La Voz de Asturias

Las mayores penas de cárcel en Asturias

Asturias

Marcos Gutiérrez Redaccion

A la condena de 31 años y cuatro meses de prisión del marido de Teresa Aladro se suman otros grandes castigos, como el del crimen del recién nacido de Nuevo Roces y el de la adolescente Érika Yunga

17 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.

La pasada semana al acusado por matar a su esposa, Teresa Aladro, en Pola de Laviana le fueron impuestas penas que suman 31 años y cuatro meses de prisión. Se trata de una de las mayores condenas impuestas en una región que, por desgracia, ha asistido a la aplicación de castigos similares o, incluso, mayores por otros crímenes. Estos son algunos de ellos.

El horror en Nuevo Roces

El 27 de mayo de 2021 la Audiencia Provincial condenaba a prisión permanente revisable a la joven acusada de asesinar de 53 puñaladas a su bebé recién nacido en Gijón, el 1 de agosto de 2019. Esta sentencia condenatoria por un delito de asesinato con la agravante de parentesco supuso la primera prisión permanente revisable que se imponía en el Principado.

Desde 2015 se trata de la máxima pena de cárcel en España para asesinatos especialmente graves y conlleva el cumplimiento íntegro de entre 25 y 35 años, tras lo cual se someterá a revisión, si bien si no se cumplen determinados requisitos para la libertad, el condenado permanece en prisión.

Según el fallo de la Sección Octava de la Audiencia Provincial, la mujer, que entonces tenía 27 años, asesinó de manera consciente, intencionada y voluntaria, el 1 de agosto de 2019, al bebé que ese mismo día alumbró con vida y cuyo embarazo había ocultado tanto a su entonces pareja como al resto de familiares y allegados.

A continuación, metió al bebé unido por su cordón umbilical a la placenta en el interior de una mochila, bajó a la calle y la tiró en el interior de un contenedor de basura situado en la misma calle donde residía, en el barrio gijonés de Nuevo Roces. La mujer fue detenida el 23 de septiembre de 2019.

El asesino de Érika

El 28 de abril del pasado año el moldavo Igor Postolache, acusado del asesinato de la adolescente Érika Yunga, de 14 años, en el barrio ovetense de Vallobín un año antes, reconocía en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial haberla matado con ensañamiento y alevosía, por lo que aceptó la petición de condena de la Fiscalía del Principado de Asturias y la acusación particular de prisión permanente revisable. El acusado asumió, además, 12 años y seis meses de cárcel por la agresión sexual a la menor.

El Ministerio Fiscal determinó que el ciudadano moldavo decidió terminar con la vida de Érika con premeditación, para lo que estudió los horarios de entrada y salida de la menor de su domicilio, de manera que llegó a saber que la niña regresaba a su casa todos los días del instituto a partir de las 14.40 horas.

Una vez que la menor se dirigió al ascensor para subir a su casa, Postolache se abalanzó sobre ella por la espalda, por lo que le resultó del todo imposible defenderse. Le asestó entonces una primera cuchillada, mientras la empujaba hacia las escaleras y le tapaba la boca para que no gritase. Una vez en las escaleras, el asesino arrastró hacia arriba, a la vez que le seguía asestando puñaladas para que no se resistiera.

Una vez dentro de la vivienda, el acusado cerró la puerta con llave y arrastró a la menor hasta el cuarto de baño, en donde continuó apuñalando a la menor y la agredió sexualmente. En torno a las 15.09 horas, una vecina llamó a la Policía Nacional a través del 091 ante los gritos desesperados del hermano de la menor, que estaba golpeando la puerta de la vivienda del acusado al ver las manchas de sangre que había en el pasillo del primer piso y la chaqueta de su hermana tirada en el suelo.

El 9 de agosto de 2023 Postolache se quitaba la vida en una celda de ingresos de la cárcel leonesa de Mansilla de las Mulas, donde ingresó antes de ser trasladado a la de La Coruña para cumplir su condena.

