La falta de medicamentos «incomoda pero no es alarmante» en Asturias, según los farmacéuticos

La falta de determinadas marcas de medicamentos en las farmacias españolas no es algo nuevo. Asturias no es una excepción y, aunque desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos reconocen que el desabastecimiento se ha agravado con la guerra de Ucrania, dejan claro que el problema viene de antes. Con todo, señalan que la situación es «incómoda» para los usuarios pero que «no es alarmante», y argumentan que en la inmensa mayoría de los casos, si no consiguen el medicamento recetado, «existen alternativas».

Jaime Ortega, vicesecretario del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, detalla que los medicamentos que suelen faltar son, por ejemplo, antiespasmódicos bronquiales, antirreumáticos o algunos antibióticos. «El problema es cuando no son sustituibles o no hay genéricos», situaciones en las que usuario tiene que volver al médico «para que le dé una alternativa». En muchos casos sí que hay genéricos, por lo que la solución es sencilla.

Según explica Ortega, los problemas de suministro de medicamentos se agravaron con la guerra de Ucrania, pero subraya que «ya venían de mucho antes». Entre otros motivos, señala que «España tiene una política de precios de los medicamentos muy baja. Marca el precio al que se deben vender, y eso hace que las farmacéuticas, cuando tienen problemas de producción, prefieran enviarlos a otros países en los que sacar más beneficios». El vicesecretario del colegio precisa que la mayoría de las materias primas con las que se hacen los medicamentos vienen de China y de India.

Cuando existen problemas de abastecimiento, puede pasar un mes hasta que las farmacias vuelven a recibirlo. Sin embargo, se ha puesto en marcha un sistema que permite, mediante una red interna, que los profesionales puedan buscar otros establecimientos cercanos que sí tengan el medicamento y así asesorar al cliente e indicarle dónde puede comprarlo. Se llama «Farmahelp» y, según detalla Ortega, «con esto nos cubrimos».

El desabastecimiento supone una «molestia», especialmente cuando los usuarios «tienen que volver al médico porque no encuentran el medicamento y necesitan una alternativa». Pero, en cualquier caso, Ortega destaca que «no es una situación grave, llevamos años así, y hay soluciones y alternativas». A modo de ejemplo, señala que un medicamento puede tener agotadas las existencias en la fórmula de 500mg, pero sí hay disponibilidad de otras inferiores y se trata solo de ajustar las cantidades. Por último, indica que existe comunicación entre los farmacéuticos y los médicos, lo que facilita que este sepa de cuáles hay pocas existencias y, por lo tanto, no las receta.