Nuevo giro en la desaparición de Sandra Bermejo: podría haber sido captada por una «pseudosecta»
Asturias
Treinta días después de que se le perdiera el rastro, la Policía mantiene abiertas todas las las hipótesis e investiga sus contactos
07 Dec 2022. Actualizado a las 15:37 h.
Un mes después de la desaparición de la psicóloga madrileña Sandra Bermejo, de 32 años, en las inmediaciones del cabo Peñas, la Policía Nacional mantiene abiertas «todas las hipótesis». Así lo aseguró esta mañana el jefe superior de la Policía Nacional de Asturias, Luis Carlos Espino, que señaló que «no hay ninguna variación, ni ningún dato concluyente que podamos dar, y tenemos abiertas todas las hipótesis».
Espino, según recoge Efe, indicó también que la Policía mantiene «las habituales cautelas que hay que tener en estos casos», puesto que «las investigaciones son secretas». La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón, que se encarga de la investigación, comprobaba la semana pasada los testimonios de quienes habían visto a la joven el pasado 8 de noviembre, el martes en el que se le perdió la pista en el cabo Peñas, donde fue encontrado su vehículo y donde la situó, en torno a las 17 horas, el geolocalizador de su móvil.
Contactos a través de las redes sociales
También se están rastreando los contactos de sus redes sociales, que podrían ser vitales en una de las líneas de la investigación. Y así lo aseguraba esta mañana en Espejo Público el psicólogo Javier Urra, que fue profesor y jefe de Sandra, a la que describió como una joven «excepcional e inteligente» y «muy segura de sí misma». Urra explicó que Sandra, aparte de realizar prácticas en el centro terapéutico que dirige, también fue su secretaria durante casi dos años. La conoce bien y, por ello, mantuvo desde el principio, al igual que la familia de la joven, que «no encajaba para nada en el criterio del suicidio y que difícilmente se podía haber caído» al ser una «chica que es muy montañera y que conoce muy bien esa zona».
Al igual que para la asociación SOS Desaparecidos, en su opinión cobra cada vez más fuerza la posibilidad de que la desaparición de la joven fuera involuntaria e incluso apuntó a que, a través de las redes sociales, podría haber entrado en contacto con una «pseudosecta» o «grupos que se meten en esos procesos espiritistas». Urra consideró, en este sentido, que una de las hipótesis es que Sandra podría haber quedado en la zona del Cabo Peñas con una persona y que por ello «deja el bolso en el coche, sale, entra en el otro coche y posiblemente contra su voluntad hasta desaparecido».
Ser muy segura de sí misma, añadió, entraña sus riesgos «porque a veces crees que puedes controlar y a veces esa seguridad te pone en riesgo, y ella es confiada y muy buena persona». También indicó que la familia no descarta esta hipótesis que, en su opinión, tiene «más credibilidad» y aporta esperanza sobre el paradero de la joven.
La búsqueda, añadió, no se ha parado en ningún momento. SOS Desaparecidos, que aportó a las investigaciones el testimonio de unos turistas que vieron a Sandra paseando sola por la zona ese día, solicitaba también la semana pasada que la búsqueda de la joven, que llevaba dos años viviendo en Gijón y solía pasear habitualmente por la zona del cabo Peñas, se centre por tierra y así estaba previsto cuando el tiempo lo permitiera.