Los seis años de trabajo para criar a «Paquito», un buey de 1.300 kilos único en Asturias
Ganadería
José María Antuña ha visto crecer en su ganadería de Santa Eulalia de Vigil a un ejemplar de impresión, más por satisfacción personal que por sacar réditos económicos, ya que ha invertido años de esfuerzo y alrededor de 9.000 euros «para no cubrir gastos»
18 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Seis años de trabajo. Esto es lo que le ha llevado a José María Antuña criar a 'Paquito' un buey de 1.300 kilos fuera de la norma en Asturias. Un ejemplar de impresión que el mes pasado fue vendido a una empresa de alimentación, Casa Milia, que se encargará de llevar a cabo el proceso de maduración de su carne, la cual será degustada en establecimientos hosteleros de la región. El buey fue alimentado y criado siguiendo las normas de calidad de la Indicación Geográfica Protegida de Asturias para el Vacuno Mayor.
Ganadero por devoción desde hace más de cuatro décadas, Antuña ha tenido que compaginar esta actividad en su explotación de Santa Eulalia de Vigil con otras como la hostelería y el taxi. Mejor dicho, ha compaginado otras actividades con la ganadería, ya que no duda en afirmar que en el sector apenas hay ya rentabilidad y sí mucho trabajo. Demasiado y poco valorado, en el sentido más amplio.
Explica que, a sus 56 años, lleva «toda la vida» criando ganado. «Los primeros animales me los compró mi abuelo cuando tenía 14 años», apunta y añade que trabaja desde hace 23 como taxista, tras un periodo previo de «18 años en hostelería».
«Esto a día de hoy es inviable, porque si tú para vivir de una actividad estás a expensas de que Europa diga que te da 20, 30 ó 40.000 euros al año, mañana puede pasar como en los 90 con el carbón», reflexiona. Y es que, con el caso que nos ocupa, ha tenido que dedicar «seis años a un animal para no cubrir gastos».
'Paquito' llegó al cuidado de José María Antuña con «un lote de cinco terneros» que adquirió. «Ya se vio entonces que era enorme», recuerda. Este ganadero sierense comenta que un vecino le convenció para que al animal lo criase de manera diferente al resto. «Había que castrarlo antes de que tuviese un año, con certificado veterinario, y tener 48 meses, porque a partir de ahí ya tiene la categoría de buey», indica.
En este sentido, pronto le comentaron que a 'Paquito' lo iba a querer comprar, con total seguridad, «la gente de Casa Milia de Felechosa, que al final fueron los que lo adquirieron». Resalta que llegó un momento en que se dijo «'oye, hay que matar ya', porque el animal ya se empezaba a resentir de las patas, a causa del peso».
La carne de este tipo de ejemplares «es lo que se llama calidad suprema», una denominación que se determina por la crianza y factores como haber sido alimentados con «pienso de Identificación Geográfica Protegida, en su propio cercado...». Explica que «lo que se valora realmente en la carne de buey a la hora de comprarlo es la infiltración de la carne».
No obstante, Antuña resalta que no es sencillo criar un ejemplar como 'Paquito'. Ni por el trabajo que da, ni por los réditos económicos que se obtienen con él. Explica que, como muestra de esta argumentación, «el kilo de pienso está a 50 céntimos el kilo y comía 10 kilos todos los días».
Además, la crianza del animal coincidió con la pandemia, en la que la tonelada de pienso pasó de costar «320 euros a 500 y después vino la guerra de Ucrania...». Comenta que no comenzó a alimentar a 'Paquito' con «pienso de verdad hasta que llevaba 40 meses aquí». Calcula que, en total, fueron «6.000 euros de pienso los que comió, a lo que hay que añadir con lo que se alimentó los primeros tres años», así como otros gastos como las «vacunas correspondientes».
En total, considera que criar a 'Paquito' «ha pasado de 9.000 euros», sobre un precio en bruto de venta de 10.000. Lamenta que, cada vez más, la actividad ganadera en Asturias se vuelve «inviable». No duda en afirmar que este ha sido su primer y único buey. «Con 'Paquito' han sido seis años, 365 días por año y 24 horas por día y no hay rentabilidad ninguna», insiste. «Si mañana dice Europa 'señores, se acabó la PAC', aquí en Asturias quedan las vacas como Paca y Tola», concluye.