El doble asesinato de La Maruca

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial condenaba en octubre de 2013 a Moisés F.M. a 31 años y medio de prisión por dos delitos de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas por el doble crimen de Roberto Lazcano y Asan Osman en un tiroteo frente al club de alterne Los Arcos, en Avilés, acaecido el 16 de junio de 2010.

El suceso tuvo lugar a primera hora de la noche del 16 de junio de 2012, a la entrada de un club de alterne regentado entonces por el condenado, situado en La Maruca, una zona de naves industriales a la salida de la ciudad y cercana a la ría. Tras un altercado que había tenido lugar en un club de la zona entre Lazcano y Moisés F.M., este se trasladó al establecimiento de su propiedad y se hizo con una pistola para la que, sin embargo, no contaba con licencia.

Cuando Roberto Lazcano y Hasan Osman, que era trabajador en su local, se presentaron en el club de alterne, Moisés F. M. les disparó varias veces, acabando con sus vidas. Al día siguiente el autor confesó el crimen y se entregó a las autoridades.

El crimen del confitero de Avilés

El 12 de marzo de 2018 la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias condenaba a Julio Pardo Cimiano a 24 años de prisión por asesinar a golpes con una llave inglesa a su mujer Ascensión Amores Porcés, en Avilés en enero de 2016. Tanto el condenado como la víctima regentaban desde 2012 la confitería La Duquesita, muy conocida en la ciudad.

El 26 de enero de 2016, alrededor de las 04.00 horas, el acusado, sirviéndose de una llave inglesa, le propinó numerosos golpes en la cabeza a su mujer, con la que llevaba casado desde 2008, continuando golpeándola de manera reiterada, fundamentalmente en la cara, provocándole un politraumatismo craneoencefálico severo que acabó con su vida. Cuando el acusado comenzó a golpear a Ascensión, esta se encontraba dormida en la cama, eliminando cualquier posibilidad de defensa.

Antes de que Ascensión falleciera por efecto de los golpes, el acusado le colocó un almohadón sobre la cara ejerciendo presión para tratar de provocar su asfixia. Ascensión Amores Porcel tenía 46 años de edad y no tenía hijos.

El negocio, que había sido explotado con anterioridad por los padres del acusado hasta su jubilación, no generaba los rendimientos económicos pretendidos por el matrimonio. Según las acusaciones, esta situación provocaba situaciones de tensión y conflicto entre ellos, agravadas además por la mala relación que, desde hacía tiempo, existía entre la víctima y sus suegros.

El asesinato de Teresa Aladro

Como relatábamos al principio de este artículo, la semana pasada la Audiencia Provincial condenaba a penas que suman 31 años y cuatro meses de prisión al hombre juzgado por matar a su esposa, Teresa Aladro, de dos tiros de escopeta en el concejo de Laviana en 2021.

El crimen tuvo lugar el 22 de mayo de 2021, en un piso de Pola de Laviana propiedad de los padres de la mujer al que ésta se había ido a vivir por los problemas de convivencia que mantenía con su marido y que la habían llevado a tomar la decisión de separarse. El fallo constata que el condenado mantenía una actitud dominante y controladora sobre su esposa, una situación se incrementó tanto sobre la víctima como sobre su hijo desde que ella le comunicó su deseo de poner fin al matrimonio, tras lo que comenzó a someter «a ambos a un chantaje emocional, con el fin de que cambiara de decisión».

El día de los hechos, el condenado, que se encontraba en su domicilio con su hijo, salió de su vivienda de madrugada con «el firme propósito de acabar con la vida de su esposa», y, tras coger una escopeta que tenía escondida en una bolsa de deporte, se dirigió a la residencia de la víctima, entró en su habitación y, de forma súbita e inesperada, apuntó y realizó dos disparos a corta distancia.


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