El experimento para garantizar la convivencia de osos y ganaderos en Picos de Europa

Una majada de altura del concejo de Amieva está sirviendo como zona experimental de un sistema que busca mejorar la convivencia entre la actividad ganadera y el oso en el Parque Nacional de Picos de Europa. Un experimento que, de mostrarse exitoso, podría extenderse a otras zonas del mismo.

Ángel Serdio, codirector del Parque Nacional de Picos de Europa, explica que la semilla de esta idea fue «la queja de un ganadero de la zona», al que le faltaban grandes cantidades del pienso con el que alimentaba a los perros con los que cuida a las vacas, sin que ese consumo estuviera justificado por el apetito de los animales. En este caso la voracidad oso era la principal fuente de sospecha.

Borja Palacios, biólogo del Parque Nacional, resalta que «es un problema ya habitual en la cordillera Cantábrica que el pienso con el que alimentan los ganaderos a los perros que cuidan del ganado, si no está bien guardado, se lo pueda comer otra especie, como por ejemplo el oso».

Indica que «en Picos ocurrió ya el año pasado con un ganadero que tenía vacas y se puso en contacto con nosotros para ver cómo podíamos hacer». Esta persona «tardaba más de dos horas andando» en acarrear el alimento en sacos de varios kilos, por lo que «era una faena» que viera su arduo trabajo arruinado por la gula de los plantígrados.

Es por eso y por el hallazgo de excrementos de oso en la zona, que se ha procedido a crear, junto a Tragsa, «por un lado una despensa para que el ganadero pueda almacenar todo el pienso que lleve para el verano y no tenga que volver a subir con sacos de pienso de varios kilos».

Por esa parte «se ha cerrado una pequeña cueva con una puerta de hierro para que guarde el pienso para verano», la cual «de momento funciona». Este biólogo explica que «en la misma majada, aprovechando una ruina», se ha habilitado un comedero en cuyo interior «están las tolvas donde come el perro cada vez que quiera».

Se procedió a «bunkerizar por arriba y por los lados esa pequeña cabaña para que el perro solo pueda entrar por la parte de delante». En este sentido, «el ganadero la rellena por una escotilla que hay arriba y la cierra», con lo que los animales tienen sustento «para dos, tres o cuatro días más».

Resalta que «la entrada por la que accede el perro es del tamaño de un mastín y ahora estamos viendo si, en este caso, podría entrar o no un oso pequeño». Este «experimento» lleva «instalado desde hace diez días y de momento va bien».

Comenta que, en el peor escenario posible, aunque «entrara un ejemplar de oso lo único que haría sería comerse la ración», no toda la reserva de pienso almacenada para el verano.

Independientemente del éxito de esta iniciativa, Ángel Serdio resalta que tras el análisis de los excrementos encontrados en la zona se pudo comprobar que se corresponden con la osa Saba, un ejemplar reintroducido hace cuatro años en el límite entre Asturias y León, y que fue rescatada en el Occidente. «Es el primer caso que tenemos tan particular», comenta, en el sentido de que no es habitual que un ejemplar regrese a la zona donde fue liberado.

En la administración del parque la «idea es la de consolidar la población en la zona de Amieva, para que los osos la vayan recolonizando y que se puedan juntar con la población lebaniega».

Explica que «como hace tiempo que no hay osos los ganaderos no están acostumbrados a la presencia de estos animales» para los que pienso como el que el ganadero dejaba para sus perros es un verdadero «manjar»

«La iniciativa de los compañeros fue la de intentar buscar un sistema que no implicara quitar a Saba de ahí», abunda. Cree firmemente en que la «convivencia del oso con la ganadería extensiva» es esencial.

«Cada vez más osos y con el tiempo serán más habituales estos episodios de, entre comillas, conflicto», apunta e insiste en que los plantígrados «no son animales violentos, pero es mejor que no asocien humanos y comida».

Explica que «afortunadamente, tanto en el núcleo occidental como oriental, las poblaciones de osos van hacia arriba» y que, en este sentido, «desde los gobiernos de Asturias, Cantabria y entidades como Oso Pardo se está trabajando en la convivencia». Insiste en que «la ganadería es fundamental en la conservación del parque».

El codirector del Parque Nacional explica que actualmente hay «unos 8 osos de manera más o menos continua» en Picos. Cree que «poco a poco recolonizarán» y no duda en apuntar que «Amieva y la zona lindando con Ponga es buenísima» a tales efectos.