Llaranes saca pecho de su pasado industrial
Avilés
El barrio busca incorporarse a los activos turísticos de Avilés con recorridos por las viviendas y los edificios que quedan de Ensidesa
04 Jul 2016. Actualizado a las 05:00 h.
Llaranes no quiere ser la Cenicienta de los barrios avilesinos, sino aprovechar esas cenizas del pasado industrial que aún conserva para atraer a turistas a sus calles. El poblado que nació a la sombra de Ensidesa a mediados del siglo pasado mantiene inalterables algunas de esas estampas y eso puede resultar todo un revulsivo a la hora de explicar cómo eran las cosas entonces, cómo se trabajaba en la gran siderúrgica nacional, incluso lo que era Llaranes antes de que se empezaran a levantar las casas que sirvieron de hogar a miles de trabajadores llegados de toda España. En conservar lo que había y ponerlo en valor lleva trabajando desde hace años el Centro Popular de Cultura de Llaranes y ahora creen que ha llegado el momento de darlo a conocer, a los propios avilesinos y al resto de personas interesadas.
Y de momento ya han visto que sí despierta interés. En las visitas guiadas han descubierto que la historia de Llaranes llama la atención de «muchos especialistas y, sorprendentemente, de mucha gente simplemente interesada en escuchar parte de la historia del patrimonio avilesino: el industrial», explica Rubén Domínguez, presidente del Club Popular y responsable del Centro de Interpretación integrado en el mismo. Es una de las primeras iniciativas que han puesto en marcha de cara a quienes puedan venir de fuera y quieran conocer la historia del barrio a través de cinco paseos guiados que recorren el Llaranes preindustrial, el obrero o los colegios . Pero tienen otras más ambiciosas, como la creación de una ruta industrial por los edificios de Ensidesa que aún se conservan, la mayor parte de ellos ubicados en el ahora conocido como Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA). El edificio de la Telefónica o los gasómetros aún se mantienen en pie, a apenas unos metros de distancia del poblado, aunque el primero de ellos a punto estuvo de desaparecer hace un año, cuando el Club Popular de Llaranes y el Ayuntamiento de Avilés en pleno se movilizaron pidiendo su conservación. Se consideró éste un lugar idóneo para ubicar un centro de interpretación, que desde hace años ansían los vecinos pero aún no han visto cumplido su deseo. El inmueble pertenece a la sociedad estatal Sepides y hasta hace unos años acogía actividades, por lo que se cree que se encuentra en buen estado como para volver a abrir. Lo mismo ocurre con el Hospitalillo de Ensidesa, que aún sigue pasando consulta para los empleados de la actual ArcelorMittal.
La creación de un museo en que se repase y se visualice la historia del barrio es la gran aspiración del movimiento vecinal de Llaranes, que desde 2011 vienen trabajando la idea con el consistorio avilesino. «De momento vamos por buen camino gracias al interés de las instituciones», apunta Domínguez, que pide prudencia al considerar que se trata de un proceso largo. Pero también hay expectativas de que pueda convertirse en realidad el próximo año, cuando se celebrarán los 60 años del nacimiento del poblado obrero. El Club Popular cuenta con material suficiente como para dotar a un centro de interpretación, pero no con un espacio en el que mostrar su exposición. Con motivo del aniversario lo harán, pero lo que quieren es que se trate de una muestra permanente que perdure en el tiempo y se abra a los vecinos de Avilés, pero también a otras personas de fuera que pudieran estar interesadas. En este sentido en los últimos días se han iniciado los contactos entre responsables del Club Popular Llaranes y el Ayuntamiento de Avilés para tratar de promocionar el barrio desde un punto de vista turístico con los medios que tienen a su alcance. Esto supone dar visibilidad a las campañas que realicen desde webs y redes sociales del consistorio y Comarca Avilés. «Queremos que Llaranes se incorpore como un elemento turístico más dentro de la oferta de la mancomunidad turística», explica Domínguez.
Originalidad del barrio
Las ideas de los vecinos de Llaranes, uno de los barrios avilesinos con mayor movimiento asociativo, son de lo más variadas para poner en valor su historia y a las anteriores suman la realización de talleres para jóvenes o dotar de protagonismo a alguno de los elementos que se encuentran en desuso en el barrio. Así, entre las propuestas que hicieron llegar al Ayuntamiento de Avilés el año pasado estaba no sólo crear un museo, sino también dar una nueva vida al kiosco de Chucho, como se conoce al establecimiento de la plaza Mayor en que se vendían periódicos y golosinas, uno de los más recordados y queridos por los habitantes durante décadas. Sugieren se transforme en un punto de información turística para el visitante y que se se coloquen paneles explicativos en aquellos lugares que tengan trascendencia. El poblado de Llaranes tiene relevancia histórica por si mismo, «podemos decir que es una pieza clave y única en su categoría, con edificios de primera línea, que estamos trabajando para poner en valor mediante visitas guiadas que potencien esos valores», apunta Domínguez. Y llama la atención entre quienes no lo conocen por sus coloridas fachadas, que se pueden ver desde la Autopista Y, por la que esperan los vecinos lleguen los turistas al barrio.