El hostelero «crucificado» de Grado: «Me quedan 1.700 euros al mes de hipoteca y no sé cómo voy a pagar»
Asturias
Bernardo Álvarez iniciará un proceso judicial tras verse obligado a cerrar el Trastévere «en 48 horas», a raíz de la denuncia de un vecino: «Invertí medio millón de euros, tenía todos los permisos en regla y de la noche a la mañana estoy en la calle»
17 Oct 2023. Actualizado a las 12:59 h.
El hostelero Bernardo Álvarez «Pachanga», propietario del gastrobar Trastévere, en Grado, emprenderá acciones legales tras verse obligado a cerrar su establecimiento por una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) a raíz de la denuncia de un vecino de la localidad. El propietario del local protagonizó el pasado domingo una desesperada protesta «crucificándose» en mitad del mercado de la villa moscona. «No dejaré que mi familia pase necesidades», comenta el hostelero, quien avanza que seguirá «hasta el final» en aras de reabrir su negocio: «Invertí medio millón de euros, tenía todos los permisos en regla y de la noche a la mañana estoy en la calle».
Explica Álvarez que fue en enero de 2020 cuando solicitó al Ayuntamiento de Grado las condiciones urbanísticas necesarias para llevar a cabo el proyecto hostelero que tenía en mente sobre un edificio protegido parcialmente protegido por Patrimonio. «Por aquel entonces me dicen que todo lo que les planteo se puede hacer sin problemas, por lo que inicio la compra del local junto a un arquitecto y empezamos con los trámites de todos los permisos y licencias necesarias para la apertura», comenta el hostelero, insistiendo que una vez abierto, su negocio «tenía todos los permisos en regla».
Fue el pasado 15 de julio de 2022 cuando se inauguró el gastrobar Trastévere. Sin embargo, apenas 15 meses más tarde, y a raíz de la denuncia de un vecino de la localidad, el TSJA ha valorado en una sentencia contra la que no cabe recurso algo que Álvarez tenía que cesar la actividad de su negocio. «De la noche a la mañana nos dicen que tenemos 48 horas para cerrar o que nos echan por la fuerza», señala el hostelero. Una medida, explica, que habría afectado tanto a su situación laboral como a la de otros cinco trabajadores.
Medio millón de euros de inversión y dos hipotecas
El obligado cese de su negocio llega después de que Álvarez invirtiera aproximadamente medio millón de euros en la puesta en marcha del gastrobar. Un montante que desde entonces ha estado abonando a modo de hipoteca, la segunda que mantenía junto a la de su vivienda. «Estuve pagando durante dos años y medio sin poder abrir, con todas las dificultades que ello conlleva. Cuando todo parece que arranca llega la notificación de cierre y ahora volvemos a estar sin ingresos. Me quedan unos 1.700 euros al mes de hipoteca del local y no sé cómo voy a pagar», lamenta el propietario.
«Si no me dan una solución llegaré hasta donde sea necesario; hasta una huelga de hambre»
Explica Álvarez que tras entablar conversación con el Ayuntamiento de Grado «los servicio jurídicos me dicen que no entendían nada». «A mí me dieron el visto bueno tanto Patrimonio como el Ayuntamiento de Grado», insiste Álvarez, quien apena que «ahora tengo un local que nadie sabe para lo que sirve y para el que nadie me ofrece una solución».
El siguiente paso tras su peculiar protesta será iniciar los trámites para adentrarse en una encrucijada judicial. Una situación que podría prolongarse, estima, entre cinco y diez años. El hostelero agradece todo el cariño que le han mostrado sus vecinos y afines al negocio, avanzando que «si no me dan una solución llegaré hasta donde sea necesario; hasta una huelga de hambre».