Milagro insuficiente

No pudo ser. El Real Oviedo se quedó muy cerca del playoff de ascenso. Se llegó a soñar con él por momentos, pero al final se impuso la lógica y la última irregularidad azul terminó por condenar las opciones asturianas. Todo tras vencer al Huesca (2-1) gracias a los goles de Johannesson y Linares, en el que pudo ser su último partido con la elástica azul. No hay mejor despedida.

Al final, se dieron los resultados que se necesitaban en Valladolid y Granada, pero no en Soria, donde el Numancia certificó su clasificación para la próxima fase de ascenso. El equipo de la capital se quedó a un suspiro, apenas a un gol, de disfrutar de un milagro histórico.

Volvió a sorprender Juan Antonio Anquela en su planteamiento. El andaluz dio entrada a Cotugno por Verdés, regresando de esta forma a una defensa de cuatro hombres. Johannesson se ubicaría por delante del lateral uruguayo. El resto, los esperados. Fabbrini se encargaría de sustituir al sancionado Saúl Berjón.

Además de la alineación, lo más novedoso fue, sin lugar a dudas, que los asturianos vistieran totalmente de azul, sin su pantalón blanco. Una falta de respeto a la tradición oviedista por imposición del departamento audiovisual de La Liga.

El encuentro comenzó abierto y con buen ritmo entre un equipo que se jugaba toda la temporada a una carta y otro que llegaba con los deberes hechos y con matrícula de honor. Linares estuvo a punto de adelantar a los locales a los tres minutos con un remate de cabeza en un córner sacado por Aarón. Respondió Cucho tras asistencia de Moi Gómez, pero se encontró con una gran intervención de Herrero.

Poco a poco, con el paso de los minutos, el juego se fue abriendo y las ocasiones comenzaron a caer en ambas porterías. El Real Oviedo empujaba al Huesca contra el área de Santamaría, mientras que los aragoneses aprovechaban los metros que dejaba la adelantada defensa azul.

A punto estuvo Aarón de hacer el primer gol. Su disparo desde la frontal fue desviado por Jair, obligando al portero visitante a realizar una gran parada con la pierna cuando ya se cantaba el tanto. También lo intentó Forlín en un saque de esquina, pero el argentino no consiguió conectar un buen remate en el área pequeña.

La respuesta oscense vino de mano de Ferreiro. El gallego, de cabeza, obligó a Alfonso Herrero a realizar la parada de la tarde para evitar el tanto. La afición premió la intervención del toledano con una sonora ovación.

Tal y como se desarrollaba el encuentro, era raro que tardase en llegar el primer gol. Rocha controló el esférico en el centro del campo y envió un pase milimétrico para la ruptura de Johannesson. El internacional islandés remató sin dejarla caer con su pierna derecha, un disparo cruzado que superó a Santamaría y que permitía al Real Oviedo soñar.

La fiesta puedo ser completa apenas unos minutos después. Mossa era objeto de un claro penalti de Brezancic. Linares se encargó de tirarlo, pero su disparo centrado fue repelido por Santamaría. El rechace, desde el área pequeña, fue enviado por el aragonés al larguero. Pese al error, la afición se unió para cantar y animar al delantero oviedista en el que podría ser su último partido con el Real Oviedo.

El tramo final de la primera parte se calmó un poco en cuanto a ocasiones, aunque Aarón Ñíguez reclamó otra pena máxima tras una buena jugada individual, pero el colegiado, bien situado, no consideró que el derribo fuera suficiente.

A estas alturas de partido, el mayor interés estaba en las radios y transistores, que fueron cantando los goles del Valladolid y Granada. Al intermedio, el Real Oviedo estaba a un solo gol de entrar en el próximo playoff de ascenso. ¿Habría milagro?

Un segundo tiempo para soñar

Por delante quedaban 45 minutos para seguir apurando el milagro. Ese 5% de opciones de entrar en la fase de ascenso y que parecía incluso posible antes del intermedio. El Real Oviedo seguía al ataque en este arranque, como si de él dependiera conseguir ese soñado sexto puesto.

Sorpresivamente, el encuentro entró en una dinámica agresiva por parte de ambos conjuntos. Aguilera, Rocha, Forlín, Cucho… Comenzaron a aparecer duelos en todas las zonas del campo, lo que animaba el partido mientras iban llegando noticias en otros campos. El gol del Cádiz fue un jarro de agua fría para los azules.

Los de Anquela siguieron buscando el segundo gol y a punto estuvo de conseguirlo Fabbrini tras una pelea y posterior asistencia de Linares, pero el tiro del italiano fue desviado in extremis por la zaga oscense.

El 2-0 llegó en el 71. Aarón envió un preciso lanzamiento al área que Linares remató de cabeza para batir a Santamaría. Fue el último toque de balón del aragonés en el partido, ya que justo después era sustituido por Toché, llevándose una ovación con aroma a despedida. ¿Qué mejor manera de despedirse del Real Oviedo que anotando un último gol?

Se acercó en el marcador el Huesca gracias a un tanto de Jair, pero en el tramo final del partido, toda la atención se iba a Soria, donde la Cultural necesitaba un gol para no descender y, de paso, echarle una mano al Real Oviedo.

No pudo ser y el Numancia aguantó su resultado. Una pena porque los azules se quedaron a un solo gol de entrar en el playoff de ascenso. Una temporada que se cierra con una decepción deportiva, pero que también mejora los números y las prestaciones de años anteriores. Toca mirar al verano, reflexionar y preparar el equipo para el año que viene.

Real Oviedo: Herrero; Johannesson, Cotugno, Forlin, Christian Fernández, Mossa; Folch, Rocha; Aarón Ñíguez (Hidi, min 87), Fabbrini (Varela, 75), Linares (Toché, min 72).

Huesca: Santamaría; Brezancic, Jair, Luxo, Alexander González (Camacho, min 80); Moi Gómez, Aguilera (Kilian, min 71), Sastre (Javito, min 87); Ferreiro, Cucho, Álex Gallar.

Goles: 1-0 Johannesson (min 25). 2-0 Linares (min 71). 2-1 Jair (min 81).

Tarjetas: El colegiado Pizarro Gómez amonestó a los locales Rocha y Alfonso Herrero, y a los visitantes Brezancic, Aguilera, Sastre, Alexander González, Santamaría y Gallar.

Incidencias: Estadio Carlos Tartiere, 10.418 espectadores.