Rodrigo Cuevas: «No tenemos un filtro contra que el garrulo de turno llegue a un puesto político importante»

Rodrigo Cuevas cierra su Romería 2024 en el Teatro Campoamor, el día 27, con un espectáculo que ha recorrido medio mundo desde México a varios países de Europa.

—¿Qué balance hace de fin de año de sus romerías? en su espectáculo hay referencias a la actualidad.

—Huy, pues no sé, fíjate, claro, con la de este viernes, el 27, cumplimos 100 romerías, y es que nos pasaron tantas cosas, tantas cosas, pero lo mejor es que nos lo pasamos pipa todo el rato. Aunque parezca que estoy siempre hablando de la actualidad o que estoy enfadado o lo que sea; yo siempre tengo que ofrecer un trabajo importante para que la actualidad no me marque lo que tengo que decir en les romeríes. Porque al final nos pueden marcar los temas de conversación y terminamos hablando de cosas que realmente nos interesan poco, así que tengo siempre que hacer un poco de aislamiento para ir a los conciertos un poco fresco.

—¿Qué es distinto en Asturias a cuando hace el espectáculo fuera?

—Pues fíjate que aquí en Asturias la gente no nos lo regalan tanto, ¿eh? Creo que  la gente aquí en Asturias vienen al concierto en plan ‘Rodriguín, no te creas que porque eres asturiano te vamos a hacer la ola, cúrratelo', y me lo hacen currar bastante. Es un público más exigente, por lo menos conmigo, y me gusta que lo sea.

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—¿Qué se trae de lo que escuchó en sus viajes? Le gusta mezclar, recuerdo un vídeo con un grupo en Córcega...

—Todo el tiempo me pasan estas cosas, es lo mejor de viajar por ahí. Ahora cuando estuvimos en México estuvimos tocando con los Cojolites que es una banda de Veracruz y que yo seguía desde hace tiempo. Porque, claro, a mí que me gusta el folklore, que tengo referencias ahí desde hace muchos años, cosas que para mí son míticas, aunque luego no sean artistas muy conocidos, eso te lo da viajar. Eso me pasó ahora con Cojolites o con A Filetta, que son los de Córcega, y son gente que llevo escuchando a lo mejor diez años por youtube. Y bueno, que para mí el canto corso es la cosa más sexy del mundo, o sea me encantaría que hicieran un calendario de cantantes corsos desnudos porque sería con lo que yo empapelaría la pared de mi casa. Fue muy bonito, me llamaron los de A Filetta para hacer un concierto en el festival que organizan ellos, y después hicimos buenas migas, claro, yo les hablé de la tonada y les flipó y entonces cantamos esa tonada.

—¿Es lo que más impacta de Asturias al público de fuera?

—A ver, la pandereta les flipa pero la tonada les flipa mogollón, muchísimo a la gente fuera. Y eso que yo no soy cantante de tonada, que no puedo hacerlo como me gustaría, como es la tonada. Me encantaría poder llevarles a Mariluz Cristóbal y decirles ‘mirad, es esto'; pero les flipa. Porque mucha gente de lugares más lejos no tiene una referencia para comparar, y te dicen que se les parece al flamenco, pero que no es flamenco, y les llama mucho la atención que haya otras cosas que no sean flamenco en España, lo típico.

—¿Es buen momento para mostrar la cultura de Asturias?

—Sí que es un buen momento porque es algo que está pasando en todos los lados, que la tradición está mirándose con otro prisma, ¿no? En vez de estar todo tan folklorizado y todo tan lleno como de símbolos nacionales, que es como durante todo el siglo XX se vio la tradición, pues ahora es todo lo contrario. En vez de símbolos nacionales, lo que queremos son símbolos populares, cosas reales, auténticas, cosas que sirvan para la expresión de un pueblo, cosas que sirvan para hacer una fiesta lejos de simbolismos, sino de verdad conectar gente y pasarlo bien a través de lenguajes comunes y eso está viéndose en todas partes. En México están haciendo un revisionismo de todo el mundo del mariachi, por este tipo de mariachi folklorizado que lo que hizo fue acabar un poco con el mariachi popular. Y es lo que está pasando aquí también con las músicas populares.

—Hay un motorín de Asturias que es la rivalidad entre Oviedo y Gijón pero últimamente parece que la competencia es en lo rancio. Usted tuvo engarradiellas, no buscadas, en Oviedo y cuando en Gijón arranca la legislatura lo hace con una amenaza de un concejal de vetar la lengua asturiana y le señalan a usted en concreto.

—Creo que eso pasa cuando no tenemos un filtro para que el garrulo de turno llega un puesto político importante. No sé, supongo que en el mundo de la medicina tenemos filtros para que una persona que sea abiertamente negacionista de la ciencia, puede llegar a un hospital, ¿no? Porque tiene que pasar como ciertos exámenes y tiene que ser una persona que crea que operando y no mediante una imposición de manos, te sacan una vesícula, por ejemplo, tenemos ciertos mecanismos para que un milagrero no llegue a ser el que dirige una operación. Y, sin embargo en la política, no tenemos filtros para que antipolíticos entren la política. Gente que realmente no tiene ni idea de nada, que simplemente en su vida haya sido director de una empresa y de repente esté dirigiendo la Fundación de Cultura del Ayuntamiento de Xixón. Y yo creo que ese es un debate que deberíamos abrir, cómo hacemos para que para que no nos lleguen a dirigir personas como Donald Trump.

--Tengo que preguntarle por un episodio reciente, su denuncia, y con vídeo, de un acoso homófobo en Gijón, ¿cree que se dan muchos casos porque hay más consciencia para denunciar o porque hay un aumento de casos?

--Yo creo que está pasando más, y es así porque la gente que practica este tipo de acoso, se siente respaldada, hasta por las instituciones. Si ves que se eliminan los centros de atención a personas LGBTI, como está pasando en Madrid, o cuando ves que el PSOE elimina las siglas Q+ de su ideario político como si no existiera. pues todo esto. Está Vox en un montón de instituciones y el PP replicando todo el discurso de Vox también en un montón de instituciones, pues al final pues hay gente que se siente más respaldada para el insultar y agredir por la calle.

--Respecto al caso del PSOE lo cierto es que esa corriente feminista que es adversa a las personas trans es muy fuerte en Asturias, de hecho el Principado es de las últimas comunidades en aprobar su ley trans autonómica.

--Bueno, yo creo que es clave la presencia de Amelia Valcárcel, como una referente en ese tipo de feminismo  y luego que quizá precisamente igual fuimos muy pioneros también en otro momento, en feminismo y en otras corrientes de izquierda o apoyadas tradicionalmente por la izquierda y tienen mucho poder, esa generación de feministas. Y no quieren revisitarse y no quieren evolucionar. Y en otros lugares no tienen ese poder y tienen más poder las nuevas feministas, de una generación mucho más sensibilizada con la temática trans.

--Se cerró su cuenta en X, antes Twitter, con un mensaje contra la toxicidad, ¿Cuál debe ser nuestra actitud ante las redes, le preocupa esa toxicidad?

--Creo que nos deberíamos cerrar Twitter eso, vamos, lo tengo clarísimo. Cuando cerré la cuenta incluso quedé un poco con la tentación de ‘bah, me hago una cuenta falsa, aunque sea para el cotilleo, para marujear, para ver qué pasa' porque es verdad que es un sitio para enterarse de cosas, ahora no tengo tan fácil dónde enterarme de quién habla de qué. Porque funcionaba muy bien en el sentido de buscar determinada palabra, pues yo que sé, ‘Hackers turcos'

--Bueno, yo sé por qué se refiere a esa búsqueda en concreto [en la cuenta de la Fundación de Cultura de Oviedo se publicó un mensaje contra Rodrigo Cuevas], diga qué pasó.

--Pues que hubo unos hackers turcos que entraron a punta de pistola en el Ayuntamiento de Oviedo y pusieron contra la pared a la community manager de la Fundación Municipal de Cultura y le obligaron a pedir la censura de mi persona, esos fueron los hechos.

--Está constatado que no hubo ningún hackeo ¿Cree que este tipo de episodios tiene que ver con un aumento de toxicidad en la política, de mal rollo?

--A ver esa persona, sí creo que es toxicidad y es mal rollo porque yo creo que es una persona malrrollera porque evidentemente si no lo eres, no pides eso. Pero igual lo que le pasa es que tiene los dedos muy gordos, o tendrá unas uñas muy grandes, y entonces se confundió claramente de cuenta, la suya personal con la de la Fundación Municipal de Cultura, de hecho ya le había pasado dos días antes que había publicado una foto suya tomando el vermut con un amigo en la cuenta de la Fundación.  Y es que, chica, no sé, ¿por qué está esta persona cobrando 45.000 euros al año de un ayuntamiento? Pues porque no tenemos filtros.

--Sin embargo espera buen rollo en el Campoamor.

--Sí, home, sí, si yo tengo buen rollo hasta con esta señora, que me llamó por teléfono. Yo soy una persona que otra cosa, no, pero vamos buen rollo; y aunque la gente me tenga por alguien radical yo soy una persona súper conciliadora y que me llevo bien con todo el mundo.