El equilibrio como bandera

Partidos cerrados, de ritmo lento y con poca emoción en las áreas. Pero seis de seis. El nuevo esquema de Juan Antonio Anquela ha dado sus frutos desde el primer día y, tras dos victorias consecutivas, toca analizar en qué ha cambiado el equipo carbayón.

Candado en el área

Si bien Alfonso Herrero ha cuajado dos partidos muy notables, dichas actuaciones se basan más en el dominio la zona técnica que de paradas salvadoras en la línea de gol. Tres tiros a puerta. Eso son los disparos entre los tres palos que ha recibido el Real Oviedo en los últimos 180 minutos ante Lugo y Nàstic. Los lucenses llegaron una vez y se encontraron un Herrero espectacular, mientras que los tarraconenses solo inquietaron el arco azul a balón parado y en un contraataque en los minutos finales.

Costados menos atrevidos

Equilibrio. Esa es la palabra que mejor define al Real Oviedo del 4-2-3-1. Con el nuevo esquema, Anquela ha preferido apostar por Cotugno y Christian Fernández, dos laterales con menos recorrido ofensivo que Diegui Johannesson y Mossa, con el objetivo de evitar las transiciones rápidas del rival y proteger la espalda de los atacantes. 

Como vemos en las imágenes (click derecho sobre ellas), la posición media tanto de Christian como de Cotugno reflejan bien lo expuesto anteriormente. Pocas subidas por banda, más tiempo en campo propio que en del rival y bien replegados para intentar conseguir el equilibrio deseado entre la zona defensiva y la ofensiva.

Tras caducar la versión del Oviedo de tres centrales y carrileros que tanto rendimiento dio al equipo azul durante buena parte de la temporada, Anquela ha vuelto a dar un giro al equipo para intentar llegar a la recta final del curso en disposición de competir al máximo en todas las jornadas restantes.

Quizá no es el Real Oviedo más vistoso de los últimos meses, pero tras dos encuentros sin encajar los resultados son incuestionables. Un bloque serio y ordenado con Saúl Berjón al mando de las operaciones ofensivas. Que siga la racha.