La mina que en Asturias cerró y que ahora reabren en Alemania
Asturias
En los años 90 dejó de extraerse en La Mozquita, una explotación a cielo abierto similar a la de Lützerath, que ha levantado ampollas en el país germano
29 Jan 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Es imposible observar el caso de la mina alemana de Lützerath, que ha generado un gran movimiento de rechazo por parte de los ecologistas en ese país (incluida visita de Greta Thunberg) sin volver la vista a Asturias. Mientras en el país germano van a ampliar esa explotación a cielo abierto de lignito, un tipo de carbón de baja calidad, en Asturias cerró hace unos años un similar, de la en realidad se extraía un mineral más rico: La Mozquita y Matona.
La minería a cielo abierto deja poco margen para el disimulo y, aunque se acometieron labores de recuperación, esta mina dejó visibles cicatrices en el terreno y perjuicios para los pueblos vecinos. Afectó a Langreo y Mieres y no solo en cuanto al paisaje. También acabó con acuíferos y en consecuencia modificó todo el ecosistema de la zona. En los años 90 del siglo pasado se fueron cerrando.
Este monstruo llegó a extraer 820.000 toneladas de mineral en 800 hectáreas, unos ocho kilómetros cuadrados. Pero en realidad era pequeña comparada con la alemana, (Garzweiler) que ocupa nada menos que 48 kilómetros cuadrados (4.800 hectáreas) y opera con la excavadora móvil más grande del planeta. El lignito que extrae se usa para generar energía eléctrica.
Aunque La Mozquita parece muerta y (casi) enterrada, hace menos de cinco años, Hunosa pudo llegar a plantearse un polémico proyecto de reapertura. Los movimientos en toda Europa, que mira al carbón como respuesta al temor de un desabastecimiento energético debido a la guerra de Ucrania, podrían reabrir el debate.
La pregunta es: ¿podría retomar Asturias la extracción en lugares como este, dado el alto precio de la energía? La respuesta, a priori, es que no. Los problemas medioambientales son la primera barrera importante, a decir de los expertos. En segundo lugar, y no menos importante, la idea de volver a explotarlas chocaría frontalmente con los planes de transición energética hacia la sostenibilidad que, en general, están primando en Europa.
Y por último, la situación del mercado de los combustibles fósiles es muy cambiante. Puede ocurrir que una mayor oferta de renovables y el fin de la guerra de Ucrania hiciera bajar los precios, con lo que una explotación de carbón dejaría rápidamente de ser rentable. Pero el futuro es complejo y no está escrito. Y el carbón no se va a ir a ninguna parte mientras tanto.