Olaya Rubio, mamá en duelo que perdió a su hijo a las 12 horas de nacer: «La mía es una familia numerosa, en la tierra y en el cielo»
Asturias
Tras el fallecimiento de su hijo 12 horas después de nacer, la impulsora de «Movimiento Rubén» decidió mantenerse lactando para donar su leche al banco de leche del HUCA: «La idea del Movimiento es que se dé tiempo a las familias que pierden un bebé para tomar decisiones»
21 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.
La Asociación Brazo Vacíos Asturias conmemoraba estos días el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal, fechado el 15 de octubre. Lo conmemoraba con diversas iniciativas, como la iluminación en azul y rosa de edificios públicos, fuentes y monumentos y un emotivo acto junto al Árbol del Recuerdo, en el Parque de Invierno, en Oviedo, para dar visibilidad a un duelo que, en muchos «casos, las familias que lo sufren perciben como «desautorizado» por la sociedad y que, en realidad, «necesita de mucho acompañamiento y atención».
Quien lo reivindica es Olaya Rubio, «mamá huerfila», como se considera, integrante de la Asociación Brazos Vacíos desde que perdió a su hijo en 2018 e impulsora también desde ese momento de Movimiento Rubén-Lactancia en duelo. Olaya se anima a contar la historia de su familia a La Voz de Asturias para contribuir a dar visibilidad al duelo que sufren las mamás y los papás ante la muerte de su bebé en el proceso de gestación, al nacer o poco tiempo después y porque «todavía hay muchas cosas que cambiar».
Olaya cuenta que, si bien anteriormente ya había pasado por varias muertes gestacionales, el de Rubén, su sexto embarazo, fue un embarazo «deseado» que transcurrió con total normalidad y durante el cual tuvo una gran conexión con su hijo. «Fue un embarazo muy bonito, con mucha conexión con Rubén. Iba todo bien, pero por una infección que cogió al nacer, murió a las 12 horas de vida extrauterina. No se llegó a tiempo para salvar su vida», recuerda con nostalgia antes de matizar que «nadie esperaba ese desenlace».
En un momento tan difícil de duelo perinatal, Olaya empezó a tomar decisiones: «Ese duelo es un montón de amor que no sabes a donde va», manifiesta la misma, que añade que pese a que «no nos dan opciones» ella tomo una decisión respecto a la lactancia: mantenerla y donar la leche de Rubén al Banco de Leche para que otros bebés y familias pudieran beneficiarse de ella. «Podía ser útil para bebés prematuros, para mamás con un proceso difícil de recuperación a las que tarda más en subirles la leche… era una manera de darles tiempo, porque la leche materna es como una medicina para los bebés», manifiesta Olaya.
Es a partir de esa decisión suya cuando nace Movimiento Rubén-Lactancia en duelo, una iniciativa con la que Olaya Rubio ayuda a otras mamás que deciden apostar por la lactancia tras la muerte de su bebe. «La idea de este movimiento es que se den opciones a las familias de pasar tiempo con su hijo y de tomar decisiones de todo tipo, entre ellas, la lactancia», explica la misma, que reprocha que «antes te daban una pastilla para cortarte la leche, una pastilla con una tasa de rebote del 25%». Así, lo que ella pretende es que las familias en duelo estén informadas y ayudarlas en el caso de que decidan apostar por la «lactancia en duelo». Esto y, por supuesto, concienciar en los hospitales donde, recuerda, «antes se dan tratos muy desagradables». En este sentido, señala que «se han producido pequeñas mejoras plantando semillas y sensibilizando a los profesionales sanitarios, porque es donde comienza el duelo». No obstante, incide en que «de cara a la sociedad también son necesarios cambios importantes» respecto a los duelos gestacionales, perinatales o neonatales porque «la gente te da un tiempo de duelo para que integres esa muerte en tu vida, pero se debe tener en cuenta que no vas a superarla», apostilla.
En su caso, dice que para «sanar» las muertes gestacionales que sufrió, le ayudó estar y hablar «con un grupo de iguales» porque son muertes «invalidadas por la sociedad». Respecto a la muerte de Rubén resalta que «al haber sido un niño a término, fue más visible, pero todas las muertes necesitan un duelo», advierte.
«Orgullosa de mi hijo y de su legado»
Para Olaya Rubio, mantener la lactancia tras el fallecer Rubén le posibilitó poder relactar tiempo después con su hijo adoptivo. «Fue un proceso natural que sólo requirió estimular la glándula mamaria. Aunque se estima que se puede tardar hasta dos meses, en mi caso en tres semanas ya estaba lactando de nuevo», expone la impulsora de Movimiento Rubén, que precisa que «entonces me puse el niño en el pecho y tuve que ayudarle a aprender a mamar, pero a día de hoy seguimos con la lactancia». Es más, destaca que «la lactancia nos ha ayudado en el sentido de que nos ha dado tiempo para conectar más, además de que me ha ayudado a transformar el dolor en algo útil».
«La lactancia es un regalo que nos ha hecho Rubén a su hermano y a la sociedad», comenta emocionada Olaya Rubio, que asegura sentirse «muy orgullosa de mi hijo y de su legado». Porque la suya «es una familia numerosa, en la tierra y en el cielo», añade la misma, que si bien dice que «me habría encantado que Rubén pudiera estar aquí jugando con su hermano», tiene que «seguir adelante aprendiendo a maternar de esta manera».
Y para que otras familias puedan llevar a cabo «un duelo normalizado con respeto, informado y compartido», además del Movimiento Rubén, Olaya, que es asesora de lactancia en duelo y docente en la Universidad Autónoma de Barcelona impartiendo el seminario Lactancia tras el fallecimiento del bebé, ha publicado el libro Madres también: Alimento para el alma, un libro dirigido a las familias que hayan tenido perdidas gestacionales, perinatales o neonatales y también para los profesionales sanitarios. Es por ello que ha donado un millar de ejemplares a todos los bancos de leche de España, bibliotecas públicas y grupos de lactancia, llegando también a diversos países del mundo «porque esta es una obra comunitaria», destaca Olaya Rubio.