La transición a las energías renovables: por qué Asturias es la comunidad menos sostenible de España
Asturias
Un estudio analiza el rol de las 17 comunidades españolas en el sector y aconseja a las que se sitúan a la cola como el Principado que mejoren para no afectar negativamente a la sostenibilidad de España en su conjunto
28 Aug 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Asturias, en la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, es la comunidad autónoma menos sostenible de España. Ocupa la 17ª posición en el ranking resultante de un estudio que evalúa el rol de las 17 comunidades españolas en el sector de las energías renovables, que ha sido elaborado por el grupo de investigación Tecnología para la Economía Circular y la Seguridad Natural del departamento de Biología Química de la Universidad de Santiago de Compostela. Una de las conclusiones de esta investigación, divulgada en la publicación científica MDPI (Instituto Multidisciplinario de Publicaciones Digitales), es que comunidades menos sostenibles como Asturias «deberían mejorar en el ámbito de las energías renovables e indicadores relevantes para no afectar negativamente a la sostenibilidad de España en su conjunto».
Junto a Asturias, las comunidades menos sostenibles y que tendrían que mejorar sus sistemas de energía renovable son Navarra, Baleares, Cataluña y País Vasco, mientras Castilla y León, La Rioja, Murcia y Aragón se sitúan en el grupo de comunidades sostenibles, demostrando «sólidos resultados en materia de sostenibilidad» y que «podrían ser pioneras y un paradigma para el resto en la línea de los objetivos de energías renovables de España para 2030», desarrollándose estrategias efectivas para la transición hacia un sistema energético más sostenible y resiliente.
En este sentido, los autores de la investigación explican que, en este siglo XXI, «la transición de fuentes de energía no renovables a renovables y sostenibles es de suma importancia para todos los gobiernos» y que, a pesar del progreso realizado en ese sentido, «todavía existe una brecha significativa entre las prácticas actuales y lo que se necesita para satisfacer la demanda mundial de energía sostenible». En todo caso, los autores señalan que es importante no pasar por alto que algunas de las comunidades menos sostenibles pueden tener un potencial sin explotar para el desarrollo de energías renovables.
Indicadores clave
Sea como fuere, el avance en sostenibilidad energética en España se considera significativo -la cuota de las energías renovables en el consumo final bruto de energía pasó del 18,4% en 2019 al 20% en 2020 y en el consumo eléctrico nacional del 33% en 2010 al 44% en 2020-, aunque «todavía hay muchos desafíos que deben abordarse para acelerar la transición» y brechas en el sistema general como puede ser «la falta de objetivos cuantitativos específicos a nivel nacional».
O el hecho de cada una de las 17 comunidades autónomas tenga sus propios objetivos y condiciones. Con destacadas diferencias: «Si bien algunas comunidades han logrado avances significativos en el desarrollo de infraestructura de energía renovable y la promoción del crecimiento del sector, otras se han quedado atrás».
Para analizar el estado de las energías renovables en cada una de las comunidades españolas, con el objetivo de promover la generación de energía sostenible y contribuir a los esfuerzos globales para mitigar el cambio climático, el estudio las clasifica en base a 10 indicadores de sostenibilidad utilizando el método Topsis, una técnica que permite la toma de decisiones multicriterio, con datos y estadísticas oficiales mayoritariamente de 2022. Asturias, a la cola de la lista, obtiene una puntuación final de 0,046501. Castilla-León, que encabeza el ranking, de 0,070568.
El indicador con el mayor peso en el estudio es la participación de la generación de energía renovable en la generación total de energía. Esta cuota, según los autores del estudio, es un indicador clave para evaluar el progreso y el éxito del despliegue de la energía que se cubre con fuentes renovables como la eólica, la solar, la hidráulica, la biomasa y la geotérmica. Cuanto mayor sea, menor dependencia de combustibles fósiles y mayor reducción de las emisiones de gases de efectivo invernadero que han provocado la actual y preocupante crisis climática.
«Alcanzar una alta proporción de energía renovable requiere una combinación de políticas y estrategias, incluido el desarrollo de infraestructura de energía renovable, la implementación de marcos regulatorios de apoyo y la adopción de mecanismos de financiación innovadores», explica el estudio, que sitúa a Asturias con la tercera cuota de renovables más baja de país (19,90%), tras Baleares (7,3%) y País Vasco (11,9%), y muy alejada del 88% alcanzado en Castilla y León, que se sitúa a la cabeza del ranking de sostenibilidad energética.
Otros indicadores claves, y con mayor peso en la clasificación final, son la cantidad total de electricidad generada por fuentes de energía renovables, la capacidad instalada, el consumo de electricidad por habitante y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Asturias por ejemplo presenta el séptimo resultado más alto de emisiones de dióxido de carbono de las 17 comunidades y la cifra más alta de consumo de electricidad.
También se tienen en cuenta el PIB per cápita, el Índice de Desarrollo Humano, la esperanza de vida, que en Asturias es de 82,74 años; la tasa de desempleo (del 12,8% en Asturias), y el déficit de presupuesto, que permite valorar los recursos financieros disponibles para invertir en infraestructura y tecnología de energías renovables. En Asturias, el dato que se tiene en cuenta en la clasificación es positivo, de un 1%, el segundo mejor resultado de las 17 comunidades.
Estrategias para mejorar
No obstante, los investigadores también explican que tener mejores parámetros económicos no necesariamente indica un mejor estado de sostenibilidad energética como ocurre con Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña, que tienen la mejor situación económica en función del PIB pero en la clasificación final de sostenibilidad energética no están tan bien situadas.
Una vez analizados todos los datos, se establecen cuatro grupos de clasificación: sostenible, relativamente sostenible, medianamente sostenible y menos sostenible. En el grupo de las comunidades relativamente sostenibles aparecen Galicia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía y, en el de medianamente sostenibles, Madrid, Cantabria, Canarias y Extremadura.
La investigación también plantea tres estrategias para mejorar la sosteibilidad de las energías renonavñes en España. Una primera consistiría en alcanzar los objetivos de 2030 de forma más rápida centrándose más en el grupo sostenible y en los grupos relativamente sostenibles. La segunda estrategia, que se centraría más en el grupo medio sostenible y en el grupo menos sostenible, requiere de más tiempo para mejorar la situación de las energías renovables con los indicadores pertinentes y la tercera se centraría en los cuatro grupos de manera simultánea, para que los defectos y los problemas de los dos grupos menos sostenibles se tengan en cuenta con un mayor esfuerzo inversor siguiendo el modelo de las comunidades sostenibles.