La mujer de Langreo que ganó seis meses de vida en su lucha contra la ELA gracias al éxito en una batalla judicial
Asturias
Desesperada por su estrechez económica y con la eutanasia ya programada para unos días más tarde, consiguió una pensión para sus últimos meses y ayuda económica para su marido y su hija
18 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Ana María, vecina de Langreo de 51 años, padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una dura enfermedad que no tiene cura y que supone un golpe tremendo para la enferma y su entorno. En su caso, el padecimiento no obedecía solo al daño de la enfermedad sino también a las necesidades económicas que conllevaba. Estaba en una situación muy difícil, ya que no había conseguido recibir ningún tipo de ayuda económica, y la ELA implicaba unos gastos enormes. En noviembre de 2023 había llegado al límite y decidió programar su eutanasia. La mujer no quería convertirse en una carga económica casi insalvable para su familia.
Pero hizo un último intento para reconducir la situación. Acudió al bufete de abogados Velázquez & Villa en busca de ayuda. Como explica la directora del bufete, María Teresa Menéndez Villa, en un principio parecía una consulta convencional, no una llamada in extremis. «No lo sabíamos cuando la vimos; parecía que iba a ser una consulta sin más dentro de los clientes que vienen a preguntar por sus derechos; venía acompañada de su marido, pasó conmigo, hizo la consulta, le comenté las posibilidades y, tras un buen rato charlando con ella y comentando sobre el tema, dice que tenía prevista la eutanasia para el siguiente martes; la consulta era un jueves».
Hasta entonces, había solicitado una pensión y se la habían denegado, supuestamente porque no cumplía los requisitos. El problema es que, aunque había cotizado durante muchos años de su vida, le faltaban algunas cotizaciones por motivos de salud. El bufete se acogió a una doctrina humanista y flexibilizadora de las cotizaciones. Al acreditar que hubo motivos de salud en la falta de cotización, pudieron tenerse en cuenta las dificultades que había atravesado la mujer y consiguieron que le concedieran una pensión.
Según la directora del bufete, hay mucho desconocimiento en la sociedad en general sobre derechos como la sanidad pública y las pensiones. A su juicio, en muchas ocasiones «no se conoce en qué consisten realmente y qué palancas hay que aplicar para que este derecho que estás adquiriendo te llegue a beneficiar cuando lo necesitas; porque está reconocido por la Constitución y es el día a día de nuestras vidas».
Finalmente, Ana María consiguió el derecho a una pensión de incapacidad laboral con el complemento de gran invalidez, porque requería la ayuda de una tercera persona. Consiguió disfrutar de la pensión durante el tiempo que le quedaba de vida, y también que su hija y su marido tuvieran derecho a pensión de orfandad y viudedad, respectivamente.
Ana María vivió otros seis meses después de conseguir la pensión, y se fue con el alivio de no agobiar económicamente a su familia. La abogada, que se muestra satisfecha por haber conseguido la pensión, lamenta por otra parte que la mujer no se hubiera informado antes adecuadamente sobre sus derechos, porque como consecuencia de ese retraso había perdido como mínimo dos años de pensión. «Estaba muy asfixiada a nivel económico, porque era sumamente dependiente y tenía muchas necesidades de carácter económico. En este caso, su marido había dejado el trabajo para atenderla, y sus ingresos eran cada vez menores. Ella se sentía una carga económica», relata Menéndez Villa. La abogada subraya lo duro que puede ser «que hayas trabajado y que no te den nada por el esfuerzo de tantos años». Por suerte, en este caso la recompensa, aunque más tarde de lo deseado, acabó por llegar.