El reverso del fin de los peajes: Asturias acumula retrasos en la alternativa del tren
Asturias
Bruselas ha aceptado la promoción del ferrocarril pero en Cercanías obras y vehículos se demoran
06 Oct 2023. Actualizado a las 05:00 h.
La propuesta de extender a la generalidad de las autopistas el pago de peaje pesó como una losa en Asturias durante meses la pasada legislatura. La comunidad sólo tiene una salida hacia la meseta por autopista y ya es de pago (prorrogada por Francisco Álvarez-Cascos hasta el año 2050) y el ejecutivo asturiano advertía al central a cada ocasión de que generalizar los peajes sería un lastre con graves consecuencias para la economía asturiana. Finalmente no se aplicará tal medida y ha sido eliminada de las iniciativas del Plan de Recuperación remitido a Bruselas. No habrá peajes en todas las autopistas, y la alternativa es una intensa promoción del ferrocarril, para los pasajeros y para el tráfico de mercancías. Pero los problemas de Asturias no terminan porque también acumula retrasos y demoras sobre sus trenes, sobre todo en Cercanías.
Primero la buena noticia: es ya inminente la apertura de la Variante de Pajares, y la alta velocidad llegará hasta el Principado para las personas y para las mercancías. En noviembre se pondrá en marcha a pleno rendimiento la infraestructura y permitirá multiplicar los viajeros (el gobierno autonómico espera hasta 600.000 visitantes anuales por tren) y también la capacidad de los artículos que se puedan transportar desde las empresas asturianas, y con una notable reducción de costes.
La mala noticia: la postergada renovación de la red de Cercanías acumula muchos problemas y retrasos desde hace años, para la vía y para los vehículos. De hecho ese fue el problema de la crisis, paródicamente conocida como los 'trenes que no cabían en los túneles", aunque realmente nunca se llegó a fabricar ninguna unidad, fue un error del diseño y que se percibió antes de que comenzara la cadena de montaje. Pero ese fallo provocó una demora y los vehículos no llegarán hasta el año 2026. En compensación, el Principado arrancó a Transportes el compromiso de aumentar el número de trenes que vendrán a Asturias (hasta 35 lo que permitirá una renovación completa de flota) y que se mantenga hasta ese fecha el sistema actual de abonos gratuitos. Pero el retraso será de tres años sumados a los ya padecidos por la red de la comunidad.
En Asturias se superponen además problemas de coordinación en aspectos que dependen de la Administración Central, demasiado a menudo, distante para con las preocupaciones de la comunidad. De forma reciente el Ministerio de Transportes se encontró con que debía cortar líneas de servicio en Cercanías a la vez que se cortaban tramos de la Autopista A-66, la conocida como Y, por las obras del tercer carril (a punto de terminarse pero que, como casi todos los proyectos que el Estado lleva a cabo en el Principado también va con retraso), de forma que centenares de personas se encontraron que no podían viajar por el centro de la comunidad ni por tren ni por carretera.
¿Por qué se ha aceptado cambiar los peajes generalizados por el fomento del tren? El pago por el uso de las autovías era para Bruselas un instrumento para penalizar el uso de los vehículos con emisiones, en la línea de quien contamina paga. En este sentido, Bruselas ha tenido en cuenta que el aumento del precio de los carburantes ya ha penalizado a los usuarios de las carreteras. El Ejecutivo comunitario cree que las opciones alternativas planteadas por el Ministerio de Transportes, que buscan impulsar el transporte por vía ferroviaria, «mantienen el mismo nivel de ambición» que la propuesta original para avanzar hacia una movilidad más sostenible. En particular, defiende que las nuevas medidas «contribuyen a la reducción de las emisiones del transporte por carretera» y aborda la recomendación que Bruselas había hecho a España para «mejorar sus infraestructuras ferroviarias» e «invertir en transporte sostenible».
La aspiración a largo plazo para Asturias es una conexión por alta velocidad con el Corredor Atlántico, uno de los ejes estratégicos de comunicación marcados por la UE. Pero se ha encontrado, todas las comunidades españolas implicadas se lo han topado, con un problema fuera de nuestras fronteras: la decisión de Francia de demorar la conexión por Dax hasta haber desarrollados las obras hacia Toulouse. Y ese es un debate que todavía sigue abierto en el seno de la unión.