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La central térmica de La Pereda sustituirá el carbón por biomasa en 2025

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Central térmica de La Pereda

Las obras se prolongarán durante 19 meses y costarán 36,9 millones de euros

01 Dec 2023. Actualizado a las 10:28 h.

La central térmica de La Pereda, propiedad de Hunosa, que la venía utilizando para generar electricidad a partir de estériles y carbón de su última mina en activo el pozo San Nicolás, pasará a usar biomasa y combustible sólido recuperado (CSR) a partir del segundo semestre de 2025 una vez que concluyan las obras de transformación de la instalación, de la que la Consejería de Transición Ecológica ha resuelto favorablemente la modificación de la autorización ambiental integrada solicitada por la empresa, según una resolución publicada hoy en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA).

El contrato de redacción del proyecto y de ejecución de las obras ha sido adjudicado hoy por el consejo de administración de la hullera pública a la UTE compuesta por Moncobra y Maetel Instalaciones y Servicios Industriales por 36,9 millones, que presentó la oferta más competitiva de las dos recibidas tanto en términos económicos como en plazos de ejecución y solución técnica.

Según ha informado Hunosa, los trabajos se acometerán en 19 meses -dos menos de los exigidos en el pliego de condiciones- con una rebaja superior a los 600.000 euros respecto al precio de licitación y la obra será recepcionada en el segundo semestre de 2025. El proyecto recoge modificaciones técnicas de las instalaciones existentes como la adaptación de la caldera y el sistema de tratamiento de gases, la mejora de la eficiencia del ciclo de refrigeración y un sistema de almacenamiento y alimentación de los nuevos combustibles que se emplearán.

Se trata, según Hunosa, de un ejemplo de aprovechamiento de una instalación existente, diseñada en origen para operar con un combustible fósil, que se modifica para consumir otros de origen renovable y constituye, por tanto, «un ejemplo de economía circular y transición energética, con una instalación renovable beneficiosa desde el punto de vista energético y medioambiental».

La transformación de La Pereda en una central de biomasa «autóctona y sostenible» responde a los objetivos de consolidar la viabilidad la compañía minera y de contribuir a una economía limpia y sostenible que vertebra su territorio de referencia con un claro compromiso con la descarbonización.

Además, Hunosa incide en que el régimen retributivo obtenido por la compañía en la subasta de energías renovables celebrada en octubre de 2022, en la que fue adjudicataria de 50 MW para explotar una central de biomasa, avala la continuidad durante al menos veinte años de una instalación que genera 134 empleos directos e indirectos.

El uso de la biomasa aspira además a impulsar la gestión forestal de los bosques asturianos de manera que la transformación de La Pereda, ubicada en Mieres, puede suponer la generación de unos 200 empleos inducidos y se prevé además que la remozada central pueda utilizar combustible sólido recuperado (CSR) en un porcentaje máximo del 10%.

Solución para 150.000 toneladas de CSR al año

El Gobierno de Asturias viene trabajando para identificar una solución definitiva para las 150.000 toneladas anuales de combustible sólido recuperado (CSR) que se generarán en la nueva planta de tratamiento de la fracción resto -o de basura bruta, la depositada en la bolsa negra- construida en Serín por el Consorcio para la Gestión de Residuos (Cogersa).

El Plan Integrado de Residuos para una Economía Circular en Asturias (Pireca) 2024-2030 planteaba opción preferente figura la valorización química del CSR, pero, para llevarla a cabo, «no hay soluciones maduras por el momento», según la Consejería de Transición Ecológica.

El grupo termoeléctrico de La Pereda se proyectó en los años ochenta del pasado siglo y se construyó al inicio de la década de los noventa e incorporó después una planta de captura de CO2 que participa en la actualidad en el proyecto europeo CaLby2030 para acometer también su reforma y reducir sus emisiones de dióxido de carbono en niveles superiores al 99%.

Según la resolución del BOPA, Hunosa presentó la solicitud el 16 de febrero de 2021 y, una vez finalizado el periodo de información pública, se requirieron los informes preceptivos al Ayuntamiento de Mieres y a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico así como a la Comisión para Asuntos Medio Ambientales (CAMA), que modificó el anexo de emisiones a la atmósfera para incluir restricciones de utilización de residuos en condiciones atmosféricas desfavorables.

La resolución señala que la instalación se ajustará a lo descrito en la autorización ambiental integrada, a los requisitos técnicos de carácter ambiental que figuran en sus anexos y a los documentos técnicos que obran en el expediente «sin perjuicio del cumplimiento de toda normativa ambiental que le sea de aplicación para aquellos aspectos que no se hayan concretado».

La efectividad de la autorización ambiental requiere además que Hunosa presente un documento que acredite la gestión que se prevé para las cenizas y escorias que se producirán en la instalación usando los nuevos combustibles (biomasa y CSR) en un plazo máximo de un mes antes de la puesta en marcha de la modificación de la instalación empleando dichos combustibles.

Incineración encubierta

En relación a este asunto , IU-Convocatoria por Asturias, que forma parte del Gobierno asturiano donde gestiona una consejería, viene advirtiendo de que el debate sobre la incineración de residuos en Asturias está ya amortizado y esa posibilidad está descartada mientras que el PP había alertado de que la central de La Pereda se convirtiese «por la puerta de atrás» en una «gran incineradora».

En esa línea, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies ha señalado que la decisión del Gobierno convertirá a la central térmica, una vez que empiece a quemar CSR, «en una incineradora de residuos, a pesar de la oposición de los miles de vecinos del entorno» dado el peligro que representa para la salud y para el medio ambiente «por sus emisiones atmosféricas contaminantes».

Según el colectivo, la composición media de los CSR en Europa es 31 % de plásticos, un 13 % de papel y cartón, un 12 % de madera, un 14 % de textiles y un 30 % de otros materiales con lo que, aunque se diga que son inocuos, no dejan de ser residuos clasificados y secados, «pero mezclados con lo cual su combustión es tan peligrosa como por separado».

Por su parte, la única diputada autonómica de Podemos, Covadonga Tomé, ha rechazado la conversión de La Pereda «en una incineradora encubierta» y ha incidido en que la quema del CSR «supone un riesgo para la salud de las personas» dado que se trata de incinerar distintos tipos de basura, incluidos plásticos «con las consiguientes emisiones al ambiente», informa Efe.


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