La mula del milagro: Francis se convierte en la primera de su especie en tener descendencia en Asturias

Francis se ha convertido en un hito para el entorno equino asturiano. Se trata de la primera mula del Principado en parir gracias a un trasplante de embrión de otras de las yeguas de Hoja de Arce, una yeguada ubicada en Tiñana regentada por Héctor Menéndez y Melissa Herrero. Sus dueños tomaron la decisión de llevar a cabo este complicado y peculiar proceso después de darse cuenta de que dos de sus yeguas «no iban a poder reproducirse. No se podían quedar preñadas, ni llegar a fin de embarazo», explica Melissa.

Aunque es sabido que la mula, un animal híbrido surgido de la mezcla del burro y la yegua, no puede quedarse preñada de manera natural debido a una condición genética, un número impar de cromosomas, Francis ha obrado el milagro. 

Francis llegó a la vida de Melissa y Héctor hace apenas unos meses, su objetivo principal era la doma «para poder montar, igual que con los caballos». Sin embargo, Paula García, veterinaria de la yeguada Hoja de Arce les propuso «meterle un embrión de una de las yeguas a la mula» con el fin de poder procrear a pesar de las dificultades de sus otros animales.

Aunque al principio, Melissa y Héctor no lo tenían del todo claro. «No estábamos del todo seguros porque es una cosa que se suele dar y cuando se ve es en yeguadas que tienen mucho dinero. Pero finalmente todo salió bien a la primera», comenta Melissa. Convirtiéndose así en la primera mula de Asturias es ser madre. Además, «Paula se estuvo informando y creemos que podemos asegurar que es el primer caso en todo el norte de la región», explica Melissa.

El proceso, aunque fue aparentemente sencillo, estuvo lleno de incertidumbres. Primero «se cubre la yegua, a los pocos días se le saca el embrión y se le mete a la mula. Posteriormente se realiza una ecografía para ver si el embrión sigue dentro de la mula o fue expulsado». Una vez confirmaron que el embarazo de Francis salía hacia delante, solo quedaba «cuidar de ella y controlar que todo fuera bien». Otro de los grandes enigmas que presenta este curioso embarazo era el tiempo de duración. «Teníamos la duda de si iba a durar como el embarazo de la yegua o como el de la burra porque son diferentes; el de la yegua dura unos 11 meses, mientras que el de la burra son 12. Finalmente, fue como el de la yegua y parió ella sola»

Desde Hoja de Arce aseguran que el embarazo no contaba con un riesgo adicional para la vida del animal. Los problemas, explican, podían ser los mismo que los que puede tener una yegua: alguna complicación en el parto o un aborto durante la gestación. En este caso, «no hubo ningún momento en el que pareciera que la cosa se podía complicar, fue todo perfecto. No sé si fue casualidad, pero salió todo bien a la primera».

Aunque, en principio, se trata de un caso excepcional, Melissa y Héctor no descartan repetirlo en un futuro si llegado el momento se da que las yeguas vuelven a presentar problemas para la gestación de nuevos potros.

Francis se encuentra ahora feliz con su nueva hija, quien aún no tiene nombre. La mula del milagro se dedicará los próximos meses a criar de la potra aunque posteriormente retomarán su doma.