Los hombres de Hierro

Fernando Hierro está sorprendiendo a propios y ajenos con sus planteamientos según avanza la temporada. En el inicio liguero parecía clara su intención de formar con un 4-2-3-1 con el que venía ensayando durante la pretemporada. Incluso en algunos tramos de dicha pretemporada le vimos ensayar un esquema con tres defensas y dos carrileros.

En este 4-2-3-1 había una serie de hombres clave pero que parecía que podrían tener menos protagonismo según avanzase el calendario. En la defensa, la pareja Verdés-David Fernández sería la titular en caso de que las lesiones respetasen al 14 y  habría una tercera opción cuándo se recuperase Christian Fernández. Incluso Óscar Gil era del agrado de muchos gracias a su habilidad con el balón en los pies. A día de hoy parece definitivo que, si se encuentran a pleno rendimiento, el  centro de la zaga es para David y Verdés.

El lateral derecho era una de las grandes batallas del once. José Fernández partía con desventaja al competir con un hombre de la casa, Diegui Johannesson. El canterano aún no ha tenido minutos en Liga y cada vez parece tenerlo más complicado. El cordobés ha comenzado la campaña con todo ese nivel que se le suponía y que no fue capaz de demostrar en su primer año. Los aficionados le votaron como Jugador 5 Estrellas de los meses de agosto y septiembre y, con 894 minutos de 900 posibles, se ha convertido en uno de los hombres de Hierro.

El centro del campo era la línea con más incógnitas. En el doble pivote se hicieron fijos Erice y Lucas Torró, pero parecía que la situación podría cambiar tras la recuperación de Rocha o con la competencia de Jonathan Vila, quién tampoco ha disputado un solo minuto en Liga. Finalmente, y con el paso al 4-1-4-1, Fernando Hierro encontró hueco para Erice, Rocha y Torró. Este último se ha ganado la confianza de su entrenador y únicamente se ha perdido el encuentro ante el Reus por problemas gástricos. Con tan solo 22 años es el hombre que da equilibrio al centro del campo y que consigue cubrir más terreno. Con muchas cosas aún por pulir, se echa en falta que tome las riendas del equipo cuándo el encuentro se pone cuesta arriba.

La línea de ataque se suponía que sería la que más quebraderos de cabeza daría al técnico. La enorme temporada de Toché le hacía partir como titular en su segundo año. La llegada de jugadores como Jonathan Pereira y Michu, unidos a la profesionalidad de Linares, podría haber supuesto una liberación para el murciano en cuanto a sus responsabilidades. Michu y Pereira se podrían haber repartido los minutos actuando como escuderos de lujo, y Linares podría haber sido una bombona de oxígeno para el 9 azul. 

Nada más lejos de la realidad. Toché solo se ha perdido 33 minutos ante el Cádiz y con el partido resuelto. Continúa siendo uno de los jugadores más luchadores del equipo y, cuando los partidos se ponen difíciles, es un islote en el medio de un mar de defensas. Su apoyo en ataque ya tiene nombre propio. Michu ha eclipsado a un Jonathan Pereira que está desaparecido y Linares ha vuelto a sorprender a todos ganándose un puesto en banda en el 4-1-4-1.

Por último está el caso más lógico de todos. Juan Carlos se ha convertido en el amo y señor de la meta carbayona. 900 minutos de 900 posibles y sentando en el banquillo a toda una leyenda del oviedismo como Esteban. Ha nadie le ha sorprendido la decisión y las actuaciones del balear han hecho que no haya debate en la portería. El de Calviá ha llevado a cabo la difícil tarea de conseguir la aceptación de una afición que quiere ver a los suyos sobre el terreno de juego. Por su parte Esteban parece haber aceptado su rol y está aportando a lo que Del Bosque llamaría «una dulce transición».