La sangre asturiana de la fundadora de la Universidad del Prado, en México
Asturias
Rocío Moro es la máxima responsable de una entidad pionera en la educación a distancia, con la que busca llegar a la población que trabaja y necesita flexibilidad
31 Jul 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Rocío Moro López nació en Ciudad de México, pero sus raíces paternas y maternas están en Asturias. Su padre emigró «muy joven» tras quedarse huérfano y vivir situaciones «muy complicadas», como hicieron miles de españoles. Su madre nació ya al otro lado del Atlántico, a donde llegaron sus abuelos y sus dos tíos mayores en busca de una vida mejor. Por eso ella tiene el corazón dividido entre México y Asturias, una región en la que tiene a «toda» su familia y a la que viaja siempre que puede.
Ahora lo hace como fundadora y rectora del Instituto Universitario del Prado, una universidad en línea que puso en marcha hace algo más de una década cuando la educación a distancia empezaba a aterrizar en México. Licenciada en Administración y Finanzas y apasionada de la enseñanza, Rocío Moro cita a Nelson Mandela para explicar cómo fue su desembarco en el mundo educativo: «Como bien decía, “la educación es la herramienta más poderosa para cambiar el mundo”, esa es la realidad».
Antes trabajó en banca y, tras casarse, estudió en Madrid una maestría en Dirección de Organizaciones No Lucrativas. A su regreso a México comenzó a ocupar puestos docentes y de dirección educativa y tuvo sus primeros contactos con la implantación de la educación a distancia. Experiencias «espectaculares» que contribuyeron a que Rocío Moro diese el paso de fundar el Instituto Universitario del Prado, no sin dificultad. Primero diseñó los programas de licenciatura para obtener el visto bueno de la Secretaría de Educación Pública, el equivalente al Ministerio de Educación en España. Tras sortear las diferentes «trabas» y toda la amalgama burocrática, comenzó a recibir los primeros alumnos en diciembre del 2012.
El objetivo de su proyecto era utilizar las herramientas online para que la población trabajadora tuviese acceso a la formación superior de manera flexible y sin la necesidad de abandonar su empleo. «México es un país que tiene mucha población que no logra acceder a la educación. A través de mi experiencia encontré un nicho de mercado de muchos adultos que por cuestiones de la vida no habían podido acceder a su licenciatura y decidí centrarme en ellos», cuenta. Así, la edad media de los estudiantes de su universidad se sitúa en los 35 años, «personas de clase media o baja que con la globalización de los últimos años se han visto estancados en sus trabajos porque les pedían una licenciatura», explica.
La metodología es cien por cien online y hasta el momento han graduado a 160 personas en los diferentes programas. A día de hoy ofertan cinco licenciaturas, en Administración de Empresas, Mercadotecnia, Derecho, Ingeniería Industrial y de Sistemas y Contabilidad y Finanzas, así como dos maestrías en Administración y Dirección de Empresas y en Administración y Finanzas. Cerca de 370 alumnos están activos en la actualidad, para los que trabajan 14 personas entre administración y profesorado, a lo que hay que sumar 19 docentes colaboradores.
«Tenemos la fortuna de haber crecido y haber podido ayudar a mucha gente, sobre todo mexicanos», celebra Rocío Moro. Pese a las trabas que se encontró para conseguir la validez oficial de los títulos que oferta su universidad, el proceso ha sido gratificante. «Amo la educación y soy una persona muy perseverante en ese sentido, me motiva mucho poder entregar un título después de tres o cuatro años de esfuerzo, detrás de ese título hay muchas alegrías y muchos beneficios para las personas y para su familia y es algo que me llena absolutamente», confiesa.
La clave del éxito está, asegura, en combinar flexibilidad y servicio al estudiante. «Es indispensable la flexibilidad porque el alumno trabaja y tiene que estudiar cuando encuentre tiempo. Pero también hay que apoyarlos, escucharlos y estar junto a ellos, y la única forma es hablándoles y monitoreando. Felicitarlos, animarlos, motivarlos… es la manera que tenemos de decir que aquí estamos y que no les vamos a soltar porque lo que queremos es que terminen», detalla.
El bum de la educación a distancia
Rocío Moro fue una de las pioneras en la educación a distancia en México, un país que en esta materia va por detrás de Estados Unidos y Europa, los grandes referentes en proyectos como el Instituto Universitario del Prado. «Un caso muy especial es España, porque son los pioneros en tecnología para la educación en línea, está muy avanzado», celebra la rectora.
Sin embargo, después de la pandemia se produjo un bum en este tipo de metodología educativa que fue beneficioso pero perjudicial a partes iguales. «En México con la pandemia explotaron todos los programas en línea y eso fue bueno, pero abrieron muchas universidades que no saben nada de lo que es la educación a distancia», lamenta Rocío Moro. Precisamente ese seguimiento al alumno es su baza diferenciadora y con la que espera distinguirse en un futuro para seguir creciendo tanto en número de alumnos como en oferta educativa.