De la «chapuza» de los trenes para Asturias a las flamantes nuevas unidades del Euskotren

El primer encuentro del grupo de trabajo que hará seguimiento al nuevo proceso de fabricación de los fallidos trenes de cercanías para Asturias y Cantabria se celebra este miércoles en Santander. Fallidos porque nunca se llegaron a fabricar debido a un error en las dimensiones facilitadas por Renfe a la empresa adjudicataria al que aún se le está buscando explicaciones pero que, aparte del cese de dos altos cargos en Renfe y Adif, supondrá un nuevo retraso en la puesta en servicio de unidades que al menos en Asturias hacen falta ya desde hace años.

El contrato de suministro de 31 trenes de ancho métrico -26 eléctricos y cinco híbridos- y de otros seis alpinos destinados a Madrid se firmó el 29 de diciembre de 2020 por 258 millones de euros y, además, incluía como opción el suministro de otros seis trenes eléctricos más y una unidad híbrida para el ancho métrico. Aunque la mayoría se iban a destinar a Asturias y Cantabria, la red de la antigua Feve también sigue existiendo en Galicia, Castilla y León, País Vasco y Murcia. La licitación de este contrato, en el que se especificaba que los trenes podrían circular a una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora y estarían formados por dos y tres coches, se había publicado en 2019.

A los pocos meses de firmarse el contrato, ya en 2021, la empresa adjudicataria, la veterana fabricante de sistemas ferroviarios CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), detectó el famoso error en las dimensiones de los trenes que ha trascendido estos días. Es decir, han pasado casi dos años desde que se «descubrió» esta «chapuza», como la denominó el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. El Ministerio de Transportes, este fin de semana pasado, hacía público un comunicado explicando que efectivamente el error se había detectado cuando el proceso se encontraba aún en las etapas más preliminares de la fase de diseño, «ni siquiera se había llegado a desarrollar lo suficiente como para tener una definición sobre el papel».

Una vez descubierto el error, según el ministerio, se pusieron en marcha los mecanismos necesarios para corregirlo, «que no son inmediatos ya que es una situación singular que requiere de un diseño a medida para garantizar que los trenes puedan circular por las líneas de ancho métrico a pesar de que los túneles tengan unas dimensiones más reducidas, pero sin perder prestaciones».

Desde el Ministerio se explicaba también que «se está trabajando en la aplicación del método comparativo -tomar como referencia uno de los trenes que ya circulan por los trazados- en el diseño del tren, que no es el habitual dentro de la normativa pero que se justifica en esta situación singular». El caso es que, dos años después de percatarse del error, parece ser que ya se ha dado con una solución que permitirá desatascar este contrato y la consiguiente fabricación de los nuevos trenes. Una solución que tendrá que ser además autorizada por la Agencia de Seguridad Ferroviaria, con los trámites que pueda suponer, al igual que las modificaciones que haya que realizar en el contrato original.

Desde Transportes se viene recalcando que se va a intentar reducir al mínimo el retraso en la entrega de los trenes. Los primeros, porque la entrega es progresiva, se esperaban al menos en Asturias para finales de este año. «Se está trabajando con CAF para que la fase de diseño pueda finalizar este verano y así se acelere posteriormente el tiempo de fabricación», explicaron también desde el ministerio. En principio, habría que esperar al verano para saber cuánto tardarán en fabricarse y en estar en funcionamiento los nuevos trenes. 

A CAF se le encargaba precisamente en febrero de 2021, es decir, hace justo ahora dos años, la fabricación de cuatro trenes también de ancho métrico para el Euskotren, la sociedad pública del Gobierno vasco. Como no se dio ninguna «situación singular» como en el caso de los trenes para Asturias y Cantabria, las dos primeras unidades eran recibidas en los talleres del Euskotren el pasado 23 de enero. Las otras dos se encontraban en fases muy avanzadas de fabricación con la previsión de que las cuatro unidades se incorporen al servicio a partir de este verano. 

El contrato ascendió a 40 millones de euros, de los que 32 era para los trenes y otros 8 para los repuestos necesarios para su mantenimiento, que contaron con financiación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con Fondos Next Generation. Los cuatro trenes, que tienen cada uno cuatro coches y capacidad para 400 personas, se destinarán a atender la creciente demanda en circulaciones especiales para eventos culturales, deportivos o festivos y a reforzar la oferta ferroviaria regular, en previsión de una mayor demanda ante la ampliación de la línea del Topo, que une San Sebastián y alrededores con Hendaya. En definitiva, en la comparativa de los servicios ferroviarios de cercanías que se prestan en la actualidad en Asturias, lo del Euskotren -que tiene en marcha desde 2011 un proceso de modernización- seguirá siendo otra liga.