El «rambo gallego» pide el traslado a la cárcel de Asturias
Asturias
Delincuente juvenil, legionario entrenado en técnicas de supervivencia, Alfredo Sánchez Chacón ha protagonizado largas fugas en un historial delictivo con robos y asesinato
09 Apr 2024. Actualizado a las 13:05 h.
En su última comparecencia ante un juez esta semana en Ferrol, Alfredo Sánchez Chacón, el llamado «rambo gallego» pidió el traslado a la cárcel de Asturias, aduciendo que «tengo muchos problemas con los funcionarios de Teixeiro y pido que se me traslade a la de Villabona» desde la comunidad vecina. El juicio se suspendió porque su abogado participaba en una huelga. «Estoy aquí por robar comida, nada más, y el señor ese que me denuncia también me echó los brazos al cuello», se lamentó pero su historial es mucho más largo.
«Llevo desde el año 99 en la cárcel, no se me han dado los permisos que merecía, son 23 años encarcelado y el delito de homicidio está más que pagado», proclamó. El juez, Jorge Hernández, lo escuchó con atención y le recordó que él no decidirá sobre otras causas de su historial, sino sobre los robos de los que se le acusan durante su fuga carcelaria del 2022. Porque ambos episodios explican su larga condena y su particular historia y apodo.
Natural de Córdoba e hijo de un guardia civil, Alfredo Sánchez Chacón pasó buena parte de su vida en Galicia. Con 16 años lideraba una banda delictiva en Vilagarcía de Arousa. Poco después entró en la Legión y, posteriormente, en los Cuerpos de Operaciones Especiales (COES) donde aprendió, entre otras cosas, técnicas de supervivencia y tácticas de guerrilla a las que se aferra cuando se fuga.
La última vez que lo vieron en la capital arousana fue en 1988, donde tras ser detenido lesionó en Comisaría a un policía, en la siguiente década llegó a acumular ocho reclamaciones de distintos juzgados y se le relacionaba con más de una veintena de robos y otros delitos. En una ocasión estuvo a punto de ser arrestado, pero consiguió zafarse cuando le iban a colocar los grilletes. En agosto de 1996 descerrajó dos disparos contra el dueño de Joe Bar, un local ubicado en la ciudad de Pontevedra; el primer proyectil fue al suelo y el segundo no llegó detonar. Huyó. Pero regresó horas después y mató a un persona de un disparo en la cabeza.
Alfredo Sánchez emprendería una huida en la que, durante varios meses, logró escapar de los sucesivos cercos policiales. Fue detenido en marzo de 1997.
Sin embargo, su estancia entre rejas apenas duró siete meses, toda vez que a finales de octubre protagonizó una fuga de película de la penitenciaria de Vigo. A Sánchez Chacón se le siguió el rastro por los montes de la frontera portuguesa. Esta fuga se alargó dos años: lo arrestaron en finalmente en 1999.
Condenado por asesinato, un homicidio en grado de tentativa, además de una veintena de robos, tiroteos y agresiones, su historial suma más de 40 condenas en 25 años. En febrero del año pasado, cuando llevaba cumplidos 22, le llegó un permiso de varios días y se volvió a escapar. Fue a la zona de las Fragas del Eume, un espacio natural que conocía bien, porque hizo unas maniobras allí cuando era militar.. Pero el tiempo se recrudeció y decidió poner rumbo al municipio de Valdoviño: «Se colaba en las casas para ducharse, afeitarse... robar algo de comida, pero claro eso generó una inseguridad entre los vecinos que no sabían si esa noche iban a encontrárselo en el pasillo, mucha gente pasó días sin dormir», contaba este jueves el agente de la Guardia Civil que lo detuvo con la ayuda de dos vecinos.