La Voz de Asturias

El agua de las playas asturianas, tan cálida como en el Mediterráneo: así se explica el incremento de hasta 5 grados

Asturias

E. G. Bandera Redaccion
Bañistas en San Lorenzo

Las temperaturas más altas se registran en el arenal de San Lorenzo, con los mismos valores que en Benidorm

14 Jun 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Hasta cinco grados más por encima de los valores normales. Bañarse estos días en el Cantábrico, sobre todo en la playa de San Lorenzo de Gijón, es como bañarse en cualquiera de Benidorm. La temperatura del agua está incluso por encima de los valores registrados en Canarias y Baleares y, en el resto de la costa asturiana, también son inusualmente altos desde principios de junio, rozándose una media de 20 grados en buena parte del Cantábrico. 

Como explican en el perfil de Twitter de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las aguas del mar circundantes a España están, en su conjunto, más cálidas de lo habitual para esta época del año. Y, si en zonas del Mediterráneo y de Canarias alcanzan valores de entre 2,5 y 3,5 grados por encima de lo normal, en puntos del Cantábrico la anomalía se dispara a los cuatro grados. Como en la playa de San Lorenzo, donde la temperatura del agua registra uno de los valores más altos de la costa asturiana: 25 grados. 

Esa es la temperatura prevista para este miércoles, la misma que el martes y un grado menos -24- que mañana jueves. En el sur de Tenerife, por comparar, las previsiones son de 22 grados y, por ejemplo en Benidorm, la temperatura es similar a la de la playa gijonesa, con esos 25 grados que el año pasado se alcanzaban en la playa gijonesa a finales de julio.

En Llanes, la temperatura del agua es menor y, según el arenal, oscila entre los 19 y los 21 grados como en el resto de la costa oriental. En Candás y Luanco se pasa también de los 21 grados y en Salinas se oscilará entre los 18 y los 20, mientras en la costa del occidente las aguas no llegan a los 20 grados, entre 17 y 18. 

«En el Cantábrico, las aguas alcanzaban a mediados de la semana pasada una temperatura media de prácticamente 20 grados y, desde que hay registros, nunca a comienzos de junio había tenido una temperatura tan alta, casi cuatro grados superior al promedio normal para esas fechas», señalan en la Aemet. ¿Qué pasará en los próximos días? Pues que mientras las aguas del Mediterráneo y Canarias se enfriarán ligeramente, en el Cantábrico seguirán «extremadamente cálidas» hasta el punto de que incluso podrían alcanzarse temperaturas cinco grados superiores a lo normal.

¿Por qué se está dando esta anomalía en las aguas del Cantábrico y, en general, en el Atlántico norte? En el mismo hilo, la Aemet atribuye la causa a una circulación atmosférica poco habitual, con vientos alisios debilitados y un anticiclón persistente en altas latitudes, de manera que la «inusualmente elevada temperatura del aire» se traslada a las aguas superficiales.

«Detrás de las altas temperaturas actuales oceánicas a escala global está la tendencia propiciada por el cambio climático, el recién instaurado fenómeno de El Niño -la Agencia de la Atmósfera y el Océano de Estados Unidos declaró oficialmente su inicio hace unos días- y, tal vez, una menor presencia de polvo en suspensión sobre el Atlántico, que tiene efecto de enfriamiento», añaden, recordando que estas temperaturas de las aguas oceánicas tan cálidas tienen su impacto en los ecosistemas marinos, que pueden verse «seriamente dañados» como ya viene ocurriendo en las aguas asturianas, como por ejemplo con los desaparecidos bosques de grandes algas o laminarias. También aumentan la evaporación, lo que explicaría la intensidad de los recientes episodios de lluvias.

Además, en la Aemet recuerdan que en 2022 la temperatura del agua del mar batió récords en las zonas marítimas circundantes a España al alcanzar de media 19,8 grados, un 0,7% superior al promedio de la serie histórica comprendida entre 1981 y 2011. En las aguas del Cantábrico, la temperatura media del año pasado fue de 16,8 grados, la más alta registrada desde 1940.

La Aemet también destaca que, desde la década de 1950, las aguas marítimas de España han experimentado un aumento de su temperatura en la superficie «estadísticamente significativo» que se cifra en 0,8 grados. En el Cantábrico, fue aún mayor, de 1 grado, solo superado por las aguas de Baleares, donde en agosto del año pasado se superaron incluso los 29 grados. 


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