Una sequía «sin precedentes en 40 años»: preocupación entre los vecinos del occidente asturiano
Asturias
Habitantes de los concejos afectados por las restricciones de agua explican las consecuencias que están experimentando ante la falta de lluvias de este verano: «El ganado no tiene comida ninguna»
23 Aug 2023. Actualizado a las 05:00 h.
El paisaje verde asturiano se está tiñendo de amarillo. No llueve y las reservas de agua de algunos núcleos rurales en Asturias empiezan a resentirse. A consecuencia de ello, algunos ayuntamientos de las zonas más afectadas por la disminución de los niveles en sus depósitos han decidido emitir avisos a sus vecinos. Han sido los concejos de Vegadeo, Candamo, Pravia y Tineo los que, con intención previsora, han querido apelar «a la sensatez de todos para hacer un uso responsable y moderado del agua para los fines que comprende la concesión, esto es, atender las necesidades de la vida e higiene privada», como reza el bando de Candamo, y mencionan que «se prohíbe expresamente la utilización del agua para riego, lavado de vehículos u otros fines que no sean los previstos en las ordenanzas».
Los vecinos de algunos municipios afectados dicen estar acostumbrados a que este tipo de avisos se produzcan durante el verano. Pero esta temporada tiene algo de inédito, «una sequía sin precedentes en los últimos 40 años», según alcanza a recordar Adela Fernández, de Viveros Candamo. El bando emitido por el Ayuntamiento no afecta a su negocio porque su abastecimiento de agua no proviene de la traída de agua municipal, de uso doméstico. Pero sí destaca los problemas a los que se enfrenta para que el crecimiento de sus árboles frutales se dé en buenas condiciones. Ha tenido que implementar su riego y humedecimiento ante el verano más árido que recuerda la empresaria, quien lleva cuatro décadas a la cabeza del vivero.
Alfredo González Martín, de la ganadería San Pedro, sí dice verle «las orejas al lobo». Mantiene hidratadas a sus 85 cabezas de ganado con agua de manantial, pero en esta época del año este también se seca y hace a Martín y al resto de ganaderos de la comarca pensar en lo peor. «Ahora mismo, es grave», a lo que añade una doble preocupación por los precios crecientes del forraje.
Entretanto, la alcaldesa del municipio, Marta Menéndez, asegura que mantendrá el bando, una medida «común en veranos como este», hasta que consigan recuperar niveles más altos en las reservas de los manantiales. Por ese motivo, seguirán revisándolos varias veces por semana.
El alcance de la sequía también preocupa en el concejo colindante de Pravia. En la parroquia de Agones han estado experimentando cortes de agua diarios desde que, el 13 de agosto, el Ayuntamiento emitiese su propio bando. Establecieron los parones por la noche, entre las 22.00 y las 8.00 horas. Según afirma Cristina Merchán, vecina de Agones desde hace 13 años, se trata de la primera vez que experimentan la falta de acceso periódica al agua. Ella lo vive con resignación y entiende que «no hay otra». «Tienes que aceptarlo, organizarte y mentalizarte de que no debes y no puedes hacer ciertos usos en esta situación», reflexiona.
Si bien Merchán no está sufriendo las consecuencias de los cortes en su negocio, un bar de la zona, sí piensa en el famoso Festival de la Huerta. Este evento habitual en el verano praviano reúne a agricultores de toda la región para exponer los mejores productos de la huerta asturiana e incluye premios y jornadas gastronómicas. Supone un gran revulsivo para el concejo, pero, al igual que la hostelera, «muchos agricultores y vecinos se quedarán sin participar». «No tenemos productos que llevar por culpa de la 'seca'», justifica. El alcalde del concejo, David Álvarez, explica que en Pravia también vigilan los niveles de los depósitos.
Tineo es otro de los concejos afectados por las restricciones para «el riego de jardines, limpieza de aceras o lavado de vehículos». Y, aunque dentro del municipio, el abastecimiento de agua provenga de lugares diferentes, la situación es «preocupante» para todos, tal y como reza el bando emitido por el Ayuntamiento. Muchas de las aldeas tinetenses se abastecen de su propio manantial, como ocurre en Merillés, y la falta de lluvias ha mermado igualmente sus niveles.
A Josefina Diez, ganadera y vecina del pueblo, no le resulta extraño estar pendiente de los niveles de sus depósitos domésticos de agua porque la imagen suele repetirse todos los veranos. Pero este año es diferente. «Estamos midiendo muchísimo el consumo que hacemos y los más afectados acaban siendo los animales», cuenta Diez. Ante la sequedad de los pastos, «el ganado no tiene comida ninguna y les estamos dando los forrajes que teníamos guardados para el invierno», con el consecuente gasto económico que implica.
Por otro lado, en esta aldea tinetense, cada vecino gestiona su propio depósito individual aunque el agua provenga del mismo lugar, lo que genera una mayor responsabilidad sobre el consumo que cada uno ejerza en su domicilio. Alguno ya ha llegado a gastar sus reservas estos días, mientras que otros como Diez miran «cada gota» para no terminarlo. «Este sistema es muy positivo porque evita que los que tenemos cuidado paguemos la insolidaridad de los que riegan la huerta por las noches y no piensan en nadie», explica. Al igual que Diez, todos tienen su mirada puesta en el próximo mes de septiembre.