Cuenta atrás para la apertura de las estaciones de esquí asturianas

El temporal de nieve y frío que ponía en alerta roja a Asturias el pasado fin de semana ha pasado dejando a las estaciones de esquí de la región con una capa de nieve suficiente como para que la maquinaria tanto de Valgrande-Pajares como Fuentes de Invierno se pusiera a funcionar y ambos complejos invernales hayan iniciado la cuenta atrás de cara a la apertura de la temporada de esquí, una temporada que arrancará con unos días de retraso respecto a la fecha de comienzo oficial, que fue el 2 de diciembre. Así, en el complejo lenense y en el allerano se han afanado estos últimos días en el acondicionamiento de las pistas con el objetivo de abrir lo antes posible. Mientras que la previsión de apertura de Fuentes de Invierno está entre el jueves y el viernes, en función de cómo discurran los trabajos de adecuación de pistas y remontes, la previsión que se maneja en Valgrande-Pajares es la de abrir «antes del sábado» debido, igualmente, a las labores de acondicionamiento de pistas y remontes.

Según han explicado los directores de los complejos invernales Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno, Javier Martínez y Jorge Fernández, la apertura será en estos próximo días porque, si bien ha habido temporal, «no nevó especialmente bien» porque el viento ha dejado acumulaciones de nieve importantes en unas zonas mientras que en otras ha apenas ha cubierto, lo cual conlleva que personal y maquinaria de las estaciones tengan que realizar un arduo e intenso trabajo para regularizar la nieve en las pistas.

Javier Martínez, director de Valgrande-Pajares, señalaba ayer a este respecto que, «mientras que en unas zonas ves verde, en otras hay tres metros de nieve», una nieve que ha requerido una intensa labor de colocación en pista con la dificultad añadida del viento, «con rachas potentes de entre 70 y 80 kilómetros por hora», precisa. Pero, pese a su apunte de que «no ha nevado una barbaridad», el responsable del complejo invernal destacaba que la situación de la estación es buena y, de hecho, ha considerado que lo caído «es oro» para poder arrancar, aunque sea unos días después de los días festivos del puente de la Constitución.

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Jorge Fernández, director de Fuentes de Invierno, ha coincidido en que, efectivamente, «no ha sido una gran nevada» porque ha sido un día y medio de precipitación acompañada de viento. No obstante, el mismo indica que hay «espesor suficiente para pensar en la apertura» y con esa expectativa se está trabajando en la estación con personal y maquinaria «para regularizar los espesores» puesto que, al igual que en Valgrande-Pajares, la nieve no cayó de manera uniforme por el viento. «Lo que se está haciendo es optimizar la nieve en pista», ha trasladado Jorge Fernández, que en función de cómo discurran esos trabajos baraja la apertura para el jueves o el viernes de esta semana.

Bajas temperaturas

Un aspecto importante que ponen de relieve los responsables de las dos estaciones de esquí asturianas es que para los próximos días se prevén temperaturas bajas, «una buena circunstancia», según manifiesta el director de Fuentes de Invierno, «para consolidar esta capa de nieve» y que pueda aguantar lo máximo posible a la espera de nuevas precipitaciones de nieve. Además, el mismo señala que «la nieve, con temperaturas frías, ofrece unas condiciones ideales para el esquí».

Por su parte, el director de Valgrande-Pajares ve en las bajas temperaturas una oportunidad para activar los cañones y producir nieve artificial, además de servir para consolidar la nieve que, gracias al intenso trabajo de adecuación, habrá en las pistas cuando abra este complejo invernal en estos próximos días. De hecho, la previsión de Javier Martínez es «abrir con casi todo» listo para la práctica de los deportes de inverno.

Y, si bien ni el director de Valgrande-Pajares ni el de Fuentes de Invierno pueden hacer una previsión de cómo será esta temporada, lo que ambos esperan y desean es «poder resarcirnos de las dos temporadas anteriores», temporadas en las que la nieve fue muy exigua, lo que conllevó que estuvieran abiertas para la práctica del esquí pocos días y, en parte de esas jornadas, con pocos kilómetros esquiables.