Coches mal aparcados, caravanas que pernoctan sobre aceras y otros problemas de tráfico que tienen «hartos» a los vecinos de San Juan de la Arena

Día tras día, los vecinos de San Juan de la Arena, en el concejo de Soto del Barco, «se echan las manos a la cabeza». Así lo asegura el concejal de la agrupación de electores San Juan de la Arena Sí, Jaime Fernández Argudín. ¿Y cuál es la razón? Los problemas de tráfico: «coches y coches mal aparcados, que no respetan pasos de cebra, pasos de peatones, direcciones prohibidas, vados permanentes, caravanas que campan a sus anchas, estacionan y pernoctan sobre aceras y pasan hasta semanas aparcadas en la vía pública veraneando como si de un hotel se tratara en mitad del pueblo».

Esta situación se repite, según el edil, a lo largo del verano. Y el pasado domingo fue tal el «descontrol» que «colmó la paciencia de los vecinos», que afirman categóricamente que la suya «es una ciudad sin ley», porque «nadie controla nada, la policía no se ve por semana y menos el fin de semana que es cuando más se necesita».

Fernández Argudín asegura que los vecinos, «hartos ya», creen que se puede hacer más, ya que «en los concejos limítrofes hay parkings de pago, regulados, policía que controla y aquí solo descontrol y falta de vigilancia para que esto no ocurra y se hagan cumplir las ordenanzas». A su juicio, la localidad necesita «más vigilancia que evite el descontrol y un plan de gestión del tráfico para momentos de colapso del aforo de aparcamiento y control de las autocaravanas».

La alcaldesa en funciones, Aroa Gutiérrez, reconoce que hay problemas. «En verano, siempre hay más problemas con el tráfico, se vio el pasado fin de semana con el colapso que hubo en toda Asturias». Pero el problema en La Arena, como en todo el concejo de Soto del Barco tiene por el momento difícil solución, porque hay una evidente falta de personal. El municipio tiene el presupuesto prorrogado y, «dentro de la dotación presupuestaria no se pudieron cubrir todas las necesidades».

El caso es que el concejo está atado de pies y manos. «No es que no tomemos medidas sino que no pudimos aumentar más el personal de Policía; en todos los sitios estamos bastante escasos de personal». Soto del Barco tiene tan solo dos policías municipales y dos auxiliares, y el pasado fin de semana uno de ellos estaba de vacaciones. «¿Cómo cubres el servicio con tres personas?», se pregunta Aroa Gutiérrez. Ante esta situación, solo cabe apelar al civismo de la gente, que en vista de lo ocurrido el fin de semana deja mucho que desear, en opinión de la edil: «La gente sabe las normas de tráfico, dónde se puede aparcar: no se puede en los antibloqueos, las aceras, la línea amarilla. Entiendo que un día vas muy apurado y no hay sitio y aparcas mal porque tienes que ira la farmacia, eso hasta cierto punto se puede entender, pero no que para ir a la playa aparquen en el antibloqueo, eso es gente que no es cívica, que no sabe convivir con el resto de ciudadanos».

El agente que estaba de vacaciones ya se ha reincorporado, con lo que el servicio ya no está tan desasistido. Aun así, la concejala es consciente de que no basta. «Estamos escasísimos de gente», concluye.