Alberto Blanco Marina, kickboxer: «No conozco las vacaciones ni casi nada que no sea entrenar»
Asturias
El más popularmente conocido como «Tapia», uno de los deportistas asturianos más laureados, charla con La Voz de Asturias apenas unos días después de proclamarse campeón mundial de la World Kick Boxing League ante Julien Piednoir
29 Nov 2023. Actualizado a las 05:00 h.
La de Alberto Blanco Marina «Tapia» es una historia de constancia, trabajo y devoción por los deportes de contacto. Una fórmula que le ha llevado a erigirse como uno de los deportistas asturianos con un palmarés más destacado. No en vano, y hablando de lo más reciente, se acaba de proclamar campeón mundial de la World Kickboxing League ante Julien Piednoir. Y precisamente en casa. «El alcalde de Morcín quería hacer un evento, algo diferente en el pueblo y bueno, se enteró de que yo soy de ahí por parte de mi madre y como yo ya tengo otros dos títulos ganados ahí en años anteriores le llamó mucho la atención y apostó por nosotros», explica el campeón.
Hasta tal punto la apuesta ha salido bien que «quedaron encantados y quieren repetir». Nacido en Oviedo el 1 de enero de 1986, «Tapia» terminó el año 2022 ganando el título internacional K1 WKL y empezó 2023 como delegado WKL en Asturias. Ha sido campeón de España, Internacional y Mundial en diferentes organismos y empezó en los deportes de contacto a los 12 años, un poco por casualidad. «Comencé, básicamente, porque yo jugaba al fútbol y era muy malo», no puede evitar admitir entre risas.
«Un amigo del barrio me comentó la posibilidad de practicar algo de lucha libre», recuerda y «Tapia» le preguntó, casi por acto reflejo, «'¿como los de Pressing Catch?'», rememora divertido. «Me comentó que no, que era lucha grecorromana», apunta. Cuando su amigo le explicó «el tema de los agarres» probó suerte y desde entonces no ha «parado de pelear», con sus «37 para 38».
Lo que llama la atención de sus inicios, en este sentido, es que, como él mismo reconoce, se adentró en el kickboxing «tardísimo, el 11 del once del 2011, una fecha bastante peculiar, y con casi 27 años». «Como vengo de otros deportes y yo siempre estoy entrenando, pues empecé a subir a subir a subir y bueno, no ha ido tan mal», asevera. «Como llevaba desde los 12 años haciendo lucha libre, hacia los 25 me apeteció probar algo nuevo y siempre fui muy, muy fan de las pelis de Jean Claude Van Damme, ya que me tocó esa época, entonces dije voy a ponerme a dar patadas a ver qué tal... y mira, hasta ahora», añade.
Una vida sacrificada
Admite no saber «lo que son las vacaciones ni prácticamente nada que no sea solo entrenar». Es por eso que ya está pensando, ahora que es padre, en «hacer dos, tres o cuatro peleas más y ya poner fin a la carrera, que está bastante bien, ¿no?». Y es que tener «un hijo, una familia, estar a dieta, salir a correr, entrenar, trabajar...» es una rutina espartana al alcance de pocos. Mucho menos al nivel alcanzado por Alberto Blanco y durante los años en los que ha estado en la élite.
Ahora mismo también da clases, además de en el Dreamfit de Oviedo, «en varios gimnasios», en los que traslada sus conocimientos a un centenar de alumnos, aproximadamente. Una de las cosas que le gustaría cambiar de su deporte, probablemente ya de cara a las generaciones que vienen detrás de la suya, es el hecho de que «los ayuntamientos no te dan becas ni subvenciones». «Lo de la foto cuando ganas está muy bien, pero lo que nos ayuda es un poquito de apoyo económico, porque en el fútbol lo dan todo... con un poco que nos ayudéis lo vamos a notar», recalca.
Desde principios de este año es delegado WKL en Asturias. «En un momento tuve 'X' problemas con 'X' personas y decidí buscar una organización mundial como es WKL, que es de las primeras que ha habido en el mundo, por lo que me puse en contacto con el presidente, di de alta al club y comencé a organizar veladas y eventos», indica. Ahora está «mirando para examinar a los críos de los cinturones y esas cositas, porque quiero subir el mundo del kick boxing».
Admite que su llegada a WKL «fue la mejor decisión» que ha tomado hasta la fecha. En cuanto al futuro del kickboxing en la región apunta que «ahora mismo hay muchos y muy buenos luchadores». «Hay un chico de Gijón del centro Tíbet, que se llama Manu García, que también es campeón del mundo y es muy bueno», pone como ejemplo. Y es que, explica, «empezó a salir gente muy buena en kickboxing porque, igual que antes ha habido gente en la cual nos hemos fijado para mejorar, ahora estamos nosotros».
Comenzar a practicar kickboxing
Cuestionado acerca de la edad más idónea para empezar a practicar este deporte de contacto, Alberto Blanco cree que «depende un poquito de lo que quiera cada uno». «Fíjate que, como te decía antes, yo empecé en esto relativamente tarde para hacer una pelea y tener tres fotos, como quien dice, y mira hasta dónde he llegado; le cogí el gusto y el gusanillo al combate, a entrenar, a levantarme a las 5 de la mañana para correr y mira... eso va un poco en la persona y lo que quiere», reflexiona.
Insiste en que, por el contrario, «hay otros que empiezan a lo mejor con 18 años y con 23 están ya muy quemados y lo dejan». Otro de los muchos deportes de contacto en los que «Tapia» ha dejado huella son las Artes Marciales Mixtas (o MMA, según sus siglas en inglés). «Las MMA para mí, a día de hoy, son el deporte más difícil del mundo, porque tienes que saber de todo, ya que no vale ser mucho de Kingboxing y no saber nada de suelo, porque en cualquier momento a lo largo del combate vas a caer, y al revés», admite.