Queipo adopta el estilo Barbón: ¿innovación o imitación?

Lo que funciona no se toca y lo que no es tradición es plagio. Existen las escuelas de liderazgo pero lo cierto es que una materia difícil tanto de aprender como de enseñar y el camino fácil en muchas ocasiones es simplemente imitar.

Álvaro Queipo se alzó a finales del año pasado con la presidencia del PP asturiano y desde entonces ha tratado de darle un aire renovado a un partido que, pese a su muy relevante crecimiento en los últimos comicios municipales y autonómicos --en buena medida por el desplome absoluto de Ciudadanos-- estaba un poco anquilosado y lastrado años de luchas internas y cicatrices por cerrar.

Parte de una buena estrategia política consiste en presentarse ante la opinión pública y el electorado como un ganador aunque quizá Queipo se lo haya tomado demasiado literalmente y como presidente del PP se muestre como presidente del Principado, o al menos como el actual presidente del Principado, Adrián Barbón. Si el socialista optó hace meses por poner en el atril de la sus intervenciones en la FSA un claro letrero de «Asturias» (el partido lo uso como lema desde 2022), lo mismo ha hecho hace semanas Queipo para sus comparecencias desde la sede del PP.

Del mismo modo, si Barbón --que es un usuario muy intenso de redes sociales-- comparte un instante bucólico contemplando el siempre cautivador horizonte de Asturias, parece que Queipo, tiempo después, elige el mismo escenario con embrujadoras montañas a lo lejos en su «rincón de pensar», con corazones azules y amarillos, como la bandera de Asturias (algo que suele hacer también Barbón en sus publicaciones).

Afortunadamente en política no rigen las normas y leyes de la propiedad intelectual, ni tampoco los debates sobre apropiación cultural, al menos de momento en Asturias.