El bypass del Huerna, fundamental para los transportistas asturianos: «Si se cierra el Pajares por la nieve, ir por Cantabria o Galicia sería inviable»
Asturias
El desvío del tráfico por Pajares genera inseguridad, costes adicionales y preocupación por las nevadas que podrían cerrar el paso en invierno
17 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.
El argayo que cerró la autopista del Huerna el pasado domingo ha obligado a desviar el tráfico por el puerto de Pajares, una alternativa que sirve a corto plazo pero que, para los transportistas asturianos, se podría convertir en un gran problema, tanto por la dificultad de fluidez del tráfico como por la inseguridad de la propia carretera o la posibilidad de que una nevada copiosa obligase a cortar el puerto. «Si se cierra el Pajares por la nieve, ir por Cantabria o por Galicia sería inviable», asegura el presidente de la Asociación Empresarial de Transportistas de Asturias, Cesintra, Alejandro García Monjardín.
Por eso, los trabajos de apertura de un bypass provisional que sortee el argayo se hacen fundamentales. El presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte y Aparcamientos de Asturias (Asetra), Ovidio de la Roza, sostiene que, «aunque el paso va a causar alguna molestia, es la única alternativa que tenemos».
A ambos portavoces de los transportistas les preocupan no solo los problemas económicos que acarrea el paso por el puerto de Pajares, ya que implica un mayor tiempo y un exceso de consumo de combustible, que elevaría el coste del viaje unos 100 euros, sino también la seguridad. «El Pajares está muy saturado, mucha gente no tiene experiencia en conducir por el puerto, y nos preocupa que pueda haber un siniestro», explica Monjardín. En el mismo sentido se pronuncia De la Roza: «El Pajares queda demostrado que no puede con la intensidad de tráfico que tiene en estos momentos. Es un puerto inseguro, con pendientes muy altas, y hay muchos conductores sin experiencia; esperemos que no haya ninguna desgracia».
Otro problema es el tiempo que tarda el transporte en llegar. En condiciones normales, la diferencia de tiempo entre el Pajares y el Huerna es de media hora a favor de este último paso. Pero ahora no se dan esas condiciones. El cierre del Huerna implica necesariamente la saturación del Pajares, y la diferencia puede irse a una hora o más, porque «con tanto tráfico no hay posibilidad de adelantar, y los vehículos tienen que ir en caravana todo el tiempo», en palabras del presidente de Cesintra.
Los transportistas confían en que se cumplan las previsiones y que el carril provisional esté abierto a finales de este mes, porque de lo contrario el problema podría agravarse. Todos son conscientes de que la obra definitiva llevará mucho tiempo, probablemente más de un año, porque el desprendimiento ha sido muy grave y es necesario no solo retirar el material sino garantizar la estabilidad de la ladera y cerciorarse de que no vuelva a haber otro argayo.
Una vez hecho el desescombro, hay que tomar decisiones sobre cómo se recuperará el paso de los vehículos, si se han de construir infraestructuras de contención o incluso pasos nuevos. Todo por garantizar que no vuelva a ocurrir otro desprendimiento, ya que si esta vez ha habido suerte, en otra ocasión podría darse la desgracia de atrapar algún vehículo.
Por otra parte, la urgencia de la apertura se hace, si cabe, más apremiante teniendo en cuenta que se acerca el invierno, y con él, la posibilidad de nevadas copiosas que obliguen a cerrar el puerto de Pajares. Esto sería catastrófico para los transportistas asturianos, que no tendrían alternativas viables. Con los puertos cerrados, solo habría dos posibilidades: por Torrelavega o por Lugo, y ambas serían muy malas. «Las alternativas encarecen el porte muchísimo, se va a muchas horas de viaje, es una auténtica salvajada en kilómetros y sería inasumible», asegura Monjardín. Y después está la campaña navideña, que sin transporte se vería muy afectada. Eso, en cualquier caso, en opinión del presidente de Cesintra, «no entra en los cálculos de nadie».
«En estos momentos, estamos aislados, es la realidad; todo el tráfico hacia el sur demuestra la problemática que tenemos en infraestructuras», señala Ovidio de la Roza, que es muy crítico por otra parte con el cierre de los puertos. Aunque es cierto que, si nevara fuerte, el Pajares quedaría intransitable, tampoco ve bien el otro extremo, ocurrido recientemente, en el que «por cuatro copos» tuvieron a los transportistas «tirados de cualquier manera doce o trece horas».