La Voz de Asturias

Grado se suma al cohousing con familias madrileñas que desean jubilarse en Asturias: «Es el lugar que más nos gusta de España»

Asturias

E. G. Bandera Redaccion
Casco histórico de Grado

Los impulsores confían en que el proyecto sea una alternativa al modelo especulativo del mercado inmobiliario y atraiga a personas jóvenes del municipio

21 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Una decena de familias madrileñas quiere poner en marcha un proyecto de cohousing en Grado para jubilarse en Asturias. «Vamos con mucha frecuencia a Asturias y nos encanta. Es el lugar que más nos gusta de toda España. Madrid nos parece agobiante, muy agresivo, muy ruidoso, muy contaminado y muy caluroso en muchas épocas del año», explica Javier Blanco, que pertenece a la recién creada asociación Más que casas, con la que se seguiría el camino ya abierto en Asturias por la cooperativa Axuntase, que desarrolla el primer proyecto intergeneracional de vida colaborativa en Llanera, que estará listo el año que viene.

 «Asturias nos parece un sitio amable, bonito y con gente agradable», continúa Blanco, que explica que quienes han creado la asociación Más que casas están a pocos años de jubilarse y buena parte ya tiene claro que quiere disfrutar de ese nuevo periodo en sus vidas en Asturias. Y en Grado han encontrado muy buena acogida para su proyecto de vida en comunidad: «Nos pareció que había mucha receptividad y que nuestro proyecto podía coincidir perfectamente con los que tiene el ayuntamiento».

A la concejala de Urbanismo de Grado, Cristina Coalla, la iniciativa le parece muy interesante y, sobre todo, porque los impulsores de la iniciativa quieren encontrar a gente joven para que sea un proyecto intergeneracional, abierto a todas las edades. «Desde el equipo de gobierno las posibilidades las vemos claras. La financiación puede hacerse entre el municipio y la comunidad y creo que es beneficioso para todas las partes», asegura, recordando que el próximo 9 de noviembre se celebrará un encuentro en la casa de cultura de Grado para presentar el proyecto y atraer a gente joven del municipio. 

«Algo muy importante que además diferencia este proyecto, y que a nosotros nos parece maravilloso, es que son gente de Madrid que, a priori, no tienen vinculación con el municipio. Vinieron de turismo y les encantó. Y eso quiere decir que Grado tiene visibilidad también fuera de Asturias, de lo que nos alegramos muchísimo», valora Coalla.

Compartir lavandería, coche o cuidados

Este proyecto de vivienda colaborativa, con espacios comunes, sería similar a las diversas iniciativas que se están desarrollando en España, incluida la de Llanera, y que vienen de otros países en los que ya existen experiencias muy amplias de viviendas en cooperativa en régimen de cesión de uso. «Lo que pretendemos es permitir un acceso económico a una vivienda. Crear un modelo de viviendas que permita vivir de manera colaborativa, compartiendo recursos de manera que ahorremos también en determinadas inversiones o gastos que normalmente se tienen muy individualizados y que se pueden afrontar colectivamente», explica Javier Blanco, poniendo como ejemplo una lavandería común o tener coches compartidos en vez de un coche por persona.

«Hay mil cosas que se pueden compartir. Como los que hemos montado la asociación vamos a entrar ya en edad de jubilación, en su momento, compartiríamos felices la atención personal para situaciones de dependencia o de acercamiento a la dependencia y, si hubiera niñas y niños, crianza común. Mil cosas», insiste.

Además, con este proyecto también pretenden ofrecer una alternativa al modelo especulativo del mercado de la vivienda. «Es una apuesta por evitar que siga ese ritmo en el que la vivienda se toma como una inversión en vez de una necesidad básica a cubrir. Lo que hace el régimen de cesión de uso que queremos es impedir que nadie pueda vender en ningún momento su casa o negociar con ella, no estaría en el mercado y cuando alguien salga quien entre aportaría lo mismo que hemos aportado los que hemos empezado con la cooperativa», señala Blanco.

La idea inicial pasa también por poder instalarse en una parcela cercana a la villa de Grado para tener huerto y animales, dependiendo de las «habilidades» y las «ganas» de los cooperativistas, «con casas bajas o como mucho dos alturas». Pero si no hay más remedio y no se suman al proyecto al menos una veintena de familias, una segunda opción sería coger un edificio vacío de Grado y rehabilitarlo. «Ahora empezamos unas 10 familias, alguna más segura que otra, pero queremos que al menos la mitad de la gente que vivamos allí sea del entorno. Queremos que también sea una oportunidad para fijar población en el territorio», asegura Blanco, que confía en que en cinco o seis años este sueño de vivir en comunidad en Grado, compartiendo espacios y recursos, sea una realidad.


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