Más cubos y de más peso: el modelo del puerto de Llanes para resistir los impactos del cambio climático
Asturias
Un estudio desarrolla una novedosa metodología para crear planes de adaptación al aumento del nivel mar y otros impactos climáticos en las infraestructuras portuarias y costeras que ya ha sido validada en el caso del puerto llanisco
05 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Agregar una nueva capa de cubos de 50 toneladas y reemplazar las dos capas actuales de unidades de 30 toneladas también por las de mayor peso antes de 2030. Estas son dos de las medidas con las que se podría adaptar la infraestructura del puerto de Llanes para que resistiera los envites del cambio climático, evitando daños como por ejemplo el desplazamiento de los ya famosos cubos que forman parte del dique de abrigo. Estas medidas, junto con otras enfocadas a evitar daños por el desbordamiento de olas, viento e inundaciones en las instalaciones o interrupciones de la operatividad en la propia dársena del puerto llanisco, fueron obtenidas mediante una novedosa metodología de desarrollo de planes de adaptación al cambio climático en infrastructuras portuarias y costeras, que permite identificar necesidades y limitaciones mediante una evaluación de riesgos climáticos en diferentes escenarios y horizontes temporales.
El puerto de Llanes es el primer caso en el que se aplica y valida este nuevo marco de evaluación de la adaptación que necesitan los puertos por su vulnerable ubicación y su papel clave en la cadena logística. Los investigadores de IHCantabria Alberto Fernández Pérez, Íñigo Losada y Javier López son los autores del estudio, publicado recientemente en la revista científica Coastal Engineering bajo el título A framework for climate change of port infraestructures, que desarrolla esta metodología que permitirá a administradores y planificadores portuarios desarrollar planes de adaptación personalizados y optimizados para que las soluciones que se lleven a cabo sean realmente aplicables y eficaces en diversos escenarios climáticos.
El estudio identifica las principales amenazas del cambio climático en los puertos, define un conjunto de medidas de adaptación optimizadas y evalúa su aplicabilidad y efectividad, considerando también la incertidumbre asociada a fenómenos extremos que son precisamente los que causan lo mayores daños en la infraestructura portuaria. En el puerto de Llanes, aparte de reemplazar la capa externa del rompeolas, el método también valida como soluciones de adaptación elevar el muro de coronación para reducir el desbordamiento por el oleaje y, para reducirlo en el interior de la dársena, construir varios revestimientos de 125 metros de longitud antes de 2030, «ya que el riesgo de referencia está por encima de niveles aceptables».
Los tiempos son importantes para adaptarse al cambio climático y en este estudio así queda reflejado, explicando que ante los riesgos de daños en la infraestructura, las instalaciones y la dársena del puerto de Llanes debería actuarse «lo antes posible» para garantizar el mayor grado de cumplimiento de los objetivos. «Esta adaptación a corto plazo para todos los casos se produce principalmente porque los indicadores de impacto ya exhiben valores inaceptables durante el periodo 2020-2045», explican los autores de la investigación, que también subrayan la necesidad de integrar la flexibilidad en la planificación de la infraestructura portuaria, con múltiples opciones de adaptación para abordar eficazmente los riesgos climáticos en cualquier momento dado.
Los resultados de Llanes, según indican en las conclusiones del estudio, muestran que las medidas constructivas (duras), con mayores requisitos de asignación presupuestaria, resultan en mayores mejoras de rendimiento mientras que las medidas blandas (no constructivas) son una opción más rentable aunque no pueden reducir los impactos por debajo de los umbrales requeridos en todos los casos.
«Por lo tanto, se recomienda no descuidar la integración de medidas duras y blandas en esquemas de adaptación flexibles, completando medidas constructivas que requieren mucho tiempo con otras no constructivas menos exhaustivas cuando las medidas duras no se pueden aplicar debido a limitaciones de tiempo, financieras, ambientales o sociales», señalan, resaltando que la metodología se puede aplicar a diversos tipos de puertos e incluso replicar en otros tipos de infraestructuras.