La Voz de Asturias

El Requexón se reivindica en Segunda B

Azul Carbayón

Pablo Fernández Oviedo
Los futbolistas del Vetusta celebran un gol frente al Bilbao Athletic

Análisis de la temporada del Vetusta; cómo ha sido la 18/19 y el futuro más inmediato del filial carbayón

23 May 2019. Actualizado a las 20:40 h.

Era difícil imaginar un regreso mejor del Real Oviedo Vetusta a la Segunda División B. El conjunto carbayón volvía a la categoría de bronce 16 años después y lo hizo por la puerta grande: se quedó a dos puntos del playoff de ascenso, batió el récord de puntuación del segundo equipo en la categoría, asentó a varios de sus futbolistas en el fútbol profesional y fue el mejor filial de su grupo y uno de los cinco mejores de toda España. Analizamos cómo se diseñó este histórico Vetusta y qué le espera al filial carbayón en su futuro más próximo.

Mismo bloque y unos "veteranos" de gran nivel

Cuando uno mira los minutos jugados de este Vetusta 18/19, puede observar que nueve de los once futbolistas más utilizados por Javi Rozada ya estaban la pasada temporada. La 17/18 que culminó con el ascenso dejó una cosa clara: la gran mayoría de dicho equipo estaba preparada para la Segunda B. Y lo han demostrado.

Para apuntalar el colectivo y dar un pasito más llegaron seis fichajes, cinco de ellos con experiencia en la categoría. Al margen de la gran actuación de los que ya estaban, el alto nivel mostrado por los nuevos ha sido una de las claves de la gran temporada del filial carbayón. Sobre todo por su corto periodo de adaptación. Lolo González, Javi Hernández, Andoni Ugarte fueron piezas clave desde el primer momento, Lucas Díaz y Casi se integraron bien y Alarcón, aunque al principio le costó, con el paso de las jornadas terminó siendo un hombre muy importante en el ataque azul.

Si bien Ernesto, Lobato y Borja Sánchez, al igual que los fichajes, ya contaban con partidos en la categoría a sus espaldas, los más veteranos de El Requexón se estrenaban en Segunda B. Para los Lucas Ahijado, Josín, Edu Cortina, Jimmy o Steven esta temporada era su gran examen, y quizás el último, como jugadores del Real Oviedo. Tras varios años en Tercera, todos ellos debían demostrar que podían ser importantes en la categoría y que, llegado el caso, convertirse en una opción real para el primer equipo. Y algunos lo consiguieron con creces.

En cuanto a los más jóvenes, la pretemporada sirvió para que Rozada viera de cerca a los futbolistas que llegaban desde el juvenil.

Finalmente, los Orviz (Ceares), Iván Conceiçao (Condal), Álex Menéndez (Covadonga) y Eloy (Praviano) salieron cedidos a Tercera División, siendo Javi y Jorge Mier y Marcelo del Olmo los únicos jugadores de primer año con ficha en el filial. Mientras que el mexicano no tuvo mucho protagonismo durante el curso, los gemelos se han confirmado como una de las grandes realidades de El Requexón y el Vetusta 19/20 deberá ser liderado por ambos.

Los jugadores del Vetusta celebran el primer gol al Sporting BReal Oviedo

La temporada: 'los perros de presa' de Rozada que aprendieron a competir

Después de sus dos meritorios cursos al frente del Lealtad, Javi Rozada volvía a la Segunda B liderando un equipo técnico, joven y con hambre de fútbol. A sabiendas de que el grupo II estaba lleno de equipos cómodos defendiendo en espacios pequeños y cerca de su área, además de ser potentes en el juego aéreo, el técnico ovetense entendió a la perfección la categoría: el Vetusta fue, desde la primera jornada, un equipo agresivo cuya virtud principal era una presión tras pérdida que casi ningún rival pudo sostener.

El filial azul, casi siempre bien colocado y con un sistema de ayudas bastante trabajado, mordía al adversario cada vez que no tenía el balón, buscando robar cuanto más arriba mejor para llegar con mucha gente a zonas de remate. La calidad y movilidad de los futbolistas carbayones hicieron el resto. 

«El Vetusta se asocia por dentro a una velocidad increíble y al espacio también son muy peligrosos. Son un equipo muy dinámico en ataque», dijo Borja Jiménez, entrenador del Mirandés, tras visitar la ciudad deportiva azul. Palabras que fueron repetidas una y otra vez por todos los técnicos que pasaron por El Requexón.

Con balón, el Vetusta fue capaz de hacer muchas cosas. Desde el centro de la zaga, Ugarte, Josín y Lolo (central desde mediados de noviembre) no se escondían a la hora de sacar el balón. Lucas, Lobato y Jorge Mier aportaban una profundidad clave durante los 90 minutos de cada partido, ofreciendo siempre una línea de pase a los Jimmy, Cortina y Javi Mier, protagonistas de la fluida circulación de balón azul. En tres cuartos de campo las opciones se multiplicaban: Borja Sánchez y Alarcón por los costados, Steven y Casi como referencias y un superlativo Ernesto por todos lados. Las posiciones no eran fijas y esta movilidad de los hombres de ataque ponía en muchos aprietos a las defensas rivales.

Al margen del juego en sí, otra de las claves de este Vetusta estuvo en su competitividad. Es imposible jugar bien todos los partidos, pero cuando esto no pasaba el filial carbayón siempre daba la cara. Consiguió sus primeros tres puntos (los más simbólicos de la temporada) en la jornada 3, en El Molinón ante el Sporting B, y desde entonces no cayó derrotado hasta mediados de noviembre. Entre la primera derrota (en Barakaldo) y la sufrida ante los riojanos pasaron once jornadas. Los azules llegaron al último partido de 2018, en El Sardinero, en cuarta posición y con tan solo dos derrotas en 17 partidos, una menos que el Racing, líder indiscutible del grupo.

El síndrome del filial: un duro comienzo de 2019 y resurrección final

Las bajas que fue sufriendo el equipo a lo largo de la temporada, unido a ese bajón de juego y resultados que cualquier filial tiene durante el año y en el cual el Vetusta tardó mucho tiempo en caer, hicieron que los de Javi Rozada pasaran por una mala época en los primeros meses de 2019. 

Mientras que Javi Hernández fue el primero en ascender al primer equipo (tan solo cinco partidos disputados con el Vetusta) y Viti solo llegó a jugar nueve encuentros, en el mercado de enero fue el turno de Lolo, pieza clave del filial (sobre todo desde el centro de la zaga), y Casi. El primero aterrizó en el Extremadura, mientras que el segundo lo hizo en el Valladolid B. Para sustituir a ambos volvieron a la casa azul Guille Pinín e Isma Fagir, cedidos en el Mosconia y en el Tuilla, respectivamente, y que casi no han tenido protagonismo.

Por último, a finales de marzo, Jimmy aprovechó con creces su primera oportunidad en el fútbol profesional y ya no salió del once de Anquela primero y Egea después. A estas bajas definitivas hay que sumarle las propias de todos los filiales: jugadores que casi no entrenan con su equipo en toda la semana y los que no están disponibles el fin de semana al ir convocados con el primer equipo. Esto, unido a las lesiones que cualquier equipo tiene a lo largo de un curso, trastocaron sobremanera el día a día de la plantilla.

Como dijimos antes, el arranque de 2019 no fue el mejor de todos. Después de la victoria en el Día de Reyes ante la Cultural de Durango, llegaron seis derrotas en las siguientes nueve jornadas. De ocupar puestos de playoff a estar sextos a seis puntos de la cuarta plaza.

Fue entonces cuando, después de volver a ganar al Sporting B en el Carlos Tartiere, los de Rozada sacaron a relucir esa capacidad de competir y resurgieron para pelear el playoff hasta el final. Después de sumar una sola derrota en las últimas jornadas, el Vetusta luchó por el cuarto puesto hasta la antepenúltima jornada y batió el récord de puntos en toda la historia del filial en Segunda B. Punto y final a una temporada para recordar.

Lobato, a la izquierda, junto a ErnestoReal Oviedo

Un verano intenso: reestructuración a la vista

«El año que viene empieza un ciclo nuevo aquí y la persona que esté en el filial va a tener que trabajar muchísimo. Se acercan años en los que tienes que sacar mucho rendimiento a los jugadores. Viene una hornada de División de Honor, quedarán muy pocos de esta plantilla. Si no me confundo, tres o cuatro. Se fichará gente... Va a haber que trabajar muchísimo». así de claro se mostró Javi Rozada en la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Racing de la penúltima jornada.

Y los primeros cambios parece que llegarán en el banquillo. Lo más lógico es que Rozada no siga y ponga rumbo a un banquillo potente de la categoría, siendo el de la Cultural el más apetecible. El ovetense, arquitecto de las dos últimas temporadas y principal culpable del crecimiento de muchos de los futbolistas, deja un hueco importante y en cuyo sustituto ya piensa la dirección deportiva azul en general y Michu en particular. 

De la zona técnica al césped. Como dijo Rozada, la plantilla del Vetusta 19/20 se parecerá muy poco a la actual. En la portería, todo apunta a la no continuidad de Gorka Giralt, arquero que ha disputado 20 partidos en el presente curso y que ha entrenado diariamente con el primer equipo. Lucas Díaz, que llegó en verano a la casa azul y fue titular en 18 encuentros, sí seguirá. Para acompañarlo, Alberto Hórreo tiene muchas papeletas para promocionar desde el juvenil A.

Ya en la defensa el asunto se complica aun más. Lucas Ahijado (1995) ha sido uno de los mejores laterales derechos de la categoría y no seguirá en el Vetusta. La cuestión es si su destino es el primer equipo carbayón o algún conjunto de Segunda B e incluso de Segunda. Ofertas no le van a faltar y seguir a Rozada podría ser una de ellas. Rubén Lobato, el indiscutible lateral izquierdo de este equipo y hombre clave en el balón parado, ya está fichado por el Eibar y el curso que viene juegue cedido en Segunda, seguramente en el Alcorcón.

En el eje de la zaga también hay muchas dudas. Ugarte (1995) dio un buen rendimiento y tampoco seguirá en el Vetusta, y al igual que Lucas, falta saber si tendrá una oportunidad en el primer equipo o si su futuro está lejos de El Requexón. Josín (1997) y Prendes (1997), pareja de centrales en el año del ascenso, terminan contrato. El primero, uno de los capitanes y hombres fuertes del vestuario, podría renovar para seguir liderando al filial en la división de bronce. El segundo es una incógnita. Las lesiones le han jugado una mala pasada y esta temporada solo ha disputado 329 minutos repartidos en cinco encuentros. 

En el centro del campo, solo Javi Mier y Sandoval tiene un puesto asegurado en la 19/20. Jimmy, Borja Sánchez y Viti ya tienen contrato con el primer equipo para la próxima campaña. Alarcón (1994), pieza importante en los últimos meses, tampoco seguirá. La gran incógnita se llama Edu Cortina (1996). El capitán no será sub 23 el próximo curso y su continuidad depende de las ofertas que tenga. Si el fútbol profesional llama a su puerta, tiene pinta de que solo un ascenso al primer equipo azul le haría seguir en la capital del Principado

El 'caso Ernesto' todavía podría tardar días en aclararse. El granadino está a punto de cumplir 25 años y se ha convertido en uno de los jugadores más deseados del mercado. Este curso, partiendo desde posiciones exteriores y jugando como delantero centro, mostró al máximo su faceta goleadora y firmó 15 tantos. Al margen de los goles, el de Albolote ha sido la pieza más influyente del ataque del Vetusta. Con y sin balón, asociándose por dentro o al espacio, siendo en cada partido un dolor para cualquier defensa. El Alcorcón ya le ha ofrecido contrato en Segunda, pero el Oviedo, que hasta mediados de abril todavía no había hablado con él, parece que luchará por su continuidad.

En lo referente a la punta de ataque, Steven deberá decidir qué camino tomar. El próximo será su último curso como sub 23 y su irregular temporada, en parte debido a todos esos partidos (doce de catorce) en los que fue convocado con el primer equipo y jugó menos de cinco minutos o directamente no saltó al césped, hacen que haya alguna que otra duda. Tiene contrato y las opciones son claras: oportunidad en el primer equipo, última temporada en el filial o salir cedido.

Javi Mier golpea un balón en un partido con el VetustaReal Oviedo

Los Mier, Riki, Cueto y compañia: el Vetusta que llega

Así las cosas, en la 19/20 veremos a un Vetusta prácticamente nuevo. Después de su primer año en Segunda B, la pelota del liderazgo pasa a los gemelos Mier (1999) y a Dani Sandoval (1998). Jorge y Javi han aprovechado al máximo su estreno como séniores. El primero sigue siendo un lateral profundo y ha dado un gran paso adelante en lo que colocación y defensa del uno contra uno se refiere. El segundo ya es una realidad y ha dejado actuaciones muy potentes en el centro del campo.

Por su parte, Sandoval ha ido de menos a más. El gijonés, una de las mayores promesas juveniles del club azul, casi sale cedido a finales del verano de 2018, comenzó el curso jugando muy poco y hasta principios de 2019 no tuvo un peso real en el equipo. Volvió a ser una opción en febrero y ha terminado la temporada a un nivel acorde a sus cualidades.

En el apartado de fichajes, el club azul ya tiene cerradas varias negociaciones. El centrocampista Ricardo Rodríguez, Riki, canterano carbayón, volverá a su casa tras una gran temporada en el Langreo y, sin perder de vista posibles oportunidades con el primer equipo, será uno de los hombres fuertes del próximo Vetusta. Un caso parecido es el de Javi Fernández (1997), central murciano del UCAM. Pretendido por varios equipos de la división de bronce, llega para el filial pero hará la pretemporada con el primer equipo.

En la delantera están los casos de Tjay DeBarr (2000) y Samuel Obeng (1997). El primero, gibraltareño, es un atacante que puede jugar tanto en punta como en los costados, mientras que el catalán ha marcado 7 goles en 28 partidos con el Calahorra, dos de ellos precisamente al Vetusta.

También será el turno de los jugadores que han estado cedidos en Tercera el presente curso: los centrales Orviz y Álex Menéndez, el lateral/extremo Eloy y el delantero Iván Conceiçao. Todos ellos volverán al filial carbayón y deberán hacerse un hueco durante la pretemporada. 

Lo que llega del juvenil es la otra gran incógnita del verano. Javi Cueto (2001), una de las grandes promesas de El Requexón, ha marcado dos goles en 275 minutos en Segunda B y, a pesar de que el curso que viene todavía será juvenil, no sería una locura que fuera un activo más del filial. Tras una temporada en la que incluso pudo jugar algún que otro partido más, el Real Oviedo necesita, de una vez por todas, que los juveniles prometedores completen su formación en el filial.

Al margen de Cueto, están los casos del lateral zurdo Fran Pacoli, el atacante Marco Correa (cedido desde enero en el Tuilla), los centrales David Amez y Javi Moreno, el mediocentro Joselu o el delantero Tito. Todos ellos acaban su etapa en el División de Honor y, salvo Fran, que lo más lógico es que tenga un hueco en la plantilla, los demás aspiran a jugárselo en pretemporada. Sin olvidarnos de los dos jugadores cántabros, y todavía juveniles, que ya ha fichado el club carbayón y que trabajarán desde verano con el filial azul: Óscar Marotías e Izan Vega.


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