temporada, solo ha marcado 3 goles a balón parado (sin contar los penaltis): ante Deportivo, Lugo y Málaga. Se trata de la cifra más baja de los últimos cuatro años, y eso que el apartado goleador no está siendo un problema en el actual conjunto carbayón. Los 18 tantos a favor del presente curso son la segunda cifra más alta del último ciclo, solo superada por los 20 de la 15/16.

«Un equipo como el nuestro no puede sacar tanto saque de esquina y tantas faltas y no hacer daño al rival», dijo Javi Rozada hace unas semanas tras el empate ante el Zaragoza. Si uno mira la plantilla azul, no se explica que la cifra de goles en jugada de estrategia sea tan baja.

Vale que ya no esté Néstor Susaeta, uno de los mejores lanzadores de los últimos años en la categoría, pero Saúl Berjón y Sergio Tejera siempre han sido peligrosos en dicho aspecto. En zona de remate, las opciones son numerosas. Carlos Hernández, defensa más goleador de la categoría hace dos temporadas, Christian, Ortuño o Lolo son jugadores poderosos en el juego aéreo. 

Echando la vista atrás, en la 15/16 el Oviedo anotó 7 goles en jugadas de estrategia en las primeras 13 jornadas. En la 16/17 se marcaron 4, en la 17/18, ya con Anquela en el banquillo, fueron 6 y el pasado curso otros 4. En todas, más que en la presente temporada. El viernes, ante el Almería, los azules intentarán volver a ser ese equipo temible cada vez que se lanzaba un balón parado.