Las peores críticas de los turistas de este verano en Asturias: «Gracias por el nefasto día»
Asturias
Hay visitantes que siguen quejándose de elegir un día de niebla para subir a los Lagos de Covadonga pero también de que los puntos turísticos de la comunidad ya son «demasiado» turísticos o fallan en la gestión
26 Aug 2024. Actualizado a las 09:00 h.
Hay sitios turísticos de Asturias de visita obligada que a veces acaba en drama. «No se puede engañar a cientos de personas. Avisad de la visibilidad antes de comprar el billete sería todo un detalle para que los usuarios disfrutaran de la experiencia. 36 euros tirados a la basura y dos horas de humedad sin nada para refugiarse. Ni una triste máquina de vending. Gracias por el nefasto día». Esta es una de las muchas reseñas que los turistas han escrito este verano sobre Asturias. La inmensa mayoría de las opiniones son muy positivas, pero también se cuelan algunas críticas, sobre todo entre las de los lugares más visitados. El «nefasto día» de la turista anterior fue en los Lagos de Covadonga, donde buena parte de las quejas apuntan precisamente a la forma de llegar y a la masificación durante la visita al paraje natural.
«Un lugar bonito, con vacas para ver de cerca, pero lleno de gente. Demasiado turístico». Algunas no son reseñas negativas, sino que simplemente advierten a quien las lee de que ciertas fechas no son las mejores para visitarlos. «Es un sitio precioso, pero con una masificación brutal en agosto. Funciona con un sistema de buses para subir, que no funciona bien», resume un visitante de este verano en las reseñas que se pueden consultar en plataformas como TripAdvisor o Google Maps.
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«Al llegar a los lagos, puede que te encuentres niebla, tranquilo, puede irse igual que ha venido. Y por favor, respetad el sitio y la fauna, ahora aún se puede subir, en unos años como sigamos así nos dirán que para subir, sube andando», escriben en otra, dando por hecho que nadie querría jamás subir andando a los lagos. Sin embargo es motivo de la queja de otro turista: «El sitio es muy bonito pero para subir andando desde el parking a arriba no hay aceras, hay que ir por el arcén por donde pasan los buses bastante rápido».
Son varias las reseñas de turistas que se centran en el transporte a los lagos porque les aguó la visita a tan bello paraje natural. «Sin duda es hermoso cuando no hay niebla, pero todas las molestias para llegar allí definitivamente no valen la pena para mí. La gran desventaja es que hay que ir en autobús», escribe un turista europeo que fue incapaz de conseguir que alguien le explicara en inglés por qué el autobús para el que dice que previamente había reservado billete se fue medio vacío dejándole en tierra. «En mi país todo estaría cien veces mejor organizado», remata.
No es el único que aprovecha las reseñas para contar que se quedó también tirado en Covadonga. O que no consiguió subir por la «hipermasificación» en verano. «Dos horas para aparcar, cuatro para subir y bajar en taxi, 12 euros por persona aunque sea un bebé de un año... No merece la pena, deberían darle una vuelta. Así no, pierde todo el encanto», aconseja un turista. «Un desastre la gestión de autobuses. Te obligan a dejar el coche y usar el servicio de lanzadera y, además de caro, las colas de espera son increíbles. En un lugar donde abunda la humedad y la lluvia, incapaces de poner porches para que la gente se proteja», se quejan en otra reseña.
«El sitio es increíble y la experiencia es única. Es precioso, pero con los autobuses que te obligan a contratar en temporada alta es un poco frustante. Tanto si hace frío o calor las paradas no están preparadas para tanta gente que tienen esperando», advierten en otra. Hay más críticas a los lagos por el transporte, pero ya no por la gestión, sino simplemente por no avisar de que los días nublados es mejor no subir al bus: «Salimos con el autobús, lloviznaba y nublado, llegamos allí y no se veía nada, no había nadie que nos explicara qué hacer, no hay ni un lugar donde tomar un café, estuvimos dos horas muertos de frío bajo un techito. ¿Por qué no avisan a la gente que no suba?»
Los lugares más visitados de Oviedo y Gijón reciben comentarios positivos de los turistas que escriben sus impresiones en las reseñas más recientes. Las críticas son inexistentes, pero hay algunas que coinciden en señalar los tiempos de espera y la falta de aparcamiento en la visita a Santa María del Naranco. Por ejemplo: «La iglesia se merece 10 estrellas, por supuesto. Una joya en un lugar impresionante. Lo terrible es que ahora solo se puede visitar, junto con San Miguel de Lillo, en visitas guiadas, en rebaño por decirlo claramente, y pagando 5€. Me parece una gestión absolutamente vergonzosa. Para colmo, han colocado unas puertas en San Miguel para que ni siquiera puedas contemplar las jambas a menos que vayas con el rebaño».
Como un rebaño se sienten algunos turistas que decidieron hacer la ruta del Cares. «Esté lejos de ser la caminata más bonita que he hecho. Obligado a aparcar a casi una hora del inicio y, además, muchas personas inexpertas corren el riesgo de torcerse el tobillo», emumeran en una de las reseñas que no recomiendan hacerla, en verano además «sin zonas de sombra».
De los Bufones al «cemento» del Niemeyer
De los Bufones de Pría las reseñas negativas se zanjan con otra que resume perfectamente lo que hay saber sobre ellos para no llevarse una decepción: «Si es un día tranquilo con el mar en calma no hay bufones». Del puente medieval, conocido como romano, de Cangas de Onís son todo halagos aunque «pases a la hora que pases está lleno de gente», y en el Mirador del Fitu, con esas vistas espectaculares para tantos visitantes, las reseñas negativas mencionan desde la niebla a las escaleras cubiertas de óxido. «Saturado, da pena ir en cualquier momento del día», resumen en una de las reseñas más recientes.
Algunos turistas que han escrito reseñas sobre Asturias este verano también consideran una pena el estado de los cubos de la Memoria de Llanes. «Da pena ver cómo están», dicen en una de ellas. Algunos extranjeros también coinciden en que no son para tanto. «No pierdas el tiempo yendo a ver la instalación de arte a no ser que quieras disfrutar de las vistas».
Visitar el centro Niemeyer un día de sol de los de este verano, sin sombra alguna hasta que se llega al interior de los edificios, ha debido ser muy mala idea para algunos turistas. «En resumen: cemento», dicen en una de la reseñas negativas de este verano. «Experiencia de usuario, un cero. Te hacen cruzar una plaza dura para ir a comprar las entradas de la exposición, estando a mayor distancia la taquilla que el edificio de exposiciones. Sin el nombre que tiene se llevaría un cero por parte de todos, pero hay que alabar al señor que inventó los peores barrios del mundo y una ciudad fracasada», explican en otra. En otras tampoco le ven funcionalidad a la plaza de cemento, «un secarral de cementación y ninguna sombra» que «carece de bancos para sentarse y no hay aparcamiento para bicis, por ejemplo».