La Voz de Asturias

Hacerse un Bradbury

Azul Carbayón

FUBOLISTIC Oviedo
Los futbolistas azules celebran el 2-1 de Saul Berjon

Artículo de opinión de @fubolistic

19 Feb 2018. Actualizado a las 19:00 h.

El otro día un español ganaba la medalla de bronce en los JJOO de invierno. Regino Hernández, que participaba en la modalidad de snowboard cross, iba tercero en una final de 6 participantes. De repente, en un pestañeo, se caen los 3 que iban detrás, con lo que se aseguró el bronce y apunto estuvo de cazar la plata.

La cosa es que con lo de las caídas y las medallas apareció el no va más de los medallistas olímpicos. Hubo un tipo australiano, Steve Bradbury, que en 2002 ganó una final olímpica -1000 metros de patinaje de velocidad sobre pista corta- cuando iba el último y se cayeron todos los demás. A ver quién iguala eso. Pero la historia no acaba ahí. Su medalla de oro está repleta de sucesos improbables.

En cuartos de final se clasificaban para semis dos corredores de cada serie de cuatro participantes. Steve no era el favorito ya que dos de sus rivales eran mejores. Su táctica era poder ser tercero y esperar una caída o una descalificación. Y así fue; a semis por descalificación de un rival. La estrategia para la final era sencilla: puesto que Steve era el más lento de todos los finalistas su entrenador le recomendó mantenerse un poco por detrás de los favoritos para esperar una caída que le abriese las puertas del podio. Y así fue como a poco más de media curva para el final se hizo la luz. Todos al suelo excepto Bradbury. Oro olímpico para Australia, el primero para su país en unos JJOO de invierno. Podéis verlo en Youtube.

Hacerse un Bradbury («doing a Bradbury») se utiliza actualmente en Australia para señalar una victoria inesperada o fortuita. Un suceso inesperado, un cisne negro que te beneficia en la pedrea de las probabilidades. Una patada en los huevos a la lógica.

Pero la victoria de Bradbury es también la victoria de los que se mantienen de pie, de los que siguen pese a las dificultades, sin darse por vencidos. De los que si no son buenos, corren el doble. No siempre gana el más rápido, a veces gana el que no se cae.

Lo que Anquela pide a sus jugadores es que sean como Bradbury, que se mantengan en pie pese a las adversidades, que sigan luchando hasta el último minuto del último partido, porque nadie sabe lo que puede pasar al final. Si hay una categoría en la que sobrevivir muchas veces tiene premio, esa es la Segunda, la Liga 1 2 3. Como Bradbury, el Real Oviedo ha sabido mantenerse en pie a pesar de lesiones, expulsiones injustas o penaltis inventados. Aún así, ahí siguen. Apretando arriba y dejándose el alma. Ellos saben que la única vía para conseguir los objetivos es el trabajo y la humildad. Correr el doble, seguir en pie. Como Bradbury.


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