España bate récords de exportación de gas mientras la regasificadora del Musel sigue cerrada

Las demoras cronificadas en grandes infraestructuras de la comunidad hacen que Asturias siempre vaya uno o varios pasos por detrás. La guerra de Ucrania tuvo un impacto económico trascendental en el continente europeo y provocó un giro de importaciones: el gas que ya no puede llegar desde el este tiene que llegar desde el oeste, por mar. España ha batido en los últimos meses todas sus marcas de exportación de gas natural hacia Francia y también de recepción de buques metaneros en los puertos con capacidad de almacenaje. Pero Asturias no se está beneficiando de ninguna de estas circunstancias ya que la regasificadora de El Musel sigue sin estar operativa.

En un inicio se señaló que la regasificadora estaría ya en pleno funcionamiento el pasado mes de enero, pero no fue así. Al larguísimo periplo judicial que se siguió a su construcción (fue denunciada y paralizada ya que incumplía la normativa vigente prohibía este tipo de instalaciones a menos de 2.000 metros de zonas habitadas) se encadenó el abandono por parte de los gobiernos de Rajoy (que la excluyó de sus planes energéticos aduciendo que ya había plantas en Galicia y País Vasco) y finalmente tras un intervalo en que se trató de recuperar como instalación para hidrógeno verde se recuperó la opción de almacenaje de gas dado que España se convirtió en un punto estratégico de recepción en el continente tras cortarse los lazos con Rusia.

Pero la luz verde definitiva, los trámites administrativos para su apertura, volvieron a retrasarse durante meses, abandonados en los cajones de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, la CNMC; en apariencia por un largo debate sobre el régimen de retribución (esto es, sí podría funcionar sólo como almacén o conectada plenamente a la red de gas). La propiedad, Enagás, ya había comenzó a seleccionar el personal para la planta el pasado verano, aspirando a crear alrededor de un centenar de empleos. Finalmente fue lo primero, sólo funcionará como almacén. Además entró en un nuevo actor en la operación al hacerse con el 25% del capital la compañía Reganosa.

En principio, la regasificadora asturiana aspira a iniciar su actividad comercial el próximo mes de julio, casi un año después de haber seleccionado al personal. La publicación especializada El Periódico de la Energía informó de que «16 operadores han presentado sus ofertas para reservar la capacidad de la planta». La planta tiene una capacidad de almacenamiento de 300.000 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL), repartida en dos tanques de 150.000 metros cúbicos cada uno. También cuenta con unas instalaciones de atraque y descarga diseñados para los buques metaneros de hasta 266.000 metros cúbicos, según los datos de Enagás.

Ninguno de estos miles de metros cúbicos ha servido por el momento para nada mientras según la propia Enagás, el pasado mes de marzo as llegadas por barco a las plantas regasificadoras elevaron su peso hasta un histórico 79% total de importaciones de gas, frente a sólo el 21% que entró por gasoducto. Pudieron ir a los puertos de de Barcelona, Huelva, Cartagena, Bilbao, Sagunto y Mugardos, pero no a Gijón. Asturias sigue fuera del mapa de este hito de la exportación gasística.

Y eso que los números son impresionantes para el conjunto del país: Ahora mismo España concentra casi la mitad (el 43%) del gas natural almacenado en toda Europa. Las seis plantas operativas recibieron en marzo 35 buques metaneros, el número más alto en el registro histórico; llegaron de 13 orígenes distintos y el nivel promedio de la capacidad de las plantas subió hasta el 60%, diez puntos más que hace un año. Los barcos inyectaron un total de 29.940 gigavatios hora (GWh) equivalentes de gas natural licuado, un volumen de energía que sólo fue superado en abril de 2022, tras el comienzo de la guerra. El impacto en Asturias ha sido cero.

A la vez, Enagás anunció el 1 de mayo que en abril logró batir también un récord en la exportación de gas natural por gasoducto a Francia. A través de sus dos interconexiones, Irún en el País Vasco y Larrau por Navarra, se ha registrado el pasado mes un flujo de 6,52 TWh.