Educación concede el intérprete de lengua de signos a Naima
Avilés
La familia de la niña con discapacidad auditiva de Avilés espera a la resolución oficial para conocer el número de horas semanales. Su hermano, con una discapacidad idéntica, tiene 10 asignadas
18 Jul 2018. Actualizado a las 12:51 h.
Educación concederá a Naima Dual la avilesina de 5 años con una discapacidad auditiva un intérprete de lengua de signos en la escuela. Aunque se lo había negado inicialmente, la reclamación de la familia y la presión social que generó su caso ha hecho a la Administración asturiana reconsiderar su decisión. Su familia ha recibido la noticia telefónicamente pero está a la espera de conocer cuántas horas le asignan. La madre María Granda reconoce que es una excelente noticia para su hija, que mejoró todas sus habilidades de manera exponencial desde que contó con este servicio en la etapa de Infantil.
«Me gustaría darle las gracias a todas las personas que se han volcado con Naima sin conocerla de nada. Esto se ha conseguido entre todos», apunta la madre. Desde la consejería reconocieron que desde el primer momento tenía derecho legal al intérprete pero inicialmente se le negó porque ya le había concedido una hora más de otros apoyos. La niña ha recibido una ola de solidaridad.
Su historia tuvo una gran repercusión, incluso fuera del Principado. Joel y Naima Dual son dos hermanos de 3 y 5 años. Ambos tiene una discapacidad auditiva por la que se les reconoce una minusvalía del 39% y a ambos se les han colocado unos implantes cocleares. El niño comienza segundo de Infantil en septiembre. La niña pasa a Primaria. La Consejería de Educación le había concedido al niño 10 horas semanales de intérprete de lengua de signos. A la niña ni una sola hora. Su madre, María Granda, denunció desesperada que esta discriminación lastraba el aprendizaje de su hija. Ni las peticiones iniciales del colegio ni las cartas que María Granda había remitido al jefe de zona de las Inspección Educativa, Dario Montero, y al director general de Ordenación Académica e Innovación Educativa, Francisco Laviana, encontraron respuesta en un primer momento.
Ahora eso ha cambiado. Los dos hermanos podrán tener intérprete. María Granda sabe que es un paso muy importante para su aprendizaje, porque ya ha comprobado qué sucede cuando están solos y aislados en el aula. La discapacidad auditiva de Naima y Joel es genética, de nacimiento. A la niña le pusieron el implante hace tres años y al principio lo rechazaba. Así que con Joel realizaron el proceso a una edad más temprana. El niño parece llevarlo mejor pero es pequeño y todavía no habla nada.
La familia quiere que los niños utilicen ambas lenguas, el castellano y la de signos. Sabe que los audífonos son de gran ayuda pero signar también. La madre pone varios ejemplos. En primer lugar, cuenta cómo hace poco tuvieron que llevar los de Naima a arreglar. Si no le llegan a dar unos de sustitución, hubiera pasado cuatro días sin poder comunicarse. En segundo lugar, estimula su aprendizaje porque primero signa la palabra, luego la asocia a algo concreto y, por último, la reconoce por escrito.