¿Qué teléfono marco si quiero hablar con Podemos Asturies?
Asturias
La división interna de los morados llega a las conversaciones para la investidura
29 Jun 2023. Actualizado a las 05:00 h.
A mediados del siglo pasado el diplomático (también en buena medida señor de las tinieblas) Henry Kissinger se burlaba de la construcción europea aún en ciernes diciendo «¿Qué teléfono marco si quiero hablar con Europa?» para referirse a que la Unión no tenía ningún presidente ni estructura consolidada que sirviera de interlocutor equiparable a los estadounidenses. Lo de la UE va poco a poco asentándose pero problemas parecidos surgen en Asturias.
Constituida ya la Junta General es cuestión de días (hay un plazo de 10 que corre desde el lunes) para que se anuncie la fecha del pleno de investidura del presidente del Principado. Aunque hay un margen muy amplio y la formación efectiva del gobierno puede postergarse hasta finales de agosto, las conversaciones entre distintas fuerzas ya se apuran incluso en redes sociales. Barbón tiene la presidencia garantizada (con sus 19 diputados, los 3 de IU que le han ofrecido respaldo para la investidura incluso aunque no entren en el Ejecutivo y Foro ya ha dicho que su único diputado se abstendrá y no apoyará a Diego Canga). Es factible que el PSOE puedan contar con IU como parte del gobierno (ya hay precedentes de esa experiencia en Asturias) y juntos rozarían la mayoría absoluta (de 23) en la Junta General a falta de un escaño.
La cuestión es quién y desde dónde puede dar ese diputado que sume el 23. Podría ser el de Covadonga Tomé de Podemos, que además presiona para entrar también en el Ejecutivo; o podría ser desde fuera, con apoyos de geometría variable el de Foro, de Adrián Pumares. Pero Foro tiene un acuerdo tóxico con Vox en Gijón es una baza que esgrime sin dudar Podemos.
Pero los morados tienen muchos problemas propios aún sin resolver que han alertado incluso desde antes de los comicios a sus potenciales aliados. Y todo ha empezado a estallar en Twitter, la red social más política. Tomé se quejó de que Barbón no la había recibido con este mensaje al que añadió luego «no es aceptable que el gobierno de Asturies se apoye en los socios de Vox en Xixón».
Pero Barbón, que ya antes de las elecciones había declarado en más de una ocasión que las conversaciones se darían entre los partidos apuntó también en Twitter que «con quién se reunió la delegación de la FSA para pactar la Mesa de la Cámara fue con IU-CA y acordamos, garantizando su presencia en la Mesa. Luego lo intentamos con la delegación de Podemos Asturies y su diputada nos comunicó que no asistiría ni a la reunión».
Podemos Asturies mantiene aún abierta la herida de sus procesos internos que dividieron a la organización, con un sector imponiéndose en las primarias para la dirección orgánica y otro en las de elaboración de la candidatura autonómica. Y no se ha resuelto de ninguna manera. Para las negociaciones de cara a esta nueva legislatura tras los comicios de mayo las divisiones afloraron de nuevo. El partido propuso una terna compuesta por Olaya Suárez, secretaria de organización; Rafael Palacios, secretario de acción institucional y relaciones con otras fuerzas; y Covadonga Tomé, como diputada electa. A su vez Tomé propuso otra con ella misma pero acompañada del número dos de la candidatura Xune Elipe, y la número tres, Laura Tuero.
En este sentido terció este martes la secretaria de Organización de la Federación Socialista Asturiana, Gimena Llamedo. De nuevo con un hilo en Twitter:
Señalando además que «la comisión negociadora de la FSA PSOE, de la que formo parte junto a Dolores Carcedo y Juan Cofiño, ya mantuvo una reunión con Podemos Asturies a la que estabas invitada y a la que finalmente trasladaste que no asistirías» y también que «es cada fuerza política la que determina las personas que deben negociar, como ha hecho la FSA. Debemos estar a la altura y trabajar para garantizar la estabilidad que necesita Asturias para aprovechar todas las oportunidades que tiene a la vuelta de la esquina».
Hay un tercero en liza, Izquierda Unida, que guarda silencio, pero ya antes de las elecciones advirtió con discreción que no quería verse involucrados en líos ajenos y que las tormentas moradas les contagiaran.