El clima, una prioridad para el turista que visita Asturias: «¿Calor? ¡Inexistente! Yo paso frío por la noche»
Asturias
Visitantes españoles e internacionales explican las razones por las que eligen la región como destino vacacional: «Cancelamos una reserva en Sevilla cuando vimos que íbamos a tener 40 grados»
19 Aug 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Darse un paseo por el muelle de Gijón puede servir para tomar buena nota de la 'fiebre' turístca que ha vivido toda la región en los últimos veranos, con un especial impacto en esta última temporada estival que da ahora sus últimos coletazos. Hablando de medidores y temperaturas, lo que marque el mercurio también es importante para los turistas a la hora de decidir hacia dónde apuntar su brújula y disfrutar de sus vacaciones. Esta consideración suele asociarse cada vez más a los visitantes que eligen Asturias como destino, por eso se empieza a hablar del Principado como el «refugio climático» peninsular por excelencia.
Mientras en el resto del país se suceden las olas de calor con temperaturas por encima de los 40 grados, el norte se mantiene con máximas que oscilan entre los 20 y los 25 grados. A nadie le gusta tener que recorrer un lugar para conocerlo bajo un sol de justicia que no da tregua a los golpes de calor, algo en lo que parecen estar de acuerdo aquellos curiosos de peregrinaje por Gijón.
Laurine Champion lo tiene claro. Al preguntarle a esta joven francesa de 28 años por qué optó por el Principado para conocer España por primera vez, ella cambia su expresión y responde al instante: «¡Because of the 'calor'!» («¡por el calor!»). Su novio, Thomas Quesnel, se apresura a asentir con la cabeza al escucharla mientras ríen. Y de hecho, Asturias no era su primera opción, pero las «temperaturas imposibles» en otros lugares de interés más del sur peninsular les obligaron a buscar la suavidad climática del Cantábrico. «Habíamos reservado un apartamento en Sevilla, por eso de que lo más conocido en España es el sur, pero al ver que algunos días se podían superar los 40 grados decidimos cancelarla y buscar la región más templada del país», cuenta la pareja.
Ambos viven en la ciudad de Le Mans, a unos 200 kilómetros de París, y aseguran no estar acostumbrados a las condiciones extremas que se dan en comunidades como Andalucía. También les ayudaron a decidirse algunos amigos que conocían Asturias y les recomendaron esta región «por su naturaleza, especialmente por Picos de Europa». Aprovecharán los últimos días de viaje para ir.
Las noches de «ventilador y poco descanso» espantaron a Andrea Pico (28) y Yoel Espinosa (27) de Elche, Alicante. Dedicaron las semanas anteriores del verano a hacer alguna 'escapada' un poco más cerca de su casa, por la zona Mediterránea, pero él no conocía nada del norte y ambos dijeron «ya toca».
Llevan cinco días de visita y al preguntarles qué es lo que más destacarían del viaje, a ella parece avergonzarle no elegir los paisajes, la gastronomía o el patrimonio, y por ello responde de forma tímida: «a ver... A mí lo que más me gusta es que no hace tanto calor». Ambos coinciden en argumentar que «aquí se está muy a gusto», sobre todo al compararlo con cómo se encuentra su familia en el mismo día. «Hablamos con ellos y hoy están a 40 grados mientras nosotros andamos casi en los 20, así que...», cuenta Espinosa.
Además de elogiar el verdor de los paisajes asturianos porque «allí está todo seco», cuentan cómo viven un día cualquiera del mes de agosto levantino. «Cuando me subo al coche para ir a trabajar a las 6 de la mañana, ya marca 32 grados», narra el joven. Con tal circunstancia, se comprende mejor que una noche asturiana en la que pueda refrescar y les haga ponerse la chaqueta les pille por sorpresa. «Nuestra Semana Santa es el verano de aquí», resumen.
El mismo calor que pudo con los de Alicante, de igual manera, expulsó a Noemi Stocchi (26) y Francesco Panizza (25) de la vecina Italia hasta la costa verde. Solo están en Asturias un par de días como parte de su recorrido en furgoneta por toda la cornisa cantábrica, pero ambos concuerdan en lo «agradable que es este tipo de verano más suave». En sus respectivas ciudades al norte del país, Verona y Mantua, los mercurios se elevan hasta hacer que «salir a la calle sea imposible». «Corre mucha brisa y eso ayuda», comenta él. Como añadidos de la región, suman la naturaleza y el surf, dos de sus pasiones.
Silvia Saus (55) y Enrique Castro (56) vieneron al Principado desde mucho más cerca. Son de San Sebastián y por eso están familiarizados con los días de calor tan apacibles del norte del país. Están pasando su estancia en Asturias en un camping de Villaviciosa y buscaban refugiarse del turismo masivo, no del bochorno, pero han comprobado que «Asturias tiene mucha gente». Aunque les motivaba encontrar un destino cercano a País Vasco, agradecen no sufrir las altas temperaturas del sur.
De hecho, la pareja donostiarra prescinde del turismo de playa más costero y procura buscar localizaciones «siempre en el centro peninsular, en la sierra, donde haga fresquito y refresque por la noche», para no superar los 40 grados. Tras una mala experiencia por Andalucía, decidieron no volver. «Fuimos hace muchos años a Jaén y fue muy bonito pero intratable... Y eso que fue hace muchos años, cuando no hacía tanto calor».
Sin embargo, aunque escaseen, aún hay andaluces que consiguen zafarse de los extremos climáticos. Es el caso de Antonio López (24), Rocío López (25) y José Arévalo (25), a salvo de los récords por temperaturas desde Cádiz.
Los tres amigos gaditanos hicieron su última parada por el norte en Asturias tras haber conocido Cantabria y País Vasco. Llanes, Ribadesella, Colunga, Cangas de Onís... y Gijón para despedirse. Resumen la cuestión climática de forma bastante clara entre chascarrillos. «¿Calor? ¡Inexistente! Yo paso frío por la noche», bromea López.
Acostumbran a no sufrir las restricciones que reconocen tener en otros puntos de la comunidad, como Sevilla, donde a media mañana «no podríamos estar en la calle como aquí» y estar a gusto de vacaciones estaba entre sus prioridades. «Además, los paisajes de Asturias son preciosos y aunque seamos de un sitio de costa, no tiene nada que ver con esto», reconocen.