Amazon, un impacto de cotización que resiste a los parones

Quien atraviese el concejo de Siero por la Autovía del Cantábrico podrá ver a su paso un edificio que se ha convertido en una bandera del atractivo del concejo para invertir: el centro logístico de Amazon, en el polígono de Bobes. El inmueble, a pesar de que se terminó de construir hace ya más de un año, sigue sin actividad, y aún están en el aire los cerca de 2.000 puestos de trabajo que supuestamente iba a crear.

No obstante esta paralización, y pese a que la incertidumbre sobre la apertura del centro sigue todavía en pie, no es descabellado afirmar que los beneficios del edificio para el municipio son más que notables. En primer lugar, el inmueble tiene una carga fiscal que la empresa tiene que asumir todos los años. Según fuentes municipales, Amazon abona al Ayuntamiento de Siero 286.541 euros en concepto del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

Pero ese dinero que el gigante norteamericano aporta al municipio —y que para la empresa, todo hay que decirlo, viene a ser una minucia— no es quizá lo más importante de la presencia de Amazon en el polígono. Hay otras aportaciones indirectas que no se pueden obviar.

La más importante, el efecto revulsivo que ha tenido para el propio polígono de Bobes. No hay que olvidar que la mancha industrial pasó todo un calvario para salir adelante. El polígono comenzó a gestarse a finales de la década de los noventa del siglo pasado y sufrió muchísimas vicisitudes ya en la fase de tramitación. Baste decir que el Ayuntamiento de Siero firmó un convenio con la sociedad mixta Sogepsa para desarrollar el polígono en el año 2000 y, entre cambios en el ordenamiento local, expropiaciones, recalificaciones del terreno, redacción y modificaciones del plan parcial, correcciones de todo tipo, quiebras de empresas que obligaron a paralizar las obras y decisiones judiciales, las obras definitivas de urbanización no concluyeron hasta el año 2020.

A pesar de su desarrollo definitivo y de las obvias ventajas que implicaban tanto sus condiciones como su ubicación —en el centro de Asturias, en la encrucijada de la principal red de autovías del municipio— y sus dimensiones —más de millón de metros cuadrados de superficie— el establecimiento de empresas en el área industrial no estaba yendo a buen ritmo. La llegada de Amazon puso a Bobes en el mapa de las áreas logísticas del norte de España, y tuvo un innegable efecto llamada. Ahora hay varias empresas interesadas en asentarse en el polígono, y es muy probable que en los próximos meses se vayan incorporando cada vez más.

Por último, hay que señalar que el polígono de Bobes llevaba asociada a su desarrollo una obra muy importante: el desdoblamiento de la carretera AS-17 Avilés-Puerto de Tarna. Estaba previsto que esta infraestructura se convirtiera en una importante arteria del tráfico del polígono con otras áreas logísticas de Asturias. La vía tiene ya algunos tramos desdoblados, como el que une Posada de Llanera con Lugones, pero la crisis económica y otros factores habían pospuesto durante años su desdoblamiento, y en consecuencia sus enlaces con el polígono industrial.

Las obras de desdoblamiento de la carretera en el entorno del área se retomaron en San Miguel de la Barreda en febrero de este año, y está previsto que acaben en 2025. Será, seguramente, en esa fecha cuando Bobes se asiente definitivamente como uno de los centros fundamentales de la actividad logística de Asturias y en buena parte del norte de España.

Con todo hay una demanda generalizada de explicaciones a la multinacional, el pasado mes de agosto desde el sindicato CCOO se pidió: «Amazon debería dar explicaciones y el gobierno pedírselas». La responsable local, Bibiana Martínez, dijo que 

 Asturias «tiene derecho» a conocer las previsiones de la compañía en la comunidad porque «se ha publicado que recibió ayudas públicas». Así, han señalado que según la federación sindical UNI Global Union, Amazon habría obtenido al menos 4,4 millones de euros en subvenciones del Principado de Asturias para su instalación en Bobes.