El Corredor Mediterráneo empezará ya este verano la renovación de vías demorada tres años en Asturias
Asturias
A mediados de año comenzarán las obras en Tarragona en un trazado de 200 kilómetros
22 Feb 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Sin que nadie se atreva todavía a fijar una fecha para la apertura de la Variante de Pajares, inicialmente prevista para mayo pero que se ha postergado sin horizonte definitivo, y mientras Asturias negocia con Cantabria una prórroga para la gratuidad de las Cercanías hasta que lleguen los nuevos vehículos, demorados por un fallo de diseño, y que no saldrán de fábrica hasta 2026; al otro lado de la península, en la orilla del Mediterráneo la renovación de las infraestructuras avanza a todo trapo: para mediados de este 2023 ya esperan iniciar el cambio de vía a ancho internacional en las líneas relacionadas con el Corredor Mediterráneo.
El contraste es especialmente sangrante por dos motivos: la demora en Asturias es retraso sobre retraso, llegarán tarde la alta velocidad y también los nuevos trenes pero es que también va muy lenta la misma renovación de las vías cuyos trabajos no comenzarán en el mejor de los casos hasta dentro de año y medio. Además y en segundo lugar, mientras Levante impulsa definitivamente su corredor, Asturias junto a las comunidades del noroeste aún tiene en pañales su reivindicación de participar en el Corredor Atlántico: desde la Administración central, en gobierno de distinto color, apenas se ha avanzado en la integración de la esquina noroeste de la península en los grandes proyectos europeos y sólo tras varias cumbres de gobierno autonómicos el ejecutivo nacional nombró un comisionado el pasado mes de enero.
Y fue con no pocas suspicacias, desde la patronal levantina que participa en el Corredor Mediterráneo se entiende el reparto de proyectos como un juego de suma cero y el presidente del grupo de presión Ferrmed, Joan Amorós, llegó a plantear que se quitaran recursos a los trenes del noroeste para potenciar los mediterráneos porque es «donde está el tráfico de verdad».
Las nuevas obras en el Mediterráneo comenzará a mitad de año y se prolongarán todo lo que queda de ejercicio con renovación de la vía para transformar de ancho ibérico a internacional la línea del Corredor Mediterráneo en una distancia de 200 kilómetros: la que va desde Castelló de la Plana hasta la estación de alta velocidad de Camp de Tarragona.
Divida en tres tramos, la obra comenzará este mismo verano en Tarragona, entre las localidades de La Boella y l'Ametlla de Mar. El segundo, desde ese punto a Vinaròs, arrancará el segundo trimestre de este año y con una precisión del documento de afecciones previstas: que se hará con cortes nocturnos. El tercer tramo será por la provincia de Castelló.
Según citó el diario La Información, todos estos tramos tienen en la actualidad doble vía y han ido siendo modernizados de manera progresiva desde 1997. Están preparados para que los trenes alcancen velocidades máximas de 220 kilómetros por hora, algo que ya hacen en la actualidad los Euromed. En todo el recorrido se procederá de la misma forma: primero se reducirá el ancho de una vía, y luego de la otra. De esta forma, el tráfico ferroviario no se verá interrumpido en ningún momento, aunque obviamente la circunstancia dificultará en cierta forma la circulación.
La publicación destaca también que la continuidad del eje de alta velocidad hacia el sur, conectando así con la provincia de Alicante, también recibirá un importante espaldarazo este 2023. Todo ello supone un contraste muy agudo con los escasos avances para Asturias, tanto en materia de Cercanías como en alta velocidad.
El fiasco de los trenes, un error de diseño que, en todo caso, no fue más allá del proyecto porque nunca se llegaron a fabricar, estalló cuando la ahora dimitida secretaria de Estado Isabel Pardo de Vera daba explicaciones en Asturias por la última demora de la apertura de la Variante de Pajares. Allí adujo que retrasos en suministros de materiales, retrasos de varios días, se fueron acumulando hasta hacer imposible entregar la vía a circulación hasta la segunda mitad de febrero, en conjunto ocho semanas que hacen presumir que, en el mejor de los casos, la infraestructura pueda abrir en julio. Pero ninguna autoridad se ha atrevido a fijar un nuevo plazo.
En esa misma comparecencia, Pardo de Vera tuvo que intentar apagar otro fuego; las obras de renovación de ancho ibérico entre Pola de Lena y Oviedo (los trabajos que empiezan ya en el Mediterráneo) se habían planteado con cortes de tráfico y transbordos en autobús a propuesta de la consultora de Adif. En Oviedo tuvo que aclarar que la prioridad sería mantener la circulación y la movilidad, que no habría cortes ni transbordos, y que en todo caso los trabajos en sí no comenzarían hasta dentro de año y medio ya que dedicarán buena parte del tiempo presente al acopio de materiales.
Casi de propina en la última pregunta fue cuando confirmó a preguntas de la prensa que había una demora en la entrega de los trenes por un error del diseño en las dimensiones. La bola del escándalo fue creciendo hasta terminar en una cita de los presidentes de Asturias y Cantabria con la ministra, su renuncia, la del presidente de Renfe y el anuncio, como compensación de que se prolongarían los viajes gratuitos en tren de Cercanías, en Asturias y Cantabria, hasta 2026. Pero ya hay otras comunidades (como Galicia o Castilla y León que exigen la misma medida). En el Mediterráneo para 2026 ya estará renovado todo y en marcha el Corredor europeo. El Atlántico tiene un comisionado.