Concha Rodríguez, enferma de cáncer de mama metastásico: «Lo terrible de esta enfermedad es la incertidumbre. No sabes lo que vas a vivir»

Asturias da visibilidad estos días al cáncer de mama metastásico coincidiendo con el Día Mundial de esta enfermedad, fechado el 13 de octubre, y lo hace sumándose e involucrándose en los actos e iniciativas que promueve la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico simultáneamente en varios puntos de España. Así, en el Principado este fin de semana se pueden ver, por ejemplo, los monumentos iluminados de una manera especial con los colores de la Asociación —verde, turquesa, amarillo y rosa— y se recodará a las personas que no han superado la enfermedad reivindicando a la vez #MásInvestigaciónParaMásVida.

Concha Rodríguez, enferma de cáncer de mama metastásico, es una de esas voces que reivindican más investigación y también más agilidad en la aprobación de las medicaciones. Lo hace con su testimonio para dar visibilidad a una enfermedad que hoy por hoy no tiene cura, pero a la que planta batalla con la expectativa puesta en que los investigadores darán con una medicación que la cronifique y evite no solo el padecimiento físico, sino también el psicológico, y es que para ella «lo terrible de esta enfermedad es la incertidumbre» porque, añade, «no sales lo que vas a vivir».

Concha define su vivencia con el cáncer como «muy peculiar». Fue hace cinco años cuando a raíz de un reconocimiento médico rutinario le diagnosticaron cáncer de mama, un cáncer del que se trató con radiación ya que un estudio que se realizó de forma privada indicaba que había un 98% de probabilidad de que no se reprodujera, con lo cual en su caso se descartó la quimioterapia.

Un tiempo después, una infección de orina destapó que había «un líquido en el peritoneo que venía de la mama». Fue ahí cuando a Concha Rodríguez le diagnosticaron cáncer de mama metastásico, enfermedad de la que se está tratando en fase 1, aunque el tratamiento le genera diversos efectos secundarios, como dolor de articulaciones o dolor de cabeza. Sin embargo, señala que esas consecuencias derivadas de la medicación «son llevaderas», porque eleva que «lo terrible, lo peor de esta enfermedad es la incertidumbre» porque «no sabes lo que vas a vivir». «Hay gente que se muere en un año», matiza dando cuenta de la dureza de la enfermedad.

Respecto a los efectos secundarios de la medicación, lo resume así: «Por un lado te alarga la vida y por otro te la quita», y es que señala que los tratamientos indicados para el cáncer de mama metastásico suelen producir fallos en órganos internos vitales, como puede ser el riñón. Por tanto, resume, «vives a merced de lo que vayan haciendo los laboratorios» y de «la compasión de la administración sanitaria» ante una enfermedad que, como reitera, «actualmente ni se cura ni se cronifica» y que afecta indiscriminadamente a personas de todas las edades: «Hay gente joven que está criando hijos y se pregunta en qué condiciones va a vivir», traslada Concha, que incide en que se trata de «una enfermedad muy desesperante».

«Asociarte da fuerza»

Un apoyo importante para continuar adelante, señala, es la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico: «Asociarte da fuerza, aunque también vives cosas terribles», comenta Concha Rodríguez, que también destaca la importancia de unirse para que las reivindicaciones de quienes padecen la enfermedad ganen peso. Su reivindicación para los laboratorios y farmacéuticas es que «hagan más investigación para llegar a una medicación que cronifique la enfermedad», aunque también reclama a las administraciones que faciliten y agilicen «el acceso a determinadas medicaciones» que pueden ayudar a sobrevivir con más calidad de vida.

Concha Rodríguez no obvia lo dura que es esta enfermedad no solo para ella, sino también para la familia: «¿Cómo lo viven? Pues hablando poco de ella, yo creo que por salud mental», expresa la misma, que reconoce que «otra carga es gestionar el entorno» para que este sufra lo menos posible. En su caso, dice, «procuro desdramatizar», aunque concluye que hay momentos muy complicados en los que las fuerzas y el ánimo flaquean ante la terrible incertidumbre que genera padecer cáncer de mama metastásico.