¿Es posible hacer dos veces la primera comunión? Un caso de Avilés reaviva el debate sobre la custodia de los hijos

La primera comunión constituye la celebración por antonomasia en este mes de mayo. En su propia definición sacramental se encuentra esa condición de primera y única. Sin embargo, según explican desde la Asociación de Padres de Familia Separados de Asturias (APFS), cada vez son más los niños y las niñas que se ven obligados a duplicar el evento a causa de los desencuentros de sus padres separados: dos misas, dos banquetes, dos vestidos y el doble de regalos. Un caso muy reciente al respecto lo protagoniza una menor avilesina que, tras distintos altercados, celebrará su comunión, en singular, el sábado 27.

Desde que se produjese la separación, sus progenitores comparten la custodia de la niña y esta pasa una semana con cada uno. Este fin de semana le tocaba pasarlo con su padre, en coincidencia con la fecha elegida para celebrar el evento. Como desde el principio se descartó organizar un acto conjunto, ambos meditaron opciones para que la pequeña pudiese contar con toda su familia en ese día especial. «El padre ofreció a su exmujer que la menor pasase la noche anterior junto a ella, y así prepararse juntas a la mañana siguiente para la misa; entendía que era algo que podía hacerle ilusión», explica Gemma Álvarez, abogada del progenitor y miembro de APFS. De esa forma, habrían acudido a la misa todos los familiares de la niña, y él habría podido pasar la segunda parte del día junto a ella.

Las facilidades de su cliente no terminaron de contentar a la madre, quien habría intentado que su hija comulgase el pasado sábado 20 y así adelantarse a la fecha autorizada por ambas partes. Según Álvarez, gracias a la difusión de esta noticia y a los intentos del exmarido para impedirlo al contactar con la autoridad eclesiástica, esta mujer habría reculado en su intención. Además y en este caso, la Iglesia se habría negado a darle el sacramento a la menor en la fecha extraoficial al haber seleccionado otra antes, pero no siempre se zanja con esta resolución.

Luis Manuel López Fidalgo, presidente de APFS está de acuerdo con su compañera en afirmar que los conflictos entre divorciados por las comuniones y bautizos están «a la orden del día» y que siempre se ha dado a lo largo de sus 22 años de labor en la asociación. Al ser preguntado por las mejores alternativas para el menor en semejante situación, su respuesta es clara. «Lo mejor siempre es que el sentido común y el respeto primen para que el bienestar de los hijos esté por encima de toda rencilla. Quienes se separan y deben solucionar sus problemas son los adultos, no se puede utilizar a los niños como arma arrojadiza», declara.

Sí enfatiza, sin embargo, que faltan apoyos a la familia en todas sus formas por parte de las instituciones, ya que no existen herramientas a la mediación, como la que proporcionan en la asociación, al alcance de todos los bolsillos. «Los conflictos entre exparejas ahora solo se pueden solucionar a golpe de chequera, pagando abogados, mediación, terapias… Y hay mucha gente que no puede enfrentarse a ese gasto», justifica. Precisamente, gracias a este rol de mediación, mucho más presente en otros países, López ha ayudado a muchos matrimonios a arreglar sus diferencias. «Cuando hay un tercero que contribuye al entendimiento, muchas parejas que habían decidido que iban a divorciarse se dan otra oportunidad».

Por otro lado, también admite que cada vez más padres divorciados toman la vía de la mediación porque se dan cuenta de que es la más beneficiosa para todos, «la herencia más beneficiosa que le puedes dejar a tu hijo».

Según Álvarez, en lo que respecta a la comunión de la pequeña avilesina, esta podrá disfrutar de la celebración con sus dos padres y con todo aquel familiar que quiera acompañarla, ya que la Iglesia no puede prohibir la entrada a nadie. Y así poder afirmar que esta habrá sido, de verdad, su primera comunión